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A propósito de la huelga de los trabajadores de la UTA-Córdoba que conmovió a la provincia y puso en vilo a toda la burguesía argentina… Primeras conclusiones de una gran lucha que puso en cuestión los planes del gobierno y las trasnacionales

Una enorme rebelión contra las paritarias de hambre de la burocracia sindical
dejada aislada por las direcciones del movimiento obrero para que el gobierno, la patronal
y el estado concentren todas sus fuerzas para derrotarla

 

El carácter de la lucha de los choferes de la UTA-Córdoba

El 2 de junio estallaba una poderosa huelga de los trabajadores de la UTA-Córdoba ¿su demanda? Un salario digno contra el tope salarial y la entrega de las paritarias firmadas por la burocracia del carnero de Fernández que significaba para este año un aumento del 8% mientras la carestía de la vida aumenta día a día con la inflación. Los y las choferes de Córdoba paralizaron la ciudad durante diez días con el método de las asambleas, su cuerpo de delegados, los piquetes, la movilización y acampando en el local cerrado de la UTA, poniendo sobre la mesa una cuestión crucial: para poder comer y tener un salario digno había, hay que desconocer y desacatar el tope salarial de Macri y la burocracia sindical.
Todo el movimiento obrero siguió esta huelga testigo, todo trabajador de base se sintió representado por ella, todo trabajador sintió como propia su demanda contra la miseria salarial firmada por los dirigentes millonarios.
La de Córdoba no fue una rebelión “caída del cielo”, se trata de un proceso profundo en la base del movimiento obrero que odia a la burocracia sindical que se abrió el 7 de marzo en el acto de la CGT apaleando al Triunvirato de carneros amigos del gobierno y la patronal. Ese proceso profundo de rebelión contra la burocracia sindical luego se continuó en decenas de fábricas, establecimientos y lugares de trabajo, en la UOM, el SMATA, Docentes, pero aislado, dividido, con estallidos aquí y allá.

La lucha de los trabajadores de la UTA-Córdoba mantuvo en vilo no solo a la patronal del transporte cordobés, al intendente Mestre y al gobernador Schiaretti. Su lucha prendió las alarmas de toda la burguesía argentina, del gobierno de Macri y del conjunto de los partidos patronales como el FpV, el PJ, la UCR y el Frente Renovador, quienes respondieron en consecuencia. Es que esta lucha puso en cuestión el plan del gobierno, la patronal y las trasnacionales para el movimiento obrero, que se sintetiza en un brutal robo al salario con el tope salarial del 22% y en una mayor flexibilización laboral para imponer una mano de obra esclava que produzca en condiciones de maquila. En medio de la crisis económica mundial y la bancarrota de Brasil (principal socio comercial de la Argentina), el gobierno necesita imponer este plan para afrontar sus compromisos con la deuda externa y el capital financiero y para ello está dispuesto a sofocar toda lucha obrera que lo ponga en cuestión a como dé lugar. Por eso los explotadores concentraron todas sus fuerzas, todas sus instituciones y agentes para derrotar esta lucha

La fuerza de los trabajadores de la UTA-Córdoba estuvo basada en sus asambleas de base que mandataron en todo momento a sus delegados y conquistaron un cuerpo de delegados común de todas las líneas. Fue la base de los y las choferes la que marcó la impronta de la lucha a cada momento. Ya hace tiempo que vienen peleando por sacarse de encima a la burocracia sindical de Fernández que mantiene intervenida la seccional. La firma de las paritarias por parte de Fernández que significa un 8% de aumento para este año, desató la ira de los compañeros acumulada por años de entrega de su salario y conquistas. De inmediato, en asamblea se rechazaron las paritarias firmadas por Fernández, se votó el paro por un aumento del 32% y se acampó en la puerta del sindicato para garantizar la lucha.
Fue un grito que retumbó en todo el movimiento obrero que hierve de odio contra la burocracia sindical y las paritarias de hambre. La lucha de los trabajadores de UTA-Córdoba puso a la orden del día la posibilidad de reagrupar las filas de la clase obrera comenzando por los sectores que están en lucha resistiendo el ataque del gobierno y la patronal, y reabrir las condiciones para la Huelga General. Sus demandas fueron y son las demandas de todo el movimiento obrero argentino, y sus métodos de lucha de asamblea, cuerpo de delegados deshaciéndose de la burocracia sindical, piquetes y paros, el camino para derrotar los planes del gobierno. El gobierno y la patronal debían derrotar la lucha a como dé lugar, se ensañaron particularmente con el cuerpo de delegados, debía impedir que esta experiencia se generalice al resto del movimiento obrero, lo que se hubiese significado el fin de la burocracia sindical y la puesta en pie de los organismos de democracia obrera y autoorganización irreconciliables con el dominio burgués y sus instituciones. 

 

Una Santa Alianza del gobierno, la patronal y la burocracia sindical para atacar y derrotar la huelga

De inmediato comenzó el operativo de la patronal y el gobierno para derrotar y liquidar la lucha. La misma fue declarada ilegal por parte del gobierno con la complicidad de la burocracia sindical de Fernández. Comenzaron las amenazas y telegramas de despidos contra los activistas e incluso la encarcelación de trabajadores que garantizaban el paro en los piquetes de punta de línea. A pesar de la campaña gorila de los medios de comunicación locales y nacionales, su lucha se fortalecía con la simpatía de los trabajadores de toda la provincia y del país, los peones de taxi de la provincia se negaban a realizar los recorridos de las líneas de colectivos, la base de los trabajadores estatales, de luz y fuerza, municipales, entre otros hacía llegar su solidaridad al acampe. Esta simpatía despertada obligó a las direcciones de numerosos sectores de trabajadores a tener que solidarizarse con la lucha y a hacerse presente en el acampe.

Lamentablemente dicha solidaridad no pasó de las palabras a los hechos y en esto la responsabilidad le cabe no sólo a la burocracia sindical kirchnerista representada en Saillen de la CGT Rodriguez Peña (que agrupa a sindicatos importantes de la provincia) que prometió el paro provincial que nunca llegó y que ni siquiera realizó un paro en su sindicato; sino que también a las corrientes de izquierda, entre ellas las que componen el FIT.

En primer lugar, es necesario decir con claridad que los trabajadores de la UTA-Córdoba al salir a la lucha, lo hicieron en las peores condiciones, ya que su combate se desata luego de duras derrotas parciales que viene sufriendo la clase obrera como lo son AGR-Clarín, los docentes, Cresta Roja, GM, etc. y de forma aislada ya que el FIT y la izquierda se negó a generalizar y centralizar la enorme rebelión de la base obrera contra la burocracia sindical abierta en el 7 de marzo. A pesar de esto y contra todo pronóstico, la lucha de los choferes, motorizada por la bronca de no llegar a fin de mes y basada en sus asambleas y cuerpo de delegado contra la burocracia sindical, llegó lejísimo. Puso a la orden del día centralizar la lucha contra la burocracia de Fernández en todo la UTA a nivel nacional, contra toda la burocracia sindical en el país y reabrir el camino a la Huelga General para derrotar el tope salarial. A tal punto que obligo a varias de las direcciones sindicales de Córdoba a ponerse al frente de la lucha y al FIT, ya en campaña electoral, también a hacerse presente. Los compañeros de la UTA-Córdoba, veían en la solidaridad que habían conquistado la posibilidad de conquistar el paro provincial e inclusive un plan de lucha junto a los sectores combativos del movimiento obrero.

El problema fue que dicha solidaridad por parte de las direcciones sindicales como la que representa la CGT Rodríguez Peña y aquellos sectores del sindicalismo combativo dirigidos por el FIT, no pasaron de las palabras a los hechos y cerraron el camino al paro provincial y a la Huelga General contra el tope salarial, única forma de que su lucha triunfe. La lucha de los choferes de Córdoba solo tenía posibilidad de triunfar como parte de una lucha unificada de todo el movimiento obrero contra la burocracia sindical por romper el techo salarial impuesto por la patronal y el gobierno.

Los dirigentes del sindicalismo combativo, teniendo la posibilidad de hacerlo, se negaron a impulsar esta política. Era el momento en que el Ferrocarril Sarmiento, el Subte, la Línea 60, Ecotrans, Interlíneas, el SUTNA, las seccionales opositoras del Suteba y allí donde dirige e influencia el FIT, se pare en solidaridad con los choferes cordobeses y así conquistar las condiciones para imponerle a la burocracia sindical la Huelga General.

En el momento de más auge de la lucha de los choferes, la burocracia sindical kirchnerista de Saillen se negó a llamar al paro provincial y en su lugar llamó a una movilización. El peso del FIT en el conflicto, del PO particularmente que influencia al sector más combativo del cuerpo de delegados y con más legitimidad en la base de los choferes como lo es el sector de las compañeras trolebuseras, no estuvo al servicio de impedir esta trampa. Dejó en manos de la burocracia y de Saillen en particular, el llamado al paro provincial. Era el momento de llamar a toda la clase obrera cordobesa y del país a realizar asambleas para desconocer el tope salarial y a enviar delegados al acampe de los choferes para desde allí centralizar el combate contra la burocracia sindical y hacer realidad el grito del 7 de marzo “ponele fecha al paro…”. Era el momento de convocar un congreso de delegados de base de la GGT y de todos los sindicatos de Córdoba para garantizar el paro provincial que hubiese significado un duro golpe a la patronal y puesto a la orden del día avanzar a la Huelga General. Así lo sentían los choferes que veían en el paro provincial la posibilidad de su triunfo. Se necesitaba un organismo así para garantizar el paro que Saillen nunca iba llamar, ya que es parte de la burocracia kirchnerista carnerea la lucha de los estatales y docentes de Santa Cruz en defensa de Alicia Kirchner, que entregó la lucha de los trabajadores de AGR-Clarín y hoy con Baradel a la cabeza se apresta a ponerle el clavo final a la lucha de los docentes por limosnas. La burocracia sindical de Saillen y la política del PO fueron las dos puntas de una misma soga que estranguló la enorme lucha de los trabajadores de la UTA-Córdoba.

El PO no le dio esta perspectiva de lucha al sector de delegados que influenciaba y los trabajadores de la UTA-Córdoba y su cuerpo de delegados no contaron con una dirección alternativa que le marque este curso de acción para que su lucha triunfe. La alternativa justamente el programa y el camino de los obreros del Cordobazo, Paro activo de 48hs el mismo lunes. Por el contrario, tras la marcha del lunes, en donde se abrió una nueva instancia de “negociación” y con el camino al paro provincial cerrado, el PO mocionó a los trabajadores levantar la huelga llamándolos a confiar en un acta del 9 de junio firmada en el ministerio de trabajo con la patronal, puesto que ello significaría un “empate” para los trabajadores ya que supuestamente anulaba los despidos y abría una nueva etapa en la lucha. De inmediato, con la huelga levantada, la patronal y el gobierno salieron a decir que dicha acta no tenía valides, que los despedidos no serían reincorporados y redobló su ataque para descabezar la organización de los trabajadores y liquidar el cuerpo de delegados. El PO debe hacerse responsable de esta política. Repetimos, su peso en la lucha no estuvo al servicio de garantizar el paro provincial, por el contrario su política fue en primera instancia un proyecto de ley para que se valide “el no cobro de boleto” como medida de lucha y luego legitimar a la burocracia de Saillen negándose a levantar el programa del 7 de marzo de “ponele fecha al paro…”.

El gobierno y la patronal distinguieron bien el carácter de la lucha, por eso concentraron sus fuerzas allí. Militarizaron la ciudad y los micros con dos gendarmes por colectivo, desalojaron con la guardia de infantería los piquetes en las puntas de línea, encarcelaron compañeros, largaron a los pistoleros de la burocracia sindical de la UTA a apalear a los choferes que se autoconvocaban en Buenos Aires para coordinarse con su lucha y despidieron masivamente, 159 a la fecha, fundamentalmente en el sector más combativo de la huelga, las compañeras de los Trolebuses. Con la huelga levantada, comenzó la contraofensiva patronal y del gobierno no solo con los despidos, sino con una ley antihuelga votada en el parlamento provincial por parte de los partidos patronales y un ataque a la organización de los trabajadores queriendo descabezar al cuerpo de delegados con la complicidad de la burocracia de Fernandez chantajeando a los trabajadores despedidos que serán reincorporados si se deshacen de sus delegados.

Trágicamente para los trabajadores de la UTA-Córdoba, la política impotente del FIT volvió a probarse en su lucha. La estrategia del FIT no es la lucha por conquistar la Huelga General para derrotar el tope salarial y los planes del gobierno, echando a la burocracia sindical en la lucha poniendo en pie los organismos aptos para el combate reagrupando las filas de todo el movimiento obrero. Su política es llevar la fuerza de los trabajadores a presionar a las instituciones de la burguesía y que es posible el triunfo de las luchas obreras conviviendo con la burocracia sindical y que las acciones de lucha de los trabajadores estén al servicio de presionar al ministerio de trabajo para éste fallé a favor de los trabajadores.

Nada se le puede reprochar a la base de la UTA-Córdoba, pero es urgente sacar la conclusión de que no podemos seguir luchando solos sector por sector porque la patronal nos aplasta.

 

A pesar del duro golpe recibido, ¡No está dicha la última palabra! ¡El cuerpo de delegados no se toca! ¡Asamblea General de todas las líneas para frenar el ataque del gobierno y la patronal! ¡Fuera el interventor y toda la burocracia sindical de Fernández!

Quienes estamos junto a los choferes de la UTA-Córdoba desde el primer día y seguimos estando, comprendemos el profundo dolor, bronca e impotencia en los corazones de los compañeros. Ellos necesitan comprender qué es lo que ha sucedido, porque a pesar de tanta lucha, ahora se encuentran contando despidos y trabajando en peores condiciones que antes de la huelga, con un brutal ataque de todos los gobiernos y con la burguesía organizando y azuzando desde los medios cuasi un linchamiento de los choferes por parte de la “sociedad”.
La burguesía es implacable, quiere escarmentar desde Córdoba a todo el movimiento obrero. Pero aún no está dicha la última palabra y por ello en este difícil momento, los trotskistas queremos compartir estas primeras conclusiones de lo que sucedió en estos diez días que conmovieron a Córdoba y a todo el movimiento obrero. ¿Por qué no pudimos triunfar? Se preguntan las compañeras apretando los dientes y con sus ojos inyectados de lágrimas, aquí nuestro humilde aporte buscando una respuesta para todos los y las choferes de la UTA, y una contribución a todos los trabajadores que buscan salir a pelear por sus justas demandas y se encontraran con los mismos enemigos y trampas que actuaron en esta enorme y heroica lucha.

En estos momentos, los compañeros de la UTA-Córdoba se encuentran intentando reagrupar sus fuerzas para enfrentar la contraofensiva de la patronal y el gobierno. Mientras sacan conclusiones de su lucha, ven como continuar su combate por la reincorporación de los compañeros despedidos y en defensa de su cuerpo de delegados. La política del PO sigue siendo presionar al Ministerio de Trabajo para que éste intime a las patronales del transporte cumplan el acta del 9 de junio. Dicha acta es un papel mojado para la patronal y para el gobierno, que ya se han pronunciado en contra de la misma e inclusive amenazan con más despidos. Una verdadera trampa para los trabajadores, que no debemos confiar un ápice en lo que dictamine el ministerio de trabajo o pueda llegar a laudar en nuestro beneficio. El objetivo de la patronal, de Mestre y del gobierno es escarmentar a los trabajadores y con ellos al conjunto del movimiento obrero para que no siga sus pasos en la lucha que dieron. El ministerio de trabajo, la oficina de recursos humanos de la patronal, está a su servicio.

La patronal, el gobierno y la burocracia sindical, junto a su puesta en escena en el ministerio de trabajo buscan dispersar y desorganizar las filas de los choferes. Continúan su ataque al cuerpo de delegados para escarmentar a los choferes y al conjunto del movimiento obrero. Ha suspendido a los delegados de Aucor y la burocracia de Fernandez quiere imponer el desafuero del cuerpo de delegados y junto al ministerio de trabajo ya han definido que continuará la intervención del sindicato. Es necesario impedir la dispersión y reagrupar a todos los compañeros con una asamblea general de todas las líneas para votar los pasos a seguir y un plan de lucha en defensa del cuerpo de delegados, por la reincorporación de los despedidos y por todas las demandas. Como dicen los compañeros de Siderar-Ensenada de la UOM, a los delegados y dirigentes los ponemos y los sacamos los trabajadores ¡El cuerpo de delegados y las asambleas no se tocan! ¡Fuera las manos del estado de nuestras organizaciones! Por un comité de despedidos de los trabajadores de la UTA-Córdoba junto a todos los despedidos de la provincia, de estatales, atopartistas, metalúrgicos y de todos los sectores donde se sufren despidos para discutir un plan de lucha conjunto junto a los trabajadores ocupados.
La fuerza de los trabajadores de la UTA-Córdoba no está en un acta, está en sus propias fuerzas, en su organización, en sus asambleas y cuerpo de delegados mandatado por la base. Allí están sus fuerzas, en lucha de los choferes autoconvocados que en Buenos Aires se movilizan también contra las paritarias del 8% firmada por Fernandez, y en la coordinación efectiva con todos los sectores de la clase que resisten el ataque de los capitalistas en un gran congreso de todo el movimiento obrero con delegados de base para centralizar la rebelión obrera contra la burocracia sindical, votar un pliego único de reclamos, reagrupar las filas de los trabajadores y organizar la lucha por romper el tope salarial, frenar los despidos y por todas nuestras demandas.

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