Volver al índice DO 18 Editorial Desde Nicaragua, carta del Comité Obrero a los mineros de Huanuni Mexico Brasil

 

SECCION INTERNACIONAL DE DEMOCRACIA OBRERA
Las páginas de “El Organizador Obrero Internacional”, vocero de la FLT

EDITORIAL-PRESENTACION

La “revolución bolivariana” de Chávez, Castro, Morales, Lula, los patrones esclavistas del Mercosur y las transnacionales
Un verdadero fraude al combate de las masas obreras y campesinas y a la lucha antiimperialista en América Latina

Bolivia, nuevamente en el centro del combate de la clase obrera latinoamericana

En Bolivia, el gobierno de colaboración de clases de Evo Morales, representante de la burguesía nativa -sostenido y apoyado por el castrismo, las burocracias sindicales y todas las direcciones traidoras agrupadas en el Foro Social Mundial- mientras pacta y hace negocios con la oligarquía de Santa Cruz y la Media Luna y con las transnacionales imperialistas saqueadoras de Bolivia, envió a las fuerzas de choque contrarrevolucionarias de los empresarios cooperativistas a masacrar a los mineros asalariados de Huanuni. Pero se encontró allí con una enorme y heroica resistencia de los mineros, el corazón revolucionario del proletariado boliviano.
Hoy, cuando se cumplen tres años del grandioso levantamiento de Octubre de 2003, la revolución obrera y campesina boliviana –al igual que sucediera con la cadena de revoluciones que desde 2000 sacudiera América Latina, con sus puntos más agudos en Ecuador y Argentina- ha sido expropiada desde adentro por la pérfida política de colaboración de clases de las direcciones traidoras, y a nivel continental, por la política reformista y de sostenimiento a los regímenes y gobiernos burgueses impulsada por el Foro Social Mundial.
Las transnacionales imperialistas y las burguesías cipayas del Cono Sur –los esclavistas del Mercosur- necesitan definir rápidamente a su favor la situación en Bolivia, aplastando a la clase obrera y las masas explotadas de ese país, para garantizarse el saqueo del mineral de hierro del Mutún y el estaño para alimentar su producción en China, y el de los hidrocarburos para sostener su producción en los países del Mercosur.

Estados Unidos como potencia dominante, concentra sus fuerzas en las guerras contrarrevolucionarias del petróleo y en el saqueo de los ex estados obreros entregados por la burocracia stalinista a la restauración capitalista

Los Estados Unidos, como potencia imperialista dominante, tienen hoy sus fuerzas concentradas en garantizarse el control de las reservas y las rutas del petróleo en Medio Oriente, y en disputar con sus competidores imperialistas franceses y alemanes para ver quién se queda con los enormes recursos naturales y la mano de obra esclava de los ex estados obreros donde el capitalismo fue restaurado, como son China y la ex URSS.
La China del capitalismo restaurado se ha transformado en el lugar privilegiado por las transnacionales imperialistas, tanto norteamericanas como francesas, alemanas y de las demás potencias imperialistas, para relocalizar su producción realizando enormes inversiones. No es para menos: allí, la ex burocracia stalinista del PC, devenida en burguesía, en “empresarios rojos”, ha puesto a su disposición a cientos de millones de obreros para ser superexplotados como mano de obra esclava por las voraces transancionales imperialistas. Relocalizando allí sus empresas, el capital imperialista aprovecha al máximo las consecuencias de la derrota que le propinó al proletariado mundial gracias al accionar de la burocracia stalinista que, a partir de 1989, terminó de entregar esa gran conquista que eran los estados obreros –aún degenerados o deformados- a la restauración capitalista: superexplota mano de obra esclava y realiza enormes superganancias, al mismo tiempo que golpea duramente al proletariado de los propios países imperialistas con cierres de plantas y despidos, y con flexibilización, rebajas salariales, pérdida de derechos sindicales y sociales, etc. Hoy, esas grandes empresas imperialistas del capital financiero internacional instaladas en China necesitan garantizarse a como dé lugar, el gas, el petróleo, los minerales, el acero y demás materias primas e insumos, puesto que de allí sale gran parte de la producción para el mercado mundial, y por supuesto, sus fabulosas superganancias.
Relocalizando sus transnacionales en los ex estados obreros donde el capitalismo fue restaurado y pasando al ataque contra el nivel de vida y las conquistas de sus propios proletariados; con feroces disputas comerciales interimperialistas por las zonas de influencia y las fuentes de materias primas; con guerras contrarrevolucionarias de masacre, ocupación y saqueo como en Irak o en el sur del Líbano para aplastar a las masas y por el control de las reservas y las rutas del petróleo, el imperialismo busca avanzar en definir históricamente a su favor el período que se abriera en 1989 con la caída de los estados obreros. Es decir, propinarle una derrota histórica al proletariado mundial y transformar definitivamente a China y a la ex URSS en colonias y protectorados directos.
Y allí donde las masas explotadas lograron irrumpir en forma revolucionaria en los últimos años, como sucedió en América Latina, el imperialismo y la burguesía han recurrido a la vieja política contrarrevolucionaria del frente popular y la colaboración de clases, para expropiar la lucha antiimperialista y revolucionaria de los explotados, adormecerlos, paralizar su voluntad y preparar, por si ello no fuera suficiente, golpes contrarrevolucionarios y fascismo, como lo están haciendo en Bolivia. Eso y no otra cosa es la cacareada “revolución bolivariana”.
Mientras la resistencia de la clase obrera y los explotados bolivianos se atalona y se atrichera hoy en los socavones de Huanuni, en el Irak desangrado, la heroica resistencia de las masas mantiene en vilo y empantanadas a las tropas asesinas de la ocupación imperialista angloyanqui. ¡Seiscientas cincuenta mil vidas de obreros, campesinos pobres, mujeres y niños iraquíes se ha cobrado ya la sanguinaria maquinaria de guerra imperialista! Las arenas del desierto iraquí, junto a los campos de concentración donde el estado sionista-fascista de Israel gendarme del imperialismo ha confinado al martirizado pueblo palestino, son el escenario de uno de los más grandes y atroces genocidios cometidos por el capitalismo imperialista, después de la masacre y el exterminio a los que fueron sometidos, en los últimos años del siglo XX, el pueblo bosnio y el pueblo checheno a manos de los carniceros de la nueva burguesía gran serbia y gran rusa y las potencias imperialistas.
Seiscientas cincuenta mil vidas de obreros y explotados iraquíes son monedas de cambio cuando se trata de garantizar la propiedad y los intereses de las 1300 empresas imperialistas que cotizan en la bolsa de Wall Street por la friolera de 21 billones de dólares, y para el puñado similar de parásitos imperialistas que cotizan en las bolsas de Tokio y de las capitales europeas. Con apenas algunas migajas de esas fabulosas superganancias, este puñado de chupasangres adheridos como una sanguijuela al organismo del proletariado mundial, compran a las direcciones traidoras de la clase obrera y alimentan los privilegios de una ínfima capa de aristocracia obrera, y mantienen así su dominio en todo el planeta.

En América Latina, una política de colaboración de clases impulsada por las direcciones traidoras de todo el continente, de contención de los procesos revolucionarios que estallaron a principios del siglo XXI

En América Latina –el patio trasero del imperialismo yanqui- estas empresas imperialistas norteamericanas, europeas y también japonesas, tienen a su servicio a las direcciones traidoras, las burocracias sindicales y también los liquidadores de la IV Internacional, todos agrupados en el Foro Social Mundial, que actúan en forma totalmente centralizada para expropiar la lucha revolucionaria de las masas y fortalecer a los regímenes y gobiernos cipayos del continente. Son los personeros de la “Revolución bolivariana” de Chávez, Morales, Fidel Castro y compañía, que no es más que el aborto de la revolución proletaria, y los negocios y regateos de las burguesías nativas con las transnacionales imperialistas y sus tratados de libre comercio como el Mercosur, los TLC, el CAFTA, etc.
Estos regímenes y gobiernos de la “revolución bolivariana” –con Kirchner en Argentina, Morales en Bolivia; Gutiérrez primero y luego Palacio en Ecuador; Chávez en Venezuela–, fueron la respuesta de la burguesía a los golpes del crac y de la revolución que desde fines de los ’90 sacudieron América Latina, para abortar la revolución proletaria allí donde ésta había comenzado (Ecuador, Bolivia, Argentina); o bien en forma preventiva para impedir que ésta comenzara, como es el caso de los gobiernos cipayos de colaboración de clases de Lula y el PT en Brasil, y del Frente Amplio de Tabaré Vázquez y el PC en Uruguay.
Son entonces regímenes y gobiernos post-revolucionarios sostenidos en la más feroz y brutal estatización de las organizaciones obreras, puesto que necesitan controlar y disciplinar a masas revolucionarias, o bien impedir, como en Brasil y Uruguay, que éstas avancen en ese camino.
En Brasil, el de Lula es un gobierno proimperialista del mismo régimen del pacto social, apoyado en la burocracia pelega de la CUT –que le ha dado inclusive su ministro de trabajo-, con sindicatos totalmente estatizados que expresan a una pequeña pero poderosa capa de aristocracia obrera que es el pilar que, sobre los hombros de sesenta millones de obreros y campesinos pobres esclavizados, superexplotados y hambrientos, sostiene todo el edificio del régimen y el estado burgués semicolonial brasileño que además, con la Petrobras –testaferro de la Totalfina francesa- participa en el saqueo de los hidrocarburos bolivianos. Mientras tanto, el frente electoral de los liquidadores de la IV Internacional del P-SOL y el PSTU junto a los stalinistas del PCB –cuyo objetivo fue canalizar a toda una franja de las masas explotadas que rompieron con el PT y la burocracia pelega de la CUT para garantizar que terminen nuevamente apoyando a Lula en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales- son fervientes defensores de Evo Morales y de su estafa de “nacionalización de los hidrocarburos”. Es decir, colaboran en sostener a ese gobierno burgués sirviente de las transnacionales y expropiador de la revolución boliviana, y por lo tanto, renuncian al derrocamiento de la burguesía, a su expropiación y al triunfo de la revolución obrera y campesina.
En Argentina, el régimen infame del pacto social que ha parido el Kirchnerato se sostiene sobre la base de sindicatos y organizaciones obreras estatizados, convertidos directamente en oficinas del estado, en manos de una burocracia sindical con enormes prebendas y privilegios, y de una burocracia “piquetera” castrista que puebla las secretarías de estado y organiza sus huestes como fuerzas de choque del kirchnerato. El enfrentamiento entre dos fracciones de esta burocracia sindical en San Vicente el 17 de octubre, le hizo un strip tease, por si hacía falta, a este régimen, al gobierno y a todos los partidos patronales: esos mil matones que se trenzaron en una batalla campal por un lugar en el pacto, son solamente una parte de los destacamentos de esa burocracia sindical pagada por el estado burgués y por los patrones que todos los días, con los mismos palos, pistolas, matones y amenazas, someten a la clase obrera argentina.
En Venezuela –la cuna de la “revolución bolivariana”- la estatización de los sindicatos y su subordinación a la burguesía a través del abierto apoyo al “presidente” Chávez, es total. Allí, los liquidadores de la IV Internacional que dirigen la UNT –la principal central sindical venezolana- son los encargados directos de mantener atada a Chávez a la clase obrera. Tan es así que el último congreso de la UNT votó que su campaña central es “Por 10 millones de votos para Chávez” en las elecciones presidenciales de diciembre. No podía ser de otra manera, puesto que cuando la burguesía nacional discute y regatea con el imperialismo por su tajada de los negocios –en este caso, por la jugosísima renta petrolera venezolana- y para ello hace demagogia “antiimperialista” y utiliza a las masas como chantaje, más férreamente que nunca debe controlarlas, porque sabe que su lucha antiimperialista llevada hasta el final pondría en riesgo no sólo la propiedad y el dominio del imperialismo, sino los de la propia burguesía nacional.
En Uruguay, el gobierno del Frente Amplio que se apresta a firmar el TLC, y a autorizar la instalación de una base militar yanqui en el territorio uruguayo, es decir, a avanzar en la transformación del país en una colonia yanqui, está sostenido por la burocracia sindical stalinista del PIT-CNT que garantiza que ningún reclamo obrero se escape de su control y que el salario medio de los obreros no suba de los 250 dólares, cuando el costo de la canasta familiar es de cerca de U$S 1.500.
Los renegados del trotskismo –hoy devenidos en abiertos reformistas y continuadores de la vieja política stalinista de colaboración de clases- han jugado y juegan un rol fundamental: el de legitimar en nombre del “trotskismo” esa farsa de “Revolución bolivariana”, esa expropiación de la lucha revolucionaria de las masas, sin lo cual los restos malolientes del stalinismo –incinerados ante los ojos de las masas después de haber entregado a la restauración capitalista a los ex estados obreros y cuando con la burocracia castrista se apresta a hacer lo propio con Cuba- no podrían jugar el decisivo papel contrarrevolucionario que juegan en el continente.
Esta política contrarrevolucionaria centralizada es la que ha actuado y actúa para expropiar la heroica revolución que obreros y campesinos pobres bolivianos comenzaran hace tres años. Hoy, el gobierno de colaboración de clases de Evo Morales tiene las manos manchadas de sangre minera, obrera y campesina. A las corrientes de los renegados del trotskismo –devenidos hoy en reformistas confesos- que como el PO de Argentina, llamaron entusiastamente a votar por Evo Morales; a todas las que dijeron que el triunfo electoral de Morales era una “victoria” para las masas explotadas bolivianas, les toca ahora rendir cuentas ante los obreros y campesinos bolivianos y ante el proletariado mundial: ¡éste es “su” gobierno, el que llamaron a votar! ¡Esta es la supuesta “victoria de las masas”! El implacable tribunal de la historia, presidido hoy por los mártires mineros de Huanuni, ya dio su veredicto, escrito con sangre obrera: todos los adoradores de Evo, Chávez y su “Revolución bolivariana”, son todos culpables de llamar a la clase obrera a confiar en sus verdugos y enemigos!
Los tiempos se acortan y se acerca el momento de las definiciones: en el Altiplano, en el trópico, en el Oriente, en toda Bolivia, comunismo y fascismo ya se ven la cara, frente a frente. La revolución obrera y campesina hoy postrada por el accionar del frente popular, debe ponerse de pie.

Contra la “revolución bolivariana” y su estafa de “integración latinoamericana” de la mano del Mercosur de las burguesías cipayas y las transnacionales imperialistas:
¡Por el triunfo de la revolución obrera y socialista! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Sud y Centroamérica!

Los personeros y pregoneros de la “revolución bolivariana” no se cansan de cacarear sobre la “integración latinoamericana”. Los tratados de libre comercio como el Mercosur, los TLC, el CAFTA centroamericano, que garantizan jugosos negocios para las transnacionales imperialistas y sus socios menores de las burguesías nativas, sobre la base del saqueo de nuestras naciones y de la esclavitud obrera; ¡esa es la “integración latinoamericana” que han impuesto! El alistamiento de los ejércitos burgueses de Chile, Argentina, Venezuela, Brasil, etc., para que en caso de que les fuera absolutamente necesario, las distintas fracciones de las burguesías cada una aliada a tal o cual transnacional imperialista, puedan disputarse a los tiros limpios los hidrocarburos y los minerales bolivianos; la preparación de la partición de Bolivia, e inclusive de guerras fratricidas en las que explotados chilenos, bolivianos, peruanos, etc. sean llevados a masacrarse unos a otros en defensa de los intereses de distintas empresas imperialistas y fracciones de las burguesías nativas, etc., ¡esa es la “hermandad de los pueblos” que pregonan y la “integración latinoamericana” que preparan!
¡Abajo la impostura de la “revolución bolivariana”, expropiadora de la lucha antiimperialista de las masas! El fin del saqueo, la superexplotación, el hambre y la represión, y una verdadera “integración latinoamericana” sólo pueden venir del triunfo de la revolución obrera y campesina en Bolivia y en todos los países de América Latina, con la clase obrera y los explotados derrocando a los regímenes y gobiernos cipayos, imponiendo gobiernos obrero-campesinos que expropien a la burguesía y rompan con el imperialismo, y avanzando en conquistar los Estados Unidos Socialistas de Sud y Centroamérica para que los hidrocarburos bolivianos, el cobre chileno, la carne y los cereales de Argentina, la industria brasileña, los minerales peruanos, el petróleo venezolano, integrados en una economía planificada democráticamente por los obreros y los campesinos pobres, estén efectivamente al servicio de las necesidades y el bienestar de las masas explotadas.

En los socavones de Huanuni y en el ascenso obrero y estudiantil en Chile, comenzó la resistencia de las masas explotadas del continente contra el dominio imperialista y contra la impostura de la “revolución bolivariana”.
En la Comuna de Oaxaca en México, cobra nuevos bríos la revolución latinoamericana

La heroica resistencia de los mineros de Huanuni demostró que el corazón de la clase obrera boliviana no se rinde, y pugna por enfrentar a la “revolución bolivariana” para recuperar su revolución obrera y campesina que le ha sido expropiada, y volver a ponerla de pie.
En el México bronco -impulsada por el despertar de la clase obrera norteamericana y por el combate de los trabajadores inmigrantes latinos al interior de los Estados Unidos- la revolución latinoamericana cobra nuevos bríos y hace madurar su fruto más avanzado en la gloriosa Comuna obrera y campesina de Oaxaca. ¡Allí, en las trincheras y barricadas de la Comuna, se levanta y se pone de pie la verdadera lucha de las masas mexicanas contra el fraudulento régimen del TLC que ha atado a México con dobles y triples cadenas al imperialismo!
Es una verdadera Comuna, con sus propios organismos de poder obrero y campesino, opuestos irreconciliablemente al poder de la burguesía y a sus instituciones. Es un poder obrero y campesino que controla no sólo la ciudad, los transportes, los edificios públicos de los que han desalojado a los funcionarios de gobierno, sino que también tiene sus propios organismos de autodefensa, tiene poderes legislativos, y también administra justicia. ¡Ese es el poder obrero y campesino que puede liberar a México del yugo imperialista y del dominio burgués, llevar la revolución proletaria a las entrañas mismas de la Norteamérica imperialista, y volver a poner en pie, esta vez desde el norte del continente, la revolución latinoamericana que hoy ha sido estrangulada y expropiada en el sur del mismo!
Al mismo tiempo, se desarrolla en Chile una aguda tendencia hacia un enorme ascenso obrero y estudiantil que se enfrenta directamente al gobierno de Bachelet –el más “a la izquierda” que diera la Concertación-, que en apenas meses se ha desnudado como uno de los más proimperialistas, represores y antiobreros que diera el régimen cívico-militar pinochetista. Pero sobre todo, en estos combates, la clase obrera, la juventud trabajadora y estudiantil combativa y los explotados de Chile, están saldando cuentas al interior mismo de las filas obreras con el contrarrevolucionario Partido Comunista, ese partido traidor de la revolución de los Cordones Industriales en los ’70; del auge obrero contra la dictadura Pinochetista en los ’80; sostenedor del infame régimen pinochetista-concertacionista, de su Constitución del ’80 y del gobierno cipayo de Bachelet. ¡No hay duda entonces que junto con los mineros de Huanuni, el proletariado y la indomable juventud de Chile son hoy la vanguardia en el continente del enfrentamiento contra la “Revolución Bolivariana” que estranguló la revolución boliviana y latinoamericana, cuyos personeros centrales en Chile son los stalinistas del PC -hoy reciclado en partido burgués, inversionista por cuenta de Honnecker, el ex burócrata de Alemania Oriental reciclado en burgués con los fondos robados del antiguo estado obrero-; ese partido “comunista” que es propietario, junto con la Iglesia, de colegios y universidades privadas que codo a codo con la policía, los cuadros stalinistas defienden a palazos limpios contra la juventud obrera y estudiantil rebelde que lucha por la educación pública, gratuita y laica y que justicieramente los ha bautizado como los “pacos (policías) rojos”!
Hace unos días, decenas de colegios secundarios de Santiago de Chile que habían sido tomados por los estudiantes contra el tramposo “Consejo Asesor Presidencial” montado por Bachelet y las direcciones burguesas y reformistas del movimiento estudiantil para abortar lucha, fueron desalojados por la policía a garrotazos limpios. Cientos de jóvenes y combativos estudiantes están detenidos, una vez más, en las cárceles de Bachelet y el régimen pinochetista. La lucha de la heroica juventud obrera y estudiantil chilena ocupa hoy sin duda el cuadro de honor en el combate de los explotados del continente. Su lucha y la pelea por arrancar de la cárcel a todos los compañeros detenidos, deben ser tomadas en sus manos por la clase obrera de todo el continente.
Es indudable que mientras en Bolivia, Venezuela, Argentina, Brasil, Uruguay, la “revolución bolivariana” asienta sus reales e impone los peores ataques contra las masas, hoy la cadena de dominio imperialista en América Latina amenaza con romperse en dos países donde los yanquis impusieron el TLC: México y Chile, que son hoy los eslabones más débiles de esa cadena de dominio.
Es que con la “revolución bolivariana” han logrado disciplinar a las masas en aquellos países que fueron sacudidos por el crac y la revolución durante los últimos años. Chile y México fueron dos países que quedaron por fuera de ese proceso: allí no primó la “revolución bolivariana” puesto que no hubo revoluciones con las que lidiar, sino que lo que primó fue la más brutal ofensiva recolonizadora del imperialismo para transformar a esas naciones, con el TLC, en nuevas estrellas de la bandera yanqui.
Esto es lo que explica que hoy al imperialismo y a las burguesías se les escape en ambos países un ascenso de las masas, que choca directamente contra dos regímenes totalmente bonapartistas como son el régimen cívico-militar chileno, y el régimen fraudulento del TLC en México.
En los últimos años, las burguesías de ambos países iniciaron procesos de autorreformas cosméticas en ambos regímenes para hacerles creer a las masas que estos iban a “democratizarse”. En Chile, ya el gobierno de Lagos y luego del de Bachelet, propiciaron algunos cambios de forma –como el que impulsan en el sistema electoral-; mientras que en México, después de décadas de Priato, la burguesía presentaba al régimen del PAN, el PRD y el PRI como la quintaesencia de la “democracia”. Pero lo que impusieron los TLC, atando con dobles y triples cadenas a Chile y México al imperialismo, no fue “más democracia”, sino por el contrario, regímenes más bonapartistas, cipayos y antiobreros todavía. No podía ser de otra manera: el imperialismo -que es reacción en toda la línea- y sus grandes empresas transnacionales, para garantizar su propiedad y su dominio, necesitan imponer siempre el gobierno más fuerte y autoritario que puedan. El redoblado dominio imperialista significa entonces, no “más democracia”, sino más pinochetismo en Chile, y el intento de consolidar en México con el PAN, el PRD y el PRI un régimen tan fraudulento, entreguista y represor como el viejo priato.
Hoy, las masas en lucha en Chile y México enfrentan directamente a estos dos regímenes bonapartistas hasta los tuétanos, los hacen crujir y amenazan abrirse para a la revolución y no dejar piedra sobre piedra de ellos. Para impedir esta perspectiva, los personeros y pregoneros de la “revolución bolivariana” han salido presurosos en ayuda de las burguesías chilena y mexicana, para apuntalar sus regímenes y gobiernos y sostenerlos ante el embate justiciero de los explotados. Este es precisamente el papel que juegan en México el PRD y López Obrador. Porque en México, el mayor fraude contra las masas es precisamente la “lucha contra el fraude” organizada por López Obrador: es un fraude decirles a las masas mexicanas que se puede luchar por la “democracia” sin tirar abajo el TLC que sojuzga doblemente a la nación al imperialismo, TLC del cual López Obrador, como burgués que es, es defensor acérrimo.
También juega este papel el EZLN, esa rara “guerrilla” que en 12 años no tiró un solo tiro y cuyo “Subcomandante” sólo “dispara” poemas y recorre el país en motoneta, mientras la burguesía ha desplegado a las fuerzas armadas y se prepara a aplastar a sangre y fuego a la Comuna de Oaxaca.
En Chile, los que juegan este rol son el PC y sus variantes como el Frente Popular Manuel Rodríguez (FPMR), todos ellos sostenidos y apoyados por el Foro Social Mundial. Una vez más, nada de esto podrían hacer sin la cobertura que les han dado los liquidadores de la IV Internacional, legitimando en nombre del “trotskismo” esta política contrarrevolucionaria continental.
Pero contra ellos, en los socavones de Huanuni, en las trincheras de la heroica resistencia iraquí, en las barricadas de la Comuna de Oaxaca, en los obreros y estudiantes que en Chile enfrentan al PC al grito de “Los pacos de rojo son los peligrosos”; en el despertar de la clase obrera norteamericana que pugna por desarrollarse contra la subordinación al Partido Demócrata que el Foro Social Mundial quiere imponerle, están las fuerzas para redoblar la lucha por un reagrupamiento internacional de los trotskistas principistas y las organizaciones obreras revolucionarias.

Volver a poner en pie el partido mundial de la revolución socialista, y en América Latina, un partido revolucionario único que pueda unir a la clase obrera del continente con sus hermanos de clase de Norteamérica y el mundo

La “revolución bolivariana” es, por si hacía falta, la confirmación de la bancarrota definitiva de los liquidadores de la IV Internacional, que se han pasado con armas y bagajes a la trinchera de la reforma, tomando la posta del stalinismo –hoy reciclado en corriente burguesa-, y de su política de colaboración de clases, de apoyar a militares “patriotas” o burgueses “progresistas”; de alinearse con la burguesía “democrática” contra el “fascismo”. En síntesis: han adoptado la seudoteoría stalinista de la “revolución por etapas”, y con ello, han renunciado a la lucha por el derrocamiento de la burguesía y por la dictadura del proletariado.
Contra todos ellos, se puso de pie la Fracción Leninista Trotskista –de la que la Liga Obrera Internacionalista (CI)-Democracia Obrera de Argentina, forma parte. La lucha por la revolución proletaria y por la independencia de clase del proletariado ha quedado definitivamente en manos de las fuerzas sanas del trotskismo y de las organizaciones obreras revolucionarias de América Latina y el mundo.
La economía y la división mundial de trabajo dirigidas por el imperialismo han entrelazado y entrelazan cada vez más íntimamente a los distintos países de nuestra América Latina, transformándolos casi en países monoproductores o proveedores de materias primas para el mercado mundial y en particular, para las insaciables transnacionales instaladas en China. También el accionar centralizado de la contrarrevolución imbrica más y más a las distintas naciones del continente, como queda claro en el cerco económico, político y militar que se ha montado contra la Bolivia revolucionaria.
Y mientras esto sucede, más y más la clase obrera es dividida país a país, sometida por las direcciones traidoras cada una a “su” propia burguesía. ¡Ese es el papel de esa cueva de bandidos y traidores que es el Foro Social Mundial! Hacen decenas de reuniones, foros y congresos internacionales; se encuentran todos en distintos países, se juntan todo el tiempo por sobre las fronteras para discutir cómo mejor traicionar la revolución latinoamericana; se centralizan férreamente, con un objetivo central: subordinar a cada clase obrera a su burguesía, mantener dividido al combativo proletariado latinoamericano que es una sola y misma clase, confinado país por país.
No hay tarea más urgente, entonces, que reagrupar y unificar a las fuerzas sanas del trotskismo y a las organizaciones obreras revolucionarias, con el programa y las lecciones de la revolución boliviana, de la lucha contra la “revolución bolivariana”, del combate contra el frente popular y el fascismo, de los acontecimientos más candentes de la lucha de clases internacional en el último período; para dotarlas de un internacionalismo militante que luche inclaudicablemente por volver a poner en pie, bajo el programa y las lecciones del Congreso de fundación de la IV Internacional en 1938, al Partido Mundial de la Revolución Socialista y en ese camino, completar la tarea histórica que nos legaron los bolcheviques-leninistas de la década del ’30: poner en pie un partido revolucionario en América Latina, que unifique a la clase obrera del continente y que la ligue con un lazo irrompible a sus hermanos de clase de los Estados Unidos, que tienen la llave para llevar la revolución latinoamericana a su victoria definitiva.
La revolución boliviana que hoy enfrenta momentos definitorios, es un eslabón de una única y misma revolución latinoamericana. El estado mayor del enemigo de clase ha comprendido esto perfectamente, y por ello, las burguesías cipayas del continente con sus ejércitos asesinos, alineadas cada una a tal o cual transnacional imperialista, preparan secesiones y guerras fratricidas para ahogar en sangre a la clase obrera boliviana y del Cono Sur si fuera necesario, para disputarse el control de los hidrocarburos y los minerales bolivianos.
Bajo estas condiciones, la tarea de poner en pie ese partido revolucionario latinoamericano unificado, se vuelve candente. Desde Alaska hasta Tierra del Fuego; del Atlántico al Pacífico, de Oaxaca a Huanuni, esa es la tarea que hemos puesto sobre nuestros hombros los trotskistas internacionalistas de la FLT.


Secretariado Internacional de la Fracción Leninista Trotskista (FLT)



Desde Nicaragua, carta del Comité Obrero a los mineros de Huanuni

“Nuestra solidaridad de clase frente al ataque de los cooperativistas esquiroles del gobierno de Evo Morales”

Managua, Nicaragua, 08 de Octubre del 2006.
 
Compañeros de la FLT:
 
Nos dirigimos a ustedes, como a los obreros mineros bolivianos, para manifestarles nuestra solidaridad de clase en estos momentos difíciles que están padeciendo producto de los cooperativistas esquiroles del gobierno de Evo Morales, que al mejor estilo del bonapartismo de las fuerzas nacionalistas de la burguesía y la pequeña-burguesía, tratan de imponer sus políticas para aplastar al verdadero movimiento obrero que lucha por sus intereses de clase.
Esto que están haciendo en Bolivia es una práctica histórica de estos gobiernos que utilizan un lenguaje disque revolucionario pero lo que realmente practican es un sistema de mantener al régimen capitalista con maquillaje para hacerlo atractivo o confundir a las masas. Esto fue lo que hicieron los SANDINISTAS en Nicaragua en los años ‘80 donde reprimieron con fuerzas toda manifestación del movimiento obrero que trataba de luchar por sus intereses de clase y que se profundizara la revolución de 1979. Muchos dirigentes obreros fueron a parar a la cárcel condenados a varios años de prisión, así como también fueron agredidos salvajemente por las fuerzas de choque de los frentistas.

 Ante estos momentos difíciles, desde Nicaragua les decimos que estamos solidarios con ustedes y adelante en la lucha revolucionaria.

 ¡Abajo el Gobierno Reformista de Evo Morales!
 ¡Derrotar a las fuerzas de choque de los cooperativistas!
 ¡Viva la lucha revolucionaria de los Obreros Bolivianos¡
 ¡Proletarios de todos los países, unidos!

 Comité Obrero



México

“TODO EL PODER AL PUEBLO!
¡Viva la heroica comuna obrera y campesina de Oaxaca!

Cuando vienen de cumplirse 38 años de la masacre de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, los ojos de la vanguardia proletaria de América y el mundo están puestos en la grandiosa lucha de los trabajadores y el pueblo de esa ciudad mexicana (capital del estado de Oaxaca) que han impuesto su propio poder - opuesto y enfrentado al poder burgués- con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. Allí, derrotando el 14 de junio en las calles a la policía y a las fuerzas de represión mandadas por el gobernador priísta Ulises Ruiz a desalojar el plantón (campamento en la plaza central de Oaxaca, el Zócalo) de los maestros en huelga, tomando en sus manos la ciudad y obligando a huir a los poderes constituidos, poniendo en pie su Asamblea Popular resolutiva, constituyendo su propia autodefensa, las masas han impuesto una Comuna obrera y campesina de Oaxaca que es una conquista revolucionaria no sólo de la clase obrera mexicana, sino de América y del mundo, pero que sólo se asentará si su lucha y sus demandas se extienden al resto del movimiento obrero y campesino de México.
Reproducimos en estas páginas el llamamiento de emergencia que lanzó la Asamblea Popular a los trabajadores de México y de todo el mundo, llamándolos a luchar en su defensa, en momentos en que Fox y su sucesor Calderón, junto al Secretario de gobernación de Oaxaca –es decir, el representante del gobernador Ulises Ruiz-, mientras llaman a los dirigentes de la APPO a “negociar”, se preparan para ahogar a sangre y fuego a la Comuna: han rodeado a Oaxaca con miles de tropas del ejército, de la Marina, de la Policía Federal Preventiva, sobrevuelan la ciudad con helicópteros y aviones militares, un bombardero y hasta han emplazado buques de guerra.
La heroica lucha de la Comuna de Oaxaca es la vanguardia indiscutida y el punto más alto que ha alcanzado el enorme ascenso obrero, campesino y popular que sacude a México desde hace varios meses, con las grandes luchas de los mineros y siderúrgicos de Michoacán, y los levantamientos obreros y campesinos en Atenco y Texcoco. Pero este ascenso había empezado al otro lado del Río Grande, en los Estados Unidos, con el ingreso al combate de millones de trabajadores inmigrantes latinos –en su mayoría, mexicanos- que se sublevaron contra la esclavitud, la persecución y el apartheid al que son sometidos en los Estados Unidos. En este combate de los trabajadores inmigrantes en Estados Unidos y de las masas mexicanas, se concentra hoy la lucha contra el dominio yanqui en América Latina, contra la redoblada ofensiva colonizadora del imperialismo, y contra el TLC que impone la esclavitud y la superexplotación de la clase obrera a uno y otro lado de la frontera.
El fantasma de la revolución mexicana sobrevuela el continente, poniendo los pelos de punta a la burguesía imperialista yanqui que sabe que no habrá Muro, ni “migra” ni “minutemen” que impida que la revolución se cuele en las entrañas mismas de la Norteamérica imperialista. Porque en México y en Estados Unidos, es una sola y misma revolución norteamericana, unida por el lazo de carne y hueso de doce millones de trabajadores inmigrantes latinos superexplotados.
En la entrada al combate de la clase obrera y los explotados de México, que tienen su avanzada en la comuna de Oaxaca y en el combate de sus hermanos de clase de los Estados Unidos, junto a la lucha de la clase obrera chilena y a la heroica resistencia de la clase obrera boliviana que hoy se ha atalonado en las minas de Huanuni, vive la revolución latinoamericana, enfrentando a esa farsa de la “revolución bolivariana” de Chávez, Morales, Fidel Castro y el Foro Social Mundial que hoy muestra su verdadero rostro masacrando a los mineros de Huanuni, y que ha fortalecido a los regímenes y gobiernos cipayos y al MERCOSUR -otro tratado de libre comercio de los monopolios imperialistas y las burguesías cipayas.

El TLC ató con dobles cadenas a México al imperialismo e impuso un régimen tan autoritario, fraudulento y represor como el viejo Priato

Al calor de una profunda disputa interburguesa, el México bronco se pone de pie después de doce años de resistencia de los explotados al TLC (NAFTA en sus siglas en inglés) con el imperialismo yanqui, que ató con dobles y triples cadenas a la nación al imperialismo.
El 1° de enero de 1994, el día que entraba en vigencia el TLC, comenzaba una insurrección armada de los campesinos pobres del estado de Chiapas, al grito de “Abajo el TLC”, que había significado la reimposición del latifundio y la penetración de los monopolios imperialistas en el campo, desposeyendo a los pequeños campesinos. Esta guerra civil en el campo, junto al estallido pocos meses después de la crisis económica del “tequilazo” provocaron un salto en la decadencia del Priato, el régimen de partido-estado (representado poe el Partido Revolucionario Institucional, PRI) que durante más de cincuenta años rigió en el México semicolonial (ver recuadro).
Para impedir que las masas barrieran con el Priato, el imperialismo y la burguesía impusieron el plan de la “transición pactada” –apoyado también por el Partido de Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD)- que consistía en una autorreforma del régimen hacia nuevas formas bonapartistas, pero con algunos cambios cosméticos y ropajes democráticos, incluida la “democratización” del PRI con elecciones internas.
Pero este plan de autorreforma del Priato fracasó a principios de 2000, frente a un nuevo embate de las masas que, rebasando el control de sus direcciones, irrumpieron en lucha por liberar a los estudiantes de la Universidad nacional Autónoma de México (UNAM) que habían sido detenidos después de 10 meses de huelga, con enormes movilizaciones, y con un levantamiento obrero y campesino en Tepatepec (estado de Hidalgo) que liberó a los estudiantes encarcelados en el Mexe, desarmando y tomando como rehenes a los policías.
Frente al peligro de que terminara abriéndose la revolución mexicana, el imperialismo y la burguesía se desembarazaron de los restos del Priato y de su fracasado plan de “transición pactada” e impusieron un nuevo plan: desviar a las masas a las elecciones para convencerlas de que votando en ellas se podía cambiar el odiado régimen del PRI. Para esta trampa, se valieron de la dirección del PRD y de los zapatistas (EZLN) -que ya venían de entregar el levantamiento campesino en la mesa de negociaciones en los “Acuerdos de San Andrés”, resignando la lucha antiimperialista contra el TLC, por la tierra y contra el Priato a cambio de una “autonomía” formal para las comunidades campesinas chiapanecas. Así se impuso Fox del PAN en la presidencia, y terminó más de medio siglo de Priato.
El México burgués cambiaba así, después de décadas, su régimen político en forma pacífica, es decir, evitando toda irrupción revolucionaria de las masas, sobre la base de una reforma de los restos del viejo Priato pactada por arriba entre las distintas fracciones de la burguesía, introduciendo cambios cosméticos para darle un barniz más “democrático”. Este nuevo régimen reemplazó el sistema de partido único (Priato), por la puja electoral de tres partidos -el PRI, el PAN y el PRD, estos dos últimos salidos de las entrañas del primero-, que se suponía que debían alternarse en el poder. De allí el nombre dado por la propia burguesía mexicana a su nuevo régimen: el “régimen de la alternancia”, sostenido desde afuera por el EZLN. Fue lo que denominamos un plan bismarckista senil, de autorreforma por arriba del régimen burgués (ver nota al final del artículo).
A partir del triunfo electoral de Fox en el 2000, la burguesía mexicana presentaba ante las masas al nuevo régimen surgido de ese plan bismarckista senil como la quintaesencia de la “democracia”. Pero lo que resultó de la imposición del TLC con Estados Unidos fue un régimen tan fraudulento, entreguista y represor como el viejo priato. Es que tras sus formas parlamentarias, el nuevo régimen de partidos que surgió –en el que el PAN una vez descartados los restos del Priato, se erigió como el agente más abierto y directo del imperialismo yanqui- no podía dejar de ser un régimen más bonapartista, autoritario y antidemocrático aún, porque es el régimen del TLC, de la atadura con dobles y triples cadenas de México al imperialismo. Y como el viejo Priato, recurre al más escandaloso fraude, como viene de hacerlo el PAN en las elecciones presidenciales del 2 de julio contra otra variante burguesa de este régimen del TLC, como es PRD, al igual que en 1988 los hiciera Salinas de Gortari del PRI también contra ese partido.
En este régimen del TLC y el fraude, el PRD encabezado hoy por López Obrador -apoyado y alabado, en primer lugar, por el stalinismo y todas las direcciones traidoras agrupadas en el Foro Social Mundial- juega un papel clave para contener a las masas explotadas e impedir que éstas irrumpan decisivamente contra Fox-Calderón y el conjunto del régimen infame, transformando al Distrito Federal (DF, o sea México capital) y a todo México en una Oaxaca. Ese fue el objetivo del “plantón” (acampe) de dos meses que López Obrador organizó en el Zócalo del DF “contra el fraude” y “por la democracia”, subordinando así toda una franja de las masas a la fracción de la burguesía que este partido representa (tan pro-imperialista, antiobrera y defensora del TLC y del régimen del fraude como Fox y el PAN, y como el PRI). Esta estafa del PRD y López Obrador contra las masas explotadas ¡ese es el verdadero “fraude”!: hacerles creer que puede haber “democracia” sin romper con el imperialismo, sin tirar abajo el TLC, del cual López Obrador y el PRD son fervientes partidarios.
El papel jugado por López Obrador, y también por el EZLN –como veremos más adelante- es la muestra de que hoy, cuando el ascenso obrero y campesino hace crujir al régimen del TLC, cuando las masas amenazan con abrir la revolución y barrerlo del mapa, vienen en su ayuda, para sostenerlo, los personeros de la “revolución bolivariana” en México, apoyados por el castrismo y todas las direcciones agrupadas en el Foro Social Mundial.

En defensa de la Comuna de Oaxaca:
¡Abajo Ulises Ruiz! ¡Todo el poder a la APPO!
¡Que todas las organizaciones obreras y campesinas de lucha de México envíen delegados de base mandatados a Oaxaca para organizar la defensa y la huelga general en todo el país!

El imperialismo yanqui ha lanzado una redoblada ofensiva sobre México, puesto que después de 12 años de TLC, necesita terminar de moldear a la nación definitivamente según sus necesidades: esto significa quedarse con la PEMEX (Petróleo Estatal Mexicano) y con la empresa nacional de electricidad. No es casual entonces que el nuevo presidente impuesto mediante el fraude, Felipe Calderón, sea el ex ministro de energía del gobierno de Fox.
El ascenso obrero, campesino y estudiantil antiimperialista que sacude al país, es la respuesta de los explotados a esa ofensiva. La Comuna de Oaxaca es su jalón más avanzado.
La burguesía mexicana, el gobierno de Fox-Calderón y el régimen infame del fraude y del TLC son total y absolutamente conscientes del terrible peligro que esa Comuna -cuyo ejemplo empieza a cundir a lo largo y a lo ancho de México donde se están poniendo en pie Asambleas Populares en el estado de Guerrero y otros estados- significa para su dominio y su propiedad. Son absolutamente conscientes de que en Oaxaca se enfrentan dos poderes distintos de dos clases distintas e irreconciliables: de un lado, el poder de los monopolios imperialistas, la burguesía nativa, sus instituciones y sus bandas armadas; del otro, el poder de los obreros, los campesinos pobres y el pueblo explotado de Oaxaca con sus propias instituciones: su APPO que agrupa a los representantes de casi 400 organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y populares en lucha, que resuelve, ejecuta e imparte justicia, que ha puesto en pie sus propios organismos de autodefensa, y que es el único poder legítimo y reconocido por los trabajadores y los explotados oaxaqueños.
Por ello, el imperialismo y la burguesía, mientras por un lado muestran la “zanahoria” de la negociación, preparan descomunales fuerzas militares para aplastarla. ¡Esto es lo mismo que hizo en Bolivia el gobierno de frente popular de Morales, que se sentaba en la mesa de negociación con los mineros de Huanuni para implementar los 1500 puestos de trabajo que éstos, luchando junto con los campesinos y los desocupados, habían conquistado, y al mismo tiempo mandaba a los patrones cooperativistas como fuerzas de choque contrarrevolucionarias para que los aplastaran a sangre y fuego!
La misma trampa preparan contra los Comuneros de Oaxaca. Así hoy, mientras que el secretario de gobernación encargado de la negociación dice que pagará el aumento a los docentes, que anulará las causas judiciales contra los dirigentes de la APPO y liberará a los presos políticos; mientras una comisión del Senado viaja a Oaxaca para constatar el “desgobierno” –por supuesto que sin aceptar la primera demanda de la lucha, que es la renuncia de Ulises Ruiz, el sanguinario y odiado gobernador de Oaxaca-, sigue con las tropas apostadas y listas, mientras los “porros” (matones) del PRI han atacado nuevamente a balazos limpios a los comuneros, dejando cuatro nuevos heridos, dos de ellos muy graves.
Es necesaria entonces una respuesta masiva y contundente al llamamiento realizado por los comuneros oaxaqueños, por parte de la clase obrera y los explotados de todo México: ¡Viva la Comuna y su grito de “Todo el poder al pueblo”! ¡Abajo Ulises Ruiz! ¡Todo el poder a la APPO! ¡Libertad inmediata e incondicional para todos los presos políticos! ¡Que todas las organizaciones obreras y campesinas de lucha de todo el país envíen delegados de base mandatados a Oaxaca para garantizar la defensa de la Comuna y organizar la huelga general en todo México para impedir la represión, para que triunfe la Comuna y sus reclamos, y para centralizar la lucha de las masas mexicanas!
Los heroicos comuneros oaxaqueños ya han organizado la autodefensa, poniendo en pie más de 3.000 barricadas coordinadas y centralizadas, y el “Cuerpo de topiles”, que son comités de autodefensa obreros y campesinos. ¡Hay que poner en pie en todo México los “comités de topiles”, para defender a los obreros y campesinos pobres, a sus organizaciones y sus luchas de los ataques de la policía y el ejército, de los “porros” de la burocracia sindical “charra” (ver recuadro) y de las guardias blancas de los hacendados que masacran a los campesinos!

El EZLN tiene la responsabilidad de impedir que Oaxaca quede aislada: ¡los obreros y campesinos pobres de Chiapas y Guerrero deben ponerse de pie junto a sus hermanos oaxaqueños!
 
Oaxaca no puede quedar aislada, cuando su grito de “Abajo el TLC” y “Tierra para los campesinos” y “Abajo el régimen infame” es la misma demanda por la cual se levantaron los campesinos chiapanecos en 1994; cuando en el vecino Estado de Guerrero las masas explotadas ya están siguiendo su ejemplo y poniendo en pie sus Asambleas populares. ¡Los obreros y los campesinos pobres de Chiapas y Guerrero deben ser los primeros en responder al llamamiento de sus hermanos de la Comuna de Oaxaca y unirse en una misma lucha contra el imperialismo y el régimen del TLC del PAN, PRI y PRD!
El EZLN que en 1994 fue puesto en la cresta de la ola de la insurrección chiapaneca contra el TLC, por el momento se ha limitado a expresar su apoyo verbal a la lucha de los explotados oaxaqueños, mientras el Subcomandante Marcos escribe cartas y recorre México en motoneta impulsando “la Otra Campaña”. ¡Basta de pasividad y de apoyo de palabras! El EZLN debe poner a disposición de la defensa de la Comuna de Oaxaca y de la lucha por su triunfo, todos sus recursos y sus medios, y llamar a los obreros y campesinos pobres de Guerrero y Chiapas a levantarse y a seguir su ejemplo, para conquistar la Federación de Comunas obreras y campesinas de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, y abrir el camino a la revolución mexicana que derribe al régimen del fraude y la entrega del PAN, PRI y PRD, el único camino para terminar con el TLC, conseguir la tierra para los campesinos y todas las demandas por las que dieron la vida desde 1994 tantos explotados chiapanecos.

¡Abajo el régimen del fraude y el TLC del PAN, el PRI y el PRD!

Para que la Comuna de Oaxaca triunfe y viva, su combate y demandas deben generalizarse. La única forma de terminar con el fraude del PAN, PRI y el PRD, es derrotando y no dejando piedra sobre piedra del régimen infame del TLC. Por ello, es necesario luchar por que las organizaciones obreras y campesinas de México rompan con la subordinación a la burguesía que les imponen sus direcciones y conquistar una Asamblea Popular Nacional de delegados de base de todas las organizaciones obreras, campesinas y estudiantiles en lucha, que centralice el combate y organice la huelga general y una lucha decisiva hasta barrer al gobierno de Fox-Calderón y al régimen del TLC del PAN, el PRI y el PRD e imponer las demandas de las masas explotadas del México bronco que hoy se ha puesto de pie: ¡Abajo el régimen del fraude y el TLC del PAN, PRI y el PRD! ¡Abajo el TLC saqueador de México! ¡Expropiación sin pago de los terratenientes y los pulpos imperialistas, para darles la tierra a los campesinos! ¡Expropiación a los banqueros sin indemnización, y banca estatal única bajo control de los trabajadores para darles crédito barato a los campesinos! ¡No a la privatización de PEMEX! ¡Nacionalización sin pago y bajo control obrero de todos los monopolios y de las empresas privatizadas! ¡Trabajo y salarios dignos para todos, repartiendo las horas de trabajo entre todas las manos dispuestas a producir, con un salario mínimo a nivel de la canasta familiar!
La independencia nacional, la tierra para los campesinos, el pan y el trabajo para los obreros, sólo podrán ser resueltas íntegra y efectivamente por un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino, apoyado en las masas autoorganizadas y armadas, impuesto con una insurrección triunfante sobre las ruinas del régimen infame del TLC y el fraude. Ese gobierno obrero y campesino será el único que inclusive podrá garantizar una Asamblea Constituyente verdaderamente soberana que rompa con el imperialismo, resuelva la cuestión agraria y en la que las masas explotadas de México puedan discutir democráticamente sus grandes problemas.

Llamamiento de emergencia a los obreros y campesinos de Estados Unidos, América Latina y del mundo: ¡de pie en defensa de la Comuna de Oaxaca!

El principal aliado de los comuneros de Oaxaca y de los explotados mexicanos, es la clase obrera norteamericana, y en particular, los millones de trabajadores inmigrantes latinos de los Estados Unidos. Para el proletariado norteamericano, el TLC significa despidos, pérdida de empleos, rebajas salariales, pérdidas de conquistas. Para la clase obrera y el pueblo mexicano, el TLC es superexplotación, maquilas, esclavitud, saqueo de la nación, expulsión de los campesinos de la tierra. La clase obrera de los Estados Unidos tiene que levantarse en defensa de la Comuna de Oaxaca y de sus hermanos de clase mexicanos, al grito de ¡Somos una misma clase a uno y otro lado de la frontera! ¡Abajo el TLC!, ¡Abajo el Muro de Bush, Hillary Clinton y compañía!, ¡Basta de persecución, superexplotación, deportaciones y asesinatos de los obreros inmigrantes mexicanos y latinos en los Estados Unidos! ¡Ciudadanía inmediata y todos los derechos sociales, económicos, políticos y sindicales a todos los trabajadores inmigrantes!
El TLC nivela hacia arriba las ganancias de los monopolios y de la burguesía cipaya mexicana, y hacia abajo los salarios de la clase obrera. Hay que nivelar hacia arriba el salario obrero y hundir las ganancias de los capitalistas de un lado y del otro de la frontera: ¡a igual trabajo, igual salario! El mismo salario, condiciones de trabajo y beneficios de los obreros norteamericanos, para los obreros mexicanos. ¡Por la unidad de la clase obrera de toda América del Norte, que sólo podrá conquistarse derrotando a la burocracia sindical de la AFL-CIO sirviente del régimen imperialista de los “Republicratas”, y a la burocracia “charra” mexicana, sirviente del régimen del TLC y el fraude del PAN, PRI y PRD!
Desde la Fracción Leninista Trotskista –de la cual es parte la LOI (CI)-Democracia Obrera de Argentina, hacemos nuestro el llamamiento de la Comuna de Oaxaca, y llamamos a las organizaciones obreras, campesinas y estudiantiles de América y del mundo a ganar las calles, a rodear las embajadas y consulados de México, a realizar movilizaciones, paros, etc., en apoyo a la heroica lucha de los trabajadores y el pueblo de Oaxaca y para parar la masacre que, para aplastarla, preparan Fox, Calderón y el régimen infame del TLC y el fraude.

Silvia Novak


“Bismarckismo”, por analogía –con todos los límites que ello implica- con la política impulsada por el canciller Bismarck y la burguesía alemana a mediados del siglo XIX. En la revolución de 1848 en Francia, por primera vez en la historia, el proletariado naciente, que había entrado a la lucha contra la monarquía detrás de la burguesía, la superó en el curso mismo de la revolución. La burguesía francesa y europea se aterrorizó, y aplastó a la heroica clase obrera a sangre y fuego.
Luego de ello, la burguesía alemana, para evitar que le sucediera lo de Francia, en lugar de realizar su revolución burguesa, derrocar a la monarquía, abolir todo rastro de feudalismo e imponer la República burguesa, realizó un pactó con la monarquía y los Junkers y realizó una transición sin revolución hacia un régimen republicano burgués, dando un enorme impulso al capitalismo alemán y con ello, al desarrollo de las fuerzas productivas en la época en que el capitalismo aún jugaba, al decir de Marx, un rol redentor.
Es en este sentido que definimos al plan de autorreforma del régimen en México como “bismarckista”, pero en este caso, senil, ya que en esta época imperialista de reacción en toda la línea, de decadencia de las fuerzas productivas, el “bismarckismo” va dirigido directamente contra la revolución proletaria.

Del régimen de partido-estado del PRI al levantamiento de Chiapas y la imposición de la “transición pactada”

Desde mediados de la década del ’30, México se había mantenido como un país semiautárquico, que mantenía grandes conquistas nacionales –petróleo, electricidad, ferrocarriles, telecomunicaciones nacionalizadas-, e inclusive la herencia de reformas agrarias parciales, todas ellas subproducto y herencia de la heroica lucha de las masas en la revolución mexicana de las primeras décadas del siglo XX, bajo el corsé de un régimen bonapartista hasta los tuétanos, el régimen del PRI. En este régimen, el Priato, basado en fraudes electorales recurrentes y con íntimos lazos con el imperialismo y las 24 familias que dominaban el país, se sostenía en el más férreo control de las masas mediante una estatización completa de los sindicatos encabezados por una burocracia sindical vitalicia –los “charros”-, ligada al estado por miles de prebendas y apoyada en una organización de matones (“porros”), encargados de aplastar a sangre y fuego toda disidencia en las filas obreras. A los campesinos los controlaba comprando a los distintos caciques y jefes de las comunidades indígenas. Asimismo el dominio del PRI se basaba en un inmenso aparato burocrático estatal con un funcionariado de alrededor de seis millones de personas.
Este régimen que había nacido a mediados de la década del ’30 como bonapartismo “sui géneris” –es decir, como nacionalismo burgués bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas-, fue transformándose a lo largo de más de medio siglo años, y como no podía ser de otra manera, hacia un régimen cada vez más pro-imperialista.
La decadencia del Priato comenzó en los ’80, cuando la brutal ofensiva imperialista provoca primero la crisis de la deuda externa (1982) y luego una terrible devaluación como consecuencia de la crisis de la bolsa de Wall Street en 1987. El Priato fue entonces el instrumento de aplicación de los planes imperialistas, de privatizaciones y apertura económica, de concentración de la tierra, de instalación de maquiladoras y de masiva inmigración al Norte, para garantizarle mano de obra esclava a la burguesía yanqui. Comenzó así a perder legitimidad ante las masas. Para contener su descontento, de las entrañas mismas del PRI la burguesía monta el PRD con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza, como nueva mediación para contener por izquierda con ilusiones democráticas la ruptura de franjas enteras de las masas con el PRI. El PAN surgía como variante más conservadora y pro imperialista.
Las enormes movilizaciones de masas contra el fraude electoral en 1988 – frenadas por Cárdenas y el PRD que aceptó el resultado para sacar a las masas de las calles-, marcaron el inicio de un enorme ascenso obrero y campesino contra el Priato, que en 1994 entra en un período de guerra civil con el levantamiento de Chiapas. Para impedir que las masas avancen a la revolución y no dejen piedra sobre piedra del odiado Priato, el imperialismo y la burguesía pergeñaron el plan de la “transición pactada”.



Llamamiento de la Comuna de Oaxaca

Comunicado de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca con motivo de el 38 aniversario de la masacre de Tlatelolco

AL PUEBLO DE MÉXICO:
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO:

Dos de octubre, ¡NO SE OLVIDA!

Hace 38 años, cientos de miles de jóvenes tomaron las calles por asalto para protestar en contra de un gobierno despótico y autoritario, para luchar en aras de la democracia que tanto necesitara el país, escribiendo en la historia de nuestra pueblo mexicano una de sus más gloriosas paginas; la respuesta del Estado fue la represión… de entonces a la fecha, el movimiento estudiantil de 1968 a marcado un parte aguas en la historia moderna de México, el ‘68 cimbro la conciencia de todos los sectores de la sociedad, hasta los políticos del sistema hoy en día rechazan y condenan aquella matanza realizada por las hordas Diazordacistas.
La matanza realizada en aquel entonces fue echa en base “al derecho que el Estado tiene para administrar la violencia” según palabras expresadas, no por Díaz Ordaz o Echeverría, si no por Monseñor Carlos Abascal Carranza, Secretario de Gobernación, hace unos días, refiriéndose a la forma de resolver el conflicto en la Ciudad de Oaxaca.

Hermanos y hermanas:

El gobierno Federal prepara una masacre en contra del pueblo de Oaxaca, miles de efectivos militares se encuentran ya en el estado, han llegado centenares de vehículos de desplazamiento terrestre, helicópteros, aviones de reconocimiento táctico, buques de guerra, avionetas y ¡un bombardero!, Esa es la respuesta que da un gobierno fascista a un pueblo rebelde y digno. Creen ellos que de esta manera pondrán de rodillas a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, creen ellos que con esto amedrentaran al pueblo de Oaxaca, sueñan ellos con imponerse nuevamente, a costa de lo que sea sobre un pueblo que a despertado ya. Sueñan ellos acabar con la lucha y resistencia del Pueblo de Oaxaca para poder imponer los planes económicos que prometieron a sus amos imperialistas.
La APPO responde y declara que estamos dispuestos a ofrendar nuestras vidas en aras de la democracia en nuestro estado, que la salida del Tirano Ulises Ruiz Ortiz no esta a negociación, y que si los yunquistas en el poder buscan ahogar en sangre la lucha del pueblo Oaxaqueño: que nuestra sangre sirva para ahogar a todos los fascistas y vendepatrias, que nuestra sangre sirva para abonar la democracia en nuestro país.
Los pueblos de Oaxaca hemos sido pacíficos por naturaleza, nuestra existencia es sencilla y podemos decir que se basa en el apotegma dicha por nuestro indio de Guelatao “el respeto al derecho ajeno es la paz”, sin embargo, cuando ese derecho nos es violentado, buscamos las formas de hacerlo respetar, llevamos ya mas de 500 años de resistencia, durante los cuales la democracia, la justicia, la resistencia, la lucha pasaron a formar parte de nuestros usos y costumbres, contra esta tradición de lucha los fascistas que hoy gobiernan el Estado y el País nada podrán hacer. Como ocurrió con el fallido desalojo del 14 de junio; una agresión por parte de las fuerzas federales solo calentara mas los ánimos en nuestro estado, cientos de pueblos en el estado velan ante una eventual salida represiva que intente dar el Gobierno Federal.
Ante la llegada de elementos de la PFP, ejercito y marina, el pueblo de Oaxaca a respondido pacíficamente levantando mas y mas barricadas, tan solo en la ciudad capital su numero asciende a mas de 3,000. Una de las cosas que pedía Abascal que en las mesas de dialogo, era precisamente, el retiro de las barricadas, pero ¿cómo diablos pide eso cuando siguen manteniendo al Tirano en el poder?, ¿Acaso no sabe que las barricadas aparecieron en la ciudad de Oaxaca instantes después que los escuadrones de la muerte conformados por grupos de elite de la Policía Estatal, asi como por sicarios contratados por URO, agredían a ráfagas de AK-47 y R-15 a los plantonistas? ¿Acaso no sabe que las barricadas se levantaron para protegernos de las agresiones de los sicarios del Tirano quienes asesinaron la madrugada del 22 de Agosto al compañero Lorenzo San Pablo?, las barricadas para el pueblo de Oaxaca representan la vida misma y mientras el Tirano no se vaya, las barricadas no se levantaran.
Es por esta razón, que en esta etapa las barricadas se han multiplicado, ante la eventual agresión por parte de las fuerzas al mando de su “Comandante Supremo” Vicente Fox Quezada, las barricadas se han levando en uso del derecho legitimo que tienen los pueblos y el ser humano a defender su vida.
Condenamos la doble cara del gobierno Federal que por un lado dice negociar y por el otro militariza nuestro estado y busca generar las condiciones políticas para llevar a cabo la represión. El día de ayer fue secuestrado nuestro compañero Pedro García, estudiante de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UABJO, dirigente de la Coordinadora Estudiantil de Facultades de la UABJO, miembro de la Unión de la Juventud Revolucionaria de México-Frente Popular Revolucionario, al mismo tiempo grupos de helicópteros nuevamente sobrevolaban la ciudad. En la noche de ayer colonos de Brenamiel fueron agredidos por grupos de porros al servicio del PRI, que la misma Procuraduría General de Justicia del Estado a reclutado entre los delincuentes.
En el transcurso de la mañana del día de hoy, se llevaron a cabo varios actos terroristas, sobre sucursales de bancos, por una supuesta organización armada denominada Organización Armada Revolucionaria, supuestamente vinculada con la APPO. Ante esto, la APPO SE DESLINDA TOTALMENTE, de estos actos terroristas, y por el contrario ACUSAMOS A ULISES RUIZ ORTIZ, LINO CELAYA LURIA Y HELIODORO DÍAZ ESCARRAGA QUIENES SON LOS RESPONSABLES DIRECTOS de estas acciones terroristas, pues estos bombazos son parte del plan maquiavélico que están llevando a cabo, en la idea de justificar la intervención de las fuerzas federales. Sabemos que pretenden seguir con estas acciones en las próximas horas, incluso estos asesinos planean realizar actos en los que mueran personas de la sociedad civil, para justificar los hechos de represión, así como sucedió con la aparición de grupos guerrilleros en la sierra Juárez, ahora en la ciudad de Oaxaca pretenden demostrar la presencia de la guerrilla, por lo que como Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca denunciamos este plan maquiavélico.
Cuatro mil elementos de la Marina partieron del puerto de Salina Cruz, avanzan sobre la carretera istmo-Oaxaca con rumbo a la capital del estado, calculándose su arribo alrededor de las 5 de la tarde, la pinza militar se esta cerrando. Acá estamos, firmes y dignos.

A LOS PUEBLOS DE MÉXICO Y DEL MUNDO: Les hacemos un llamado a generar movilizaciones contundentes en todas las ciudades y en la Ciudad de México, mediante marchas, plantones, paros, huelgas, cierre de carreteras, etc., para evitar una masacre que el gobierno esta preparando contra el pueblo de Oaxaca. A los pueblos del mundo les llamamos a realizar protestas en todas las embajadas y consulados de México en los diversos países del mundo para repudiar la masacre que esta orquestando el gobierno mexicano en contra del pueblo de Oaxaca.

A LAS ORGANIZACIONES DE DERECHOS HUMANOS Y ONGs, A LA PRENSA NACIONAL E INTERNACIONAL, les llamamos a que integren de manera inmediata sus brigadas y se trasladen a la ciudad de Oaxaca, con el fin de blindar al pueblo de Oaxaca ante la inminente represión.

AL GOBIERNO FEDERAL. Les responsabilizamos de cualquier hecho sangriento sobre nuestro pueblo. Les llamamos por el contrario a buscar una salida política, legal e institucional a la demanda fundamental del pueblo de Oaxaca, por lo que mantenemos la disposición de dialogo. Ustedes serán los responsables de lo que ocurra en el Estado y en el país.

Compañeros y compañeras:

Dos de octubre, ¡NO SE OLVIDA! Nuestro mejor homenaje para nuestros compañeros caídos será ofrecer nuestra sangre para que el país por el que ellos lucharon y murieron pueda nacer.

ACÁ ESTAMOS, FIRMES Y DIGNOS.
¡VIVA EL HEROICO PUEBLO DE OAXACA!
¡VIVA LA COMUNA DE OAXACA!
¡TODO EL PODER PARA EL PUEBLO!

ASAMBLEA POPULAR DE LOS PUEBLOS DE OAXACA.

Centro Histórico de la ciudad Oaxaca de Juárez, Oaxaca, 2 de octubre de 2006


ELECCIONES EN BRASIL
UN TRIUNFO REACCIONARIO DEL REGIMEN

Pasó el primer acto de las elecciones presidenciales en Brasil, que se completará con la segunda vuelta electoral. Entre el Frente que postulaba a Lula (48,6 %) y el opositor que presentaba a Alckmin (41,5%), se llevaron el 90% de los votos válidos. El resto se distribuyó entre el Frente de Izquierda que postulaba a Heloisa Helena (6,8 %), el que presentaba a Cristovam Buarque (2%) y el resto de las fuerzas arañaron el 1%. Entre los votos blancos y nulos sumaron alrededor del 8% y hubo un 16,75 % de abstención. Ya se tejen todo tipo de especulaciones sobre como harán Lula y Alckmin para ganar la segunda vuelta. Que táctica desarrollarán, que acuerdos tejerán con otros partidos, etc., y cuál será la actitud de los demás candidatos.
Lo primero que cabe decir es que estas elecciones fueron un triunfo reaccionario de la burguesía y el régimen. Nada quedó fuera de su control. No hubo ninguna opción obrera o clasista que se presentara en estas elecciones defendiendo los intereses de la clase obrera en su conjunto, única forma de utilizar las elecciones de forma revolucionaria. Todas las variantes electivas presentadas fueron frentes y partidos burgueses o reformistas integrados al régimen. Entre todos, incluidos los “frentes de izquierda”, sacaron casi el 99% de los votos válidos. La Desde la candidatura de Alckmin en la derecha conservadora, pasando por Lula, al del “frente de izquierda”, nada quedó por fuera del régimen burgués. Por eso los mercados financieros al día siguiente de la elección hicieron sentir su alegría mejorando las cotizaciones.
Es que la burguesía festejaba que luego de un turno de gobierno de Lula aplicando las peores políticas proimperialistas, como la reforma de la previsión, permitiendo la esclavitud en el campo, con un movimiento obrero que tiene el peor salario en dólares en mucho tiempo; el sector de la vanguardia obrera que rompía con el gobierno no se haya constituido en una corriente revolucionaria de clase que enfrentara al régimen del pacto social.
Lo segundo que la burguesía tenía claro es que le va la vida en lo que suceda con el gas y los hidrocarburos bolivianos. El gigante chino que abre las posibilidades de enormes negocios para las burguesías nativas como socias menores del imperialismo, no permite pérdidas de tiempo, y la burguesía brasileña lo sabe. El sector de Lula, asociado a los bancos y la Totalfina, defiende su política de “negociación” con Morales, que los lleva a quedarse con los grandes negocios vía los créditos y la rapiña de los hidrocarburos bolivianos, ya sea para venderlos en el propio Brasil, ya sea para exportarlos; hasta ahora viene avanzando y no quiere que nada interrumpa ese avance.
El sector de Alckmin, ligado a la producción de los grandes productores de San Pablo, que necesitan del gas boliviano para explotar a los propios obreros brasileños y que no tienen seguridad de conseguirlo indefinidamente, critican a Lula por blando e inclusive esgrimen la posibilidad de intervenir militarmente.
Por eso, utilizando a la burocracia sindical y la aristocracia obrera brasilera, la burguesía brasileña se ha convertido en un actor principal contra los obreros y campesinos bolivianos al mismo tiempo que gracias al pacto social que mantiene con las direcciones traidoras de todo pelaje avanza sobre el nivel de vida, el salario y las condiciones de trabajo de las masas brasileras. Cada paso de la Petrobras y la Totalfina sobre los hidrocarburos bolivianos está acompañado con una nueva vuelta de tuerca a los trabajadores en Brasil. La reforma laboral en ciernes, el supersimples (decreto del ministerio de trabajo que avanza en la precarización laboral), la profundización de la reforma provisional, incluso el desmantelamiento cada vez mayor de las ocupaciones de tierras de los campesinos pobres y trabajadores sin tierra.
No se puede enfrentar en Brasil al imperialismo, sin unir su suerte a la de sus hermanos de Latinoamérica. ¿Cómo luchar en Brasil por la nacionalización completa de Petrobrás y las privatizadas, sin luchar por romper el anillo económico político y militar que quiere estrangular la revolución boliviana, sin levantar la necesidad de que ni un solo centímetro cúbico de gas boliviano salga de ese país si no lo decide un gobierno de los obreros y campesinos? ¿Cómo enfrentar con posibilidades de éxito los despidos en la VW, sin ligarlo a la lucha de las automotrices en el continente y ver que se está luchando contra una política continental que es parte de la relocalización de las industrias monopólicas en todo el mundo? El ingreso de Venezuela al MERCOSUR y los acuerdos comerciales con Bolivia y Cuba, son un acuerdo burgués contra las masas latinoamericanas y sus luchas, y en especial contra la revolución boliviana. ¿Cómo enfrentar al gobierno de Lula y al régimen sin enfrentar al MERCOSUR?
Y para eso se necesita una dirección firme, un programa claro y organizaciones de lucha de la clase obreras independientes.
Toda intervención obrera en el proceso electoral que no haya partido de estas premisas, no podía plantear una pelea correcta en la contienda electoral, más allá de la táctica específica que utilizara. Porque debía enfrentar los planes contra la vanguardia de la revolución latinoamericana que son los obreros y campesinos bolivianos, el anillo que quiere estrangularlos y su unidad con la lucha y las necesidades de las masas trabajadoras brasileñas; y el enfrentamiento sin cuartel a las direcciones traidoras que a cada paso contienen y desvían la lucha revolucionaria de las masas sometiéndolas a la burguesía, agrupadas en el Foro Social Mundial entre las que la burocracia castrista cumple un rol destacado. Y tampoco podía preparar a los trabajadores para el ataque que viene, porque gane quien gane en la segunda vuelta, lo que viene para los trabajadores es más precarización, reforma laboral, devaluación, inflación, etc. Es decir más superexplotación hambre y miseria para las masas, mayores superganancias para los monopolios imperialistas y sus socios nativos de las burguesías cipayas.
Por esta razón cualquier balance sobre las elecciones en Brasil debe partir de la premisa de si la intervención electoral preparó y fortaleció esta perspectiva de la lucha obrera revolucionaria, o no. Si fortaleció la independencia de clase y la acción internacionalista de los trabajadores o si los sometió a la burguesía, a la colaboración de clases y a las direcciones traidoras; o simplemente si fue impotente para enfrentarlas.

EL FRENTE DE IZQUIERDA: UNA OPCION CONTRA LOS TRABAJADORES Y PARA BUROCRATIZAR CONLUTAS

Está claro que el Frente de Izquierda PSOL-PSTU-PCB, no cumplió ninguna de estas premisas. Por el contrario su función fue la de convertirse en un nuevo dique de contención que evitara que la vanguardia obrera que rompía con el gobierno de Lula, el PT y la burocracia de la CUT, tomara un camino revolucionario. Esa tarea la cumplió con creces.
El PSTU tuvo en sus manos la posibilidad de que empezara a surgir una opción obrera revolucionaria, que se enfrentara al régimen del pacto social en las calles y que además presentara una alternativa de clase que utilizara revolucionariamente las elecciones preparando la lucha por la unidad con la revolución boliviana y contra el ataque que prepara la burguesía en Brasil.
Esa posibilidad la liquidó en el CONAT (congreso nacional de CONLUTAS desarrollado en mayo). Al transformar a CONLUTAS en una central sindical más del régimen, impidió el surgimiento de una alternativa revolucionara que se expresara en el terreno electoral. La posibilidad de éxito de esa alternativa se vio reflejada no solo en los millones que rompiendo con el PT votaron al frente de izquierda, sino también en los millones de votos en blanco y nulos.
Por su política de “Frente de izquierda”, subordinándose a la política del stalinismo y el Foro Social Mundial, el PSTU estranguló en un solo acto, la posibilidad de candidaturas obreras revolucionarias del CONLUTAS en las elecciones y liquidó al CONLUTAS como organismo de autodeterminación de las masas para luchar, convirtiéndolo en una nueva central del régimen dirigida por una nueva burocracia de "izquierda”. Y liquidó el apoyo a la revolución de los obreros y campesinos bolivianos y por el contrario llamó a apoyar la farsa de nacionalización de Evo Morales que no es otra cosa que una rediscusión de los contratos con las multinacionales para negociar una tajada mayor para la burguesía nativa.
Ha cumplido con creces su función de postrar a los trabajadores a los pies de Heloisa Helena, la candidata predilecta del Foro Social Mundial y la colaboración de clases, y con ello los sometió a la burguesía. Ahora alegremente llama a votar nulo para lavarse la cara luego de haber arrastrado a la vanguardia obrera a la colaboración de clases. Inclusive, nada dice de que Heloisa Helena y la declaración oficial del PSOL aunque critican duramente a ambos candidatos, Lula y Alckmin, no llaman claramente a votar nulo. Son todas medias palabras para abrir camino al voto positivo; dice por ejemplo: “En el segundo turno, la Ejecutiva Nacional del PSOL deliberó por no indicar el voto ni por Lula ni por Alckmin”, y más adelante afirma “Nuestras electoras y nuestros electores son mujeres y hombres libres, y tienen el derecho de elegir cómo votar. Pero el PSOL tiene definición: no indicar el voto por ninguno de los dos candidatos.” Es decir vote por quien quiera. Lula, Alckmin, o nulo. Y el PSTU encubre nuevamente la trampa.
Lo que prueba, si hacía falta, que el PSTU es conciente de lo que hace, es que insiste en su política de colaboración de clases, en el balance de las elecciones firmado por su dirigente nacional Eduardo Almeida Neto.
El balance de Almeida Neto, se titula “El acierto de la construcción del Frente de Izquierda” y lo fundamenta en que “Era fundamental unificar la vanguardia que hace su experiencia con el gobierno de Lula, para presentar una alternativa para los trabajadores y la juventud. Y fue este el resultado más importante, que no existiría en caso de que hubiese una dispersión de la izquierda en diversas candidaturas, sin posibilidades de presentar una alternativa fuerte.” Y ratifica que lo principal no son los votos sino “Lo fundamental es su importancia política para los trabajadores”.
El propio Almeida Neto en otro artículo admite que el frente no fue un frente “clasista”; en la edición 267 de Opinión Socialista, periódico del PSTU, dice que, “el PSTU defendía un frente clasista, y este carácter acabó por no ser aceptado por el PSOL y el PCB”. Es decir que el carácter de clase del frente fue impuesto por el PSOL y el stalinismo, es decir por el Foro Social Mundial. La dirección del PSTU no tiene empacho en admitir que participó de un frente que no era de clase. ¿Cuál fue entonces la “importancia política para los trabajadores” de semejante engendro que los pone a los pies de un programa burgués?
El programa que levantó ese frente era digno de Joao Goulart o de Arturo Frondizi. Un típico programa de desarrollo del capitalismo semicolonial por medio de la “distribución y garantía de la renta”; de reforma de las instituciones del estado burgués para que sean “nuevas instituciones realmente democráticas”. Un manifiesto que levanta, al estilo de Perón en el 45, que es “para derrotar la esclavitud moderna y conquistar una patria justa y soberana”, no obrera y socialista. Plantea una “auditoria de la deuda externa”, y que los sectores claves de la economía como petróleo, telecomunicaciones, siderurgia, etc., “deben estar bajo el control del pueblo brasilero”. No bajo control obrero como diría un programa de clase aunque fuera reformista, sino bajo control del pueblo, para que puedan ser incluidos los sectores burgueses “progresistas”. Define que a la corrupción se la combate con “cárcel a los corruptos y confiscación de los corruptores”, sin plantear que la corrupción es inherente al sistema capitalista y dejando el castigo en manos de la justicia corrupta de la burguesía, y así podríamos seguir porque una tras otra las medidas del manifiesto del frente de izquierda son un decálogo de la colaboración de clases, es decir de someter a los trabajadores a los designios de la burguesía. La frutilla del postre es el apoyo que le brinda a la nacionalización tramposa del gas hecha por Evo Morales. Es decir que su única referencia a la revolución boliviana es para apoyar las medidas que vienen a estrangularla y solapadamente al gobierno de Evo Morales, represor y asesino de mineros y campesinos.
Entonces, Neto o Arcary, no pueden sorprenderse porque HH hizo una campaña electoral de defensa y reforma de las instituciones democráticas, abandonando cualquier mención a romper con el imperialismo; se abrazó a candidatos burgueses y pequeño burgueses dejando de lado a los candidatos obreros e inclusive cuando los sin tierra tomaron el parlamento, salió en defensa de la institución burguesa contra las masas hambrientas.
Y lo más grave es que el PSTU subordinó a ese engendro frentepopulista al CONLUTAS, empezando por evitar que en su congreso de mayo se pronunciara por un frente clasista y candidatos de la clase obrera y llamara a un congreso obrero nacional para concretarlas, lo que en un solo acto hubiera centralizado, organizado nacionalmente y entusiasmado a lo mejor de la vanguardia obrera que quería enfrentar a Lula y al régimen.
Ahora, después de semejante experiencia, habiéndose sometido a los dictados del Foro Social Mundial y la burocracia castrista, la dirección del PSTU insisten en decir que “Los problemas ocurridos en la campaña no nos hacen dudar del acierto en la constitución del Frente de Izquierda”, y reivindican la presentación de una campaña unitaria de la izquierda. Para este partido es más importante la unidad “de la izquierda” en las elecciones que la unidad de la clase obrera en las luchas. Por eso trató de ultraizquierdistas y sectarios a los que enfrentaron esa perspectiva, y trató de aplastar burocráticamente a los más de 300 delegados y activistas que en el CONAT, se opusieron a la política del PSTU/PSOL, dirigida por la burocracia castrista en la persona de Celia Hart, que liquidaba al CONLUTAS como organismo democrático de lucha de los trabajadores. La LIT-CI y sus partidos evidentemente acuerdan con la política de su partido insignia, ya que ni una sola crítica fue levantada en ninguna de sus publicaciones.

EL COMANDO POR EL VOTO NULO

También cabe hacer un balance sobre el programa levantado por el Comando Nacional por el Voto Nulo que se reunió en San Pablo. Lamentablemente, fue un llamado que no llegó a la altura de las necesidades de las masas trabajadoras brasileras y latinoamericanas y por lo tanto quedó impotente para enfrentar a las variantes burguesas y sobre todo al frente PSOL-PSTU-PCB.
Empezando porque en ningún momento unieron lo sucedido en el CONAT con la política del frente de izquierda. Separaron así el programa político para las elecciones, del programa “sindical” para las luchas. Porque justamente la liquidación de CONLUTAS como organismo democrático de lucha de la vanguardia obrera, fue para impedir una opción de clase y revolucionaria y dejar el camino libre al Frente de Izquierda como un frente de colaboración de clases. Parte importante del plan continental de la “revolución bolivariana” para estrangular la revolución obrera, y de la que ya estamos viendo sus resultados, con los gobiernos de “izquierda” sostenidos por el Foro Social Mundial, en Latinoamérica, que son los aplicadores de los peores planes imperialistas contra las masas.
No se puede enfrentar al reformismo, la colaboración de clases y el nacionalismo burgués, sin combatir a sus principales representantes, Evo Morales, Chávez, Castro, etc., y sin defender el proceso revolucionario boliviano, donde la aristocracia obrera y la burocracia sindical brasileñas, juegan un papel importantísimo en el anillo político, económico y militar a ese proceso.
Es una gran lucha de los trabajadores brasileños en su propio combate por liberarse del imperialismo. La lucha por la nacionalización completa sin pago y bajo control obrero de Petrobras y las empresas privatizadas, va directamente ligada a la lucha contra la nacionalización tramposa de Evo Morales, y por la defensa de que no salga un solo centímetro cúbico de gas boliviano que no autoricen un gobierno de los obreros y campesinos de ese país. Cómo luchar contra los despidos en la Volskwagen, sin ligar esa lucha al combate contra el MERCOSUR y uniendo la lucha por el trabajo y el salario de los trabajadores brasileros y los argentinos, etc.
Todo esto está ausente del programa del Comando Nacional por el Voto Nulo. Bolivia y Venezuela, directamente no existen en ese programa y por lo tanto no podía enfrentar a la colaboración de clases contra la revolución boliviana, expresada en el apoyo a la nacionalización tramposa de Evo Morales sostenida y defendida por el Frente de Izquierda y el PSTU.
Inclusive un manifiesto, publicado por el POM en su periódico Nº 59, en el único momento que nombra a Cuba es para postrarse ante la burocracia stalinista cubana, porque aunque reivindica la defensa de Cuba ante cualquier ataque del imperialismo, no plantea que el principal gusano no está en Miami, sino en la Isla y se llama Fidel Castro. Porque la primera interesada en restaurar el capitalismo en Cuba es la burocracia restauracionista castrista. Y es una necesidad de la vanguardia obrera de Brasil, enfrentar a la burocracia cubana porque es esa burocracia la que supervisó la transformación burocrática de CONLUTAS en la persona de su dirigente Celia Hart, la que dirige programáticamente al PSOL, y la que apoya a la revolución bolivariana y a Lula en el MERCOSUR.
En ese manifiesto se abandona el programa por la democracia obrera que juntos levantamos con el POM en el CONAT, y no se puede pelear por la central soviética si no se levanta ese programa inclusive en el terreno electoral. No existe la consigna de ¡Abajo la burocracia de la CUT! Y sin ese programa y esa consigna la consigna de central soviética es una cáscara vacía, porque es un programa sindical para todos los días y programa de propaganda por el voto nulo en las elecciones, es decir que no podía dar una verdadera lucha por la utilización revolucionaria de las elecciones para reagrupar a la vanguardia obrera.
En definitiva, lo que el comando nacional por el voto nulo levantó no fue más que un programa al estilo socialdemócrata, donde hay un abismo entre el programa político de propaganda y el programa sindical para las luchas. Donde las referencias internacionales son coberturas para dar “marco internacional” a la acción sindical en las luchas, donde se habla de la revolución socialista, el partido revolucionario y el internacionalismo pero no hay una sola tarea concreta internacionalista de la clase obrera brasilera, que son las tareas más concretas y necesarias para su propia lucha por salario, vivienda, educación, trabajo y la tierra.
Desde estas lecciones de la política sostenida hasta aquí, los integrantes que sostuvieron el voto nulo todavía están a tiempo para dar una gran pelea contra el PSTU y la colaboración de clases. Tomando las banderas de la revolución boliviana y del heroico combate de los mineros de Huanuni, denunciando el apoyo de los integrantes del Frente de Izquierda a la “contrarrevolución bolivariana” y a los gobiernos burgueses que la sostienen sostenidas por el Foro Social Mundial y a costa de la miseria de las masas. Denunciando el velado apoyo a Lula de HH, y desenmascarando la voltereta oportunista del PSTU y su pasaje al voto nulo para lavarse la cara.
A los integrantes del Comando Nacional del Voto Nulo, en especial al POM, les proponemos desde estas lecciones incorporar esta propuesta programática junto con la declaración que desde la FLT hemos levantado frente a los acontecimientos de Huanuni y levantar juntos frente a la segunda vuelta electoral, una política que fortalezca y prepare a las organizaciones de nuestra clase para enfrentar el ataque que viene, empezando por luchar por un inmediato congreso de delegados de base de CONLUTAS abierto a todos los delegados de base que se pronuncien contra el apoyo a la colaboración de clases, a favor de los heroicos obreros de Huanuni, contra el gobierno represor de Evo Morales y su nacionalización tramposa y contra los gobiernos apoyados por el Foro Social Mundial. Llamando a que ese congreso vote la lucha por el voto nulo y por este programa, será la mejor forma, no solo de darle un programa de acción a la vanguardia obrera, demostrando como se puede hacer una utilización revolucionaria de las elecciones, sino de darle un fuerte golpe al PSTU. Será también la mejor forma de levantar la bandera del reagrupamiento para los cientos de activistas que, como los 300 que batallaron en el CONAT, no quieren rendirse ante la colaboración de clases. Será un gran punto contra la burocracia stalinista cubana y su plan de liquidación de CONLUTAS que favorece a la burocracia de la CUT. Será un golpe a las direcciones del Foro Social Mundial y un paso en ayuda de la revolución boliviana.

 

Martín César


 

Posición de la FT de Brasil, integrante de la FLT, ante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales

Ni Lula, Ni Alckmin ¡Vote nulo!

La segunda vuelta de las elecciones, el 29 de octubre de 2066, será la continuidad de la disputa de la primera vuelta (3-10-06) entre dos candidaturas comprometidas con la aplicación de reformas antipopulares y de ataque a los derechos de los trabajadores: la reforma de las jubilaciones, la sindical y la laboral. Tanto Lula como Alckmin dijeron ya públicamente que harán estas reformas. Ambos están defendiendo la misma política económica: tasas de interés elevadas, política fiscal rigurosa, cambio fluctuante, metas inflacionarias, superávit primario elevado (para pagar los intereses de las deudas externa e interna). Son candidatos que se dicen contrarios a la privatización, pero ya privatizaron. Lula privatizó bancos estatales (BEM, BEC, entre otros), pozos petrolíferos, etc., Alckmin vendió Congas, Eletropaulo, etc. Lo fundamental es que son las dos caras de la misma moneda.
La disputa acérrima entre tales candidaturas se da en función de que el gobierno de Lula no fue capaz de mantener el consenso que había a su alrededor entre las fracciones mayoritarias de la burguesía nativa (industrial, agro-negocios) y de la pro imperialista (financiera) para aplicar las reformas: jubilaciones y laboral. La crisis política iniciada en mayo/junio de 2005 con el escándalo del “mensalao” hizo que las referidas fracciones pasaran a cuestionar la capacidad de un nuevo gobierno de Lula para aplicar las reformas que exige el capital, y luego el bloque de oposición liderado por el PSDB-PFL mantuvo su política de no dar tregua al gobierno de Lula, tanto que tan pronto terminaran las CPI (comités de Investigación institucional) de los (casos) del correo y del “mensalao”, los oposicionistas prolongaron la CPI de los bingos, además de poner en funcionamiento la CPI de las “Sanguessugas” (corrupción que envuelve al ex –ministro de Salud, Humberto Costa, y varios parlamentarios de base gubernamental y de la oposición). Para completar la desconfianza y la falta de legitimidad de un posible segundo mandato de Lula, la oposición trajo a cuento el escándalo del “Dossier”, echando más leña al fuego de la crisis política.
Así, la “polarización” entre las candidaturas de Alckmin y de Lula traduce la ruptura del consenso entre las clases dominantes en torno al gobierno de frente popular de Lula. Por eso, tanto el PT, PC do B, PSB como todos los demás partidos de base gubernamental, disputan contra el bloque PSDB-PFL-PPS, sobre quién tiene mayor capacidad para aplicar las reformas exigidas por las clases capitalistas. Por esto, convocamos a los trabajadores, a los campesinos pobres, a la juventud y el resto de los oprimidos y explotados a votar nulo por el programa revolucionario, ante dos candidaturas que representan los intereses políticos de clase de la burguesía. Anule su voto con el siguiente programa:

  1. Ni Lula, Ni Alckmin, vote nulo;
  2. Abajo las reformas del gobierno de Lula;
  3. Abajo el PROUNI y la política de aranceles, por la enseñanza pública y gratuita para todos;
  4. Re-estatización de las empresas privatizadas;
  5. Revolución agraria y distribución de la tierra a los campesinos pobres;
  6. Libertad inmediata para los presos políticos (miembros del MLST) del gobierno de Lula;
  7. Tribunales populares para juzgar y castigar los crímenes de la burguesía;
  8. Comités de autodefensa y por la formación de milicias obreras y campesinas;
  9. Por la autodeterminación de los pueblos – derecho del pueblo coreano de armarse, inclusive, con arsenal nuclear;
  10. Por la destrucción del estado nazi-sionista de Israel;
  11. Por la derrota militar de los Estados Unidos en Irak y en Afganistán, por la victoria de la resistencia iraquí y afgana;
  12. Por la Reconstrucción de la Cuarta Internacional;
  13. Por el Gobierno Obrero y Campesino – Dictadura del proletariado.

 

FRAÇÃO TROTSKISTA – integrante de la Fracción Leninista Trotskista (FLT)

Dirección: Caixa Postal 165, CEP 65001-970.
Email: vanguarproleta@hotmail.com