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SECCION INTERNACIONAL DE DEMOCRACIA OBRERA
Las páginas de “El Organizador Obrero Internacional”, vocero de la FLT

ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS: UN TRIUNFO DE LA BURGUESÍA IMPERIALISTA

GANARON LOS CARNICEROS IMPERIALISTAS DEL PARTIDO DEMÓCRATA
continuadores de Bush y su política de masacres contra los pueblos oprimidos del mundo

La única y verdadera “derrota de Bush” está en la heroica resistencia de las masas iraquíes y en la lucha de la clase obrera norteamericana, y no en las urnas del régimen imperialista yanqui

Copete: Hacia el 2° Congreso de la Fracción Leninista Trotskista (FLT), de la que la LOI (CI)-Democracia Obrera de Argentina es parte, nuestra corriente internacional se encuentra realizando una elaboración colectiva y preparando sus tesis sobre la situación mundial. En este artículo, adelantamos algunas reflexiones y primeras consideraciones sobre el resultado de las recientes elecciones en los Estados Unidos.

El 7 de noviembre se realizaron las elecciones en los Estados Unidos, llamadas “de medio término” puesto que las mismas se dan cuando Bush cumple la mitad de su segundo período presidencial de cuatro años, y en ellas se renuevan parcialmente las dos cámaras del parlamento nacional, así como también las gobernaciones y legislaturas de una parte de los estados. El resultado: la derrota de los Republicanos y el triunfo de los Demócratas, que pasan a controlar ambas cámaras del parlamento, así como también los gobiernos de 28 de los 50 estados, en momento en que las tropas angloyanquis están empantanadas en Irak y amplias masas norteamericanas rechazan a la guerra de coloniaje en ese país.
Mientras que desde Alicia Kirchner hasta Chávez, Castro y demás personeros del Foro Social Mundial, salieron a saludar el triunfo de los Demócratas diciendo que era “una derrota del neoliberalismo”, etc., etc.; las corrientes de los renegados del trotskismo en Argentina y en el mundo afirman que el resultado de las elecciones es una “derrota de Bush”. Nada más lejos de la verdad. La única y verdadera derrota sufrida por el genocida Bush y el estado mayor del imperialismo yanqui, es la que le provocó en Irak la heroica resistencia de las masas iraquíes que se sincronizó con el despertar de la clase obrera norteamericana.
Lo que hizo empantanar a las tropas angloyanquis genocidas en las arenas del desierto y provocó una crisis en el gobierno de Bush, no fue, como dicen los renegados del trotskismo, una “rebelión de los electores” en las urnas –puesto que jamás el resultado de una elección burguesa puede ser una derrota para la burguesía-, sino la heroica resistencia iraquí que durante los últimos tres años, todos los días manda “de vuelta a casa” a marines en bolsas negras. Fueron el pueblo palestino y las masas explotadas del sur del Líbano, que derrotaron e hicieron huir humilladas a las tropas del estado sionista-fascista de Israel, gendarme del imperialismo en Medio Oriente. Fue el despertar de la clase obrera norteamericana poniendo en pie nuevas organizaciones de combate para luchar contra la guerra -como el Movimiento del Millón de Obreros contra la guerra; los más de 1.500 piquetes contra la guerra plantados de norte a sur y de este a oeste de los Estados Unidos; los miles de comités locales, y demás organizaciones que impusieron enormes movilizaciones-, para enfrentar el redoblado ataque patronal y las condiciones de flexibilización, superexplotación, etc.; para organizar la pelea contra los efectos del Katrina devenido en masacre de obreros y explotados por responsabilidad del estado yanqui, etc. Fue la enorme lucha de los obreros inmigrantes latinos tratados como parias en los Estados Unidos, y que llamaron al paro nacional el 1° de mayo pasado, etc. Fueron la clase obrera y las masas españolas, levantándose al grito de “Vosotros hacéis la guerra, nosotros ponemos los muertos”, como sucediera en marzo de 2004; y la heroica juventud obrera que a fines de 2005 incendió las ciudades de Francia al grito de “Todas las noches haremos de París una Bagdad”.
Esa heroica lucha y resistencia de las masas es el límite contra el que se rompió los dientes y terminó por fracasar la ofensiva imperialista -expresada en la “guerra contra el terror” y contra el “eje del mal”-, que a partir de 2001, impulsaran Bush y el comando central del capital financiero imperialista, en respuesta a los procesos revolucionarios que, como en Ecuador, Palestina, Indonesia –y luego Argentina y Bolivia- se desarrollaban en el mundo semicolonial, y al golpe de la crisis económica mundial al interior de los Estados Unidos que hizo evaporar de la Bolsa de Wall Street la friolera de 8 billones de dólares en un año.
Los objetivos de semejante contraofensiva contrarrevolucionaria eran claros y precisos: el imperialismo yanqui pretendía rediseñar el mapa del mundo semicolonial, para quedarse con el control de las reservas y las rutas del petróleo, con las fuentes de materias primas y de mano de obra esclava. En su patio trasero -América Latina-, su objetivo era imponer el ALCA y moldear a las naciones del continente según sus intereses, como había logrado hacerlo en los ’90 y primeros años del siglo con México y con Chile. Y en Medio Oriente y Asia Central intentó, mediante sus guerras de coloniaje, masacres y golpes contrarrevolucionarios como en Palestina, hacer volver a Irak, Afganistán y demás naciones al status de colonias o protectorados que éstas tenían antes de la segunda guerra mundial –cuestión que significaba inclusive deshacerse de sus socios menores de las burguesías nativas, como lo hizo con Hussein y con el Talibán- para así garantizarse el control absoluto de las rutas y reservas de petróleo, desbancando totalmente a sus competidores imperialistas franceses y alemanes.
Semejante ofensiva contrarrevolucionaria sobre las naciones del mundo semicolonial –que incluía la preparación de un ataque contra Irán, para ocuparlo y quedarse con sus estratégicas reservas de petróleo- significó a la vez la bonapartización del régimen y el gobierno imperialistas norteamericanos y un redoblado ataque sobre la clase obrera de ese país. Así, so­bre la ba­se de un go­bier­no sur­gi­do del frau­de elec­to­ral co­mo es el de Bush, del autoatentado de las To­rres Ge­me­las; so­bre la ba­se de triun­fos con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios en Afganistán, Palestina e Irak, se impuso en Es­ta­dos Uni­dos un ré­gi­men po­li­cía­co-mi­li­tar bonapartista, con el poder concentrado en Bush y su camarilla, con el Partido Demócrata totalmente subordinado y apoyando las guerras de coloniaje y todas las leyes y decretos de Bush de ataque contra los derechos democráticos de las masas y contra las conquistas y el nivel de vida de la clase obrera.
Pero los objetivos de la ofensiva eran más ambiciosos aún: para Bush y la burguesía yanqui, Medio Oriente y Asia Central recolonizados eran cabeceras de playa para lanzar el ataque definitivo sobre China y Rusia, para terminar de transformar a esos ex estados obreros donde el capitalismo fue restaurado, en nuevos Irak o Afganistán; es decir, en sus nuevas colonias y protectorados directos, dejando afuera del reparto de ese suculento botín a Francia, Alemania y demás potencias competidoras. Este es el plan que fracasó, por el límite que le puso la resistencia de las masas. ¡Esa es la única y verdadera “derrota de Bush!
Por el contrario, las elecciones del 7 de noviembre y su resultado son un triunfo del régimen imperialista yanqui del que Bush, el Partido Republicano y el Demócrata, son parte. Es un triunfo porque sigue Bush en la presidencia, sostenido por el mismo partido de los “Republicratas” [1] que impulsó las guerras contra Afganistán e Irak, los ataques contra la clase obrera norteamericana, las leyes esclavistas contra los trabajadores inmigrantes, y el conjunto de la contraofensiva imperialista de los últimos años. Hoy, esos mismos carniceros imperialistas Demócratas les dicen a las masas que con ellos “todo irá mejor”, gracias al accionar de las direcciones traidoras que llamaron a la clase obrera y los explotados a “derrotar a Bush” votando por los Demócratas a los que presentan como “pacifistas” y “democráticos”, ese partido de los Clinton –el masacrador de los Balcanes-; de Carter –el sostenedor de las dictaduras militares sanguinarias de América Latina en los ‘80-, de los Kennedy –los iniciadores de la guerra de coloniaje contra el pueblo vietnamita-, de los Roosevelt –los que comandaron la carnicería de la 2° guerra mundial que terminó con el imperialismo yanqui barriendo del mapa a Hiroshima y Nagasaki con la bomba atómica-, y un largo etcétera.
Pretender que poniendo un voto en una urna se puede parar la ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo que ocupa y desangra a la nación iraquí, es escupir sobre la tumba de más de medio millón de trabajadores y explotados iraquíes que han sido masacrados por las tropas angloyanquis. Pretender que la victoria electoral de los carniceros imperialistas Demócratas es la “expresión” de la resistencia iraquí, de esos heroicos milicianos que cayeron combatiendo en Fallujah y que ni tumba tienen porque fueron alimento de los perros, es una verdadera afrenta a los pueblos oprimidos del mundo.

La burguesía yanqui aprendió de su derrota en Vietnam: con la victoria del Partido Demócrata, impuso una oleada pacifista preventiva para impedir una irrupción revolucionaria del proletariado norteamericano

El fracaso de este plan y el empantanamiento consecuente de las tropas angloyanquis en Irak, agitó ante los ojos de la burguesía imperialista yanqui la amenaza de un nuevo Vietnam, de que la resistencia de las masas iraquíes terminara por transformarse en contraofensiva y en el inicio de la revolución obrera y campesina en Irak y en Medio Oriente, y que el “regreso a casa” del ejército yanqui derrotado y humillado provocara un ascenso revolucionario de las masas, e inclusive al inicio de la revolución proletaria, al interior mismo de los Estados Unidos. El estado mayor imperialista es completamente consciente de que lo que está en riesgo y en juego en Irak, no es cosa menor: se trata de su propiedad y su dominio, no sólo en Medio Oriente, sino también “en casa”, donde la burguesía yanqui ha lanzado y sigue lanzando los peores ataques contra su propia clase obrera.
Pero la burguesía agudiza su ingenio al extremo cuando ve amenazados por las masas su propiedad y dominio. Así, por ejemplo, después del triunfo de la revolución rusa en 1917, la burguesía mundial aprendió rápidamente que, de allí en más, debía impedir a toda costa el desarrollo de los soviets, porque con ellos, las masas ponían en pie los organismos de poder obrero, opuestos irreconciliablemente al poder del estado burgués, y capaces, bajo una dirección revolucionaria, de organizar una insurrección triunfante y llevar a la clase obrera al poder. Aprendieron que debían impedir el surgimiento y desarrollo de los soviets, porque en ellos, las masas hacen rápidamente la experiencia y pueden sacarse de encima a las direcciones traidoras pagadas por la burguesía para atarles las manos.
De la misma manera, la burguesía imperialista sacó sus lecciones y aprendió de la derrota que sufriera en Vietnam: aprendió que debe impedir a toda costa que una derrota de sus tropas en un país semicolonial se transforme en el inicio de la revolución en el mismo, y sobre todo, en el inicio de la revolución proletaria en la propia metrópolis.
Por eso, esta vez, se anticipó: para evitar que le pasara lo de Vietnam, impuso, con la colaboración y apoyo de todas las direcciones traidoras agrupadas en el Foro Social Mundial –desde la burocracia sindical canalla de la AFL-CIO, pasando por Chávez, el castrismo, y también los renegados del trotskismo- una oleada pacifista preventiva conteniendo el despertar de la clase obrera norteamericana y desviándolo hacia el voto al partido de los carniceros imperialistas Demócratas. Así, con toda su enorme potencialidad, el despertar de la clase obrera norteamericana, fue contenido por ahora y desviado por la vía de ilusiones parlamentarias, es decir, ilusiones en que con las elecciones y votando a los Demócratas, se puede “derrotar” al gobierno de Bush.
Por ello, lejos de una “derrota de Bush” o una “crisis del régimen”, el resultado de las elecciones es un importante triunfo superestructural de la burguesía imperialista, que ha logrado, por el momento, desviar un ascenso de masas contra el gobierno de Bush en crisis.
Esa es la enorme trampa en la que metieron a la clase obrera norteamericana: hacerles creer que ahora, con los Demócratas teniendo mayoría en el parlamento y las gobernaciones de los estados, todo irá mejor... ¡los mismos que apoyaron la guerra contra Afganistán e Irak, las “leyes patrióticas” de ataque a las libertades democráticas de las masas; toda la ofensiva de la patronal imperialista contra las conquistas de la clase obrera; los mismos que votaron a favor del presupuesto para la guerra, de la nueva ley negrera y esclavizadora de los doce millones de trabajadores inmigrantes que hay en Estados Unidos, y de la construcción del muro en la frontera con México, etc.!
El resultado de las elecciones de medio término entonces son un triunfo de la burguesía: es que, frente a la crisis del gobierno de Bush, se ha fortalecido el régimen imperialista de los “Republicratas” sobre la base de la expropiación de los primeros pasos del despertar de la clase obrera norteamericana, controlando y liquidando todo rasgo de independencia de las nuevas organizaciones para la lucha política que ésta puso en pie en su combate contra la guerra, contra el brutal ataque a sus conquistas y nivel de vida, contra las consecuencias del Katrina y en defensa de los obreros inmigrantes.
Esto último es clave, puesto que la burguesía yanqui necesita atarle las manos e impedirle pelear a su propio proletariado, contra el que ha pasado y continúa pasando un ataque brutal de liquidación de todas sus conquistas. Así, con la relocalización de las transnacionales yanquis en China, Vietnam y América Latina, lo chantajea con despidos y cierres de plantas para que acepte rebajas salariales, mayores ritmos de producción y aumento de la jornada laboral, pérdida de derechos sindicales y conquistas, etc. La imposición de la oleada pacifista preventiva significa que han logrado impedir, por el momento, que irrumpa ese proletariado súperexplotado y súperflexibilizado, que trabaja más de 50 horas semanales por salarios miserables, del cual casi 50 millones no tiene seguro médico, mientras que 35 millones directamente pasan hambre, y cuyas condiciones de vida se acercan cada vez más a las de sus hermanos de clase de América Latina.

El funesto plan de los carniceros Demócratas para salir del pantano iraquí y mantener los negocios: oleada pacifista en los Estados Unidos, y pactos con las burguesías nacionales siria e iraní para ahogar la resistencia de las masas en un baño de sangre

El resultado de las elecciones es la expresión de que las distintas fracciones de la burguesía imperialista yanqui –tanto las camarillas petroleras, de la construcción y de la industria de guerra que concentraron el poder desde 2001, como los monopolios que han relocalizado su producción en China, el Asia y América Latina- se han puesto de acuerdo en la necesidad de mantener la continuidad de los negocios y de implementar una salida ordenada del pantano iraquí para impedir que la resistencia iraquí se transforme en el inicio de la revolución en Irak y también en la metrópolis.
Para ello, han tirado a la basura la fracasada política de Bush de “guerra contra el terror” y contra el “eje del mal”, y han puesto en pie una nueva política, basada en la imposición de la oleada pacifista preventiva en Estados Unidos, el fortalecimiento del régimen imperialista de los Republicratas, y en pactos y acuerdos con las burguesías nacionales para contener a las masas y mantener los negocios. Así, Siria e Irán, de formar parte hasta hace unas semanas del “eje del mal”, de ser catalogados como “estados terroristas”, etc., ahora pasan a ser “interlocutores fundamentales” para garantizar la “paz” en Irak y Medio Oriente.
Por supuesto que, como sucede siempre que el imperialismo pacta con las burguesías nacionales, la moneda de cambio para estas inmundas transacciones es la sangre de las masas explotadas. Así quedó claro, por si hacía falta, en el Líbano: allí, después de que la heroica resistencia de las masas le propinara una derrota al genocida ejército sionista, el acuerdo entre las potencias imperialistas, la ONU, el estado sionista-fascista de Israel y la dirección nacionalista burguesa pro-siria de Hizbollah, se impuso y se selló sobre la base de una nueva y brutal masacre contra las masas palestinas de Gaza, adonde hoy vuelven a entrar los tanques sionistas asesinando y destruyendo a mansalva. Todo esto permitido por el gobierno de unidad nacional de Hamas y Al Fatah para que se consume el plan de esclavización definitiva del pueblo palestino con la farsa de los “dos estados”; mientras que en el Líbano, la burguesía chiíta de Hizbollah disputa para quedarse con los jugosos negocios de la reconstrucción del sur de ese país devastado por el ataque sionista.
De la misma manera, el plan de los carniceros Demócratas para garantizar una salida ordenada de Irak es pactar con las burguesías siria e iraní, para que controlen a las masas y les cubran la espalda a las tropas yanquis en su retirada. Así, la burguesía chiíta iraní será la encargada de controlar a las masas chíítas y de imponer el desarme a las milicias de Al Sadr; mientras que a la burguesía siria le tocará garantizar el aislamiento y aplastamiento de los milicianos de la resistencia, impidiendo, en primer lugar, que ésta se abastezca de armas, pertrechos y municiones a través de la frontera siria.
Por supuesto que este pacto se sellará y se impondrá con un baño de sangre contra los explotados. La “retirada” que prepara el imperialismo yanqui, hoy con los Demócratas a la cabeza, significará que miles de marines asesinos, junto con los mercenarios del ejército y la policía colaboracionistas iraquíes, masacren al corazón de la resistencia en las ciudades del llamado “Triángulo sunnita”, transformándolas en nuevas Fallujah; y que inclusive aplasten a las brigadas armadas chiítas de Al Sadr si éstas se niegan a desarmarse. Para ello, la condición es que las burguesías siria e iraní antes aplasten al corazón de la resistencia, y pongan en pie un ejército regular controlado por ellas que  mantenga el “orden” en Irak y le permita al imperialismo retirar sus tropas, tarea que les será pagada a esas burguesías con una tajada del saqueo de la renta petrolera del Irak sojuzgado. Como anticipo de lo que vendrá, hace varios días ya que las tropas imperialistas irrumpieron en ciudad Sadr, el barrio más populoso de Bagdad, y están masacrando allí a sangre y fuego. ¡Este es el plan de “retirada” de Irak que prepara el imperialismo yanqui hoy con los Demócratas, a los que Chávez, Castro y el Foro Social Mundial pintan de “pacifistas” y “negociadores”!
Mientras tanto, la política del comando del imperialismo yanqui –incluidos, en primer lugar, los Demócratas- es profundizar y exacerbar en Irak, con la colaboración de las distintas fracciones de la burguesía nativa, la guerra fratricida entre explotados chiítas y sunnitas. Para ello, mandan a los comandos de los servicios de inteligencia yanqui y los comandos de la policía colaboracionista iraquí junto con los marines, a poner bombas en mercados, mezquitas y barrios chiítas; y a secuestrar, torturar y exterminar en los barrios sunnitas. ¡Ellos son los supuestos “terroristas sunnitas” y “escuadrones de la muerte chiíta” de los que habla la prensa imperialista!
El estado mayor norteamericano puede implementar hoy esta política de pactos y acuerdos con las burguesías nativas, porque hay negocios para repartir para todos, gracias a la redoblada superexplotación que le han impuesto a la clase obrera mundial, y a las superganancias obtenidas con el saqueo despiadado de las materias primas de las semicolonias y los ex estados obreros, y al ataque contra las conquistas de la clase obrera de los propios países imperialistas. Con cientos de millones de obreros esclavizados por las transnacionales instaladas en la China del capitalismo restaurado; con América Latina transformada en proveedora de mano de obra baratísima para las maquiladoras en Centroamérica y para los grandes monopolios imperialistas en los países del MERCOSUR; con los ex estados obreros del Este de Europa convertidos en proveedores de mano de obra altamente calificada y a precio de remate para las transnacionales imperialistas europeas; con la clase obrera rusa aplastada bajo el régimen del traficante de armas y fascista Putin y sus secuaces –todos provenientes de las filas de la ex KGB, reciclados en burguesía socia del imperialismo después de haber impuesto la restauración capitalista-; con los obreros norteamericanos perdiendo sus conquistas y trabajando más de 50 horas semanales; con la clase obrera alemana volviendo a trabajar 40 horas chantajeada por su burguesía que traslada sus plantas a China y Europa del Este; ¡hay negocios para todos!
Mientras en Estados Unidos se impone la oleada pacifista preventiva, en la vieja Europa imperialista están surgiendo o se preparan gobiernos de frente popular preventivos –como en Italia, y como muy seguramente sucederá en Francia- que intentarán hacer pasar los ataques contra las masas que los gobiernos de la “derecha” como el de Berlusconi y Chirac-Sarkozy no pudieron imponer por el riesgo de terminar provocando la irrupción revolucionaria de las masas. Serán estos gobiernos los encargados de propinarles nuevas derrotas a sus propias clases obreras y de atarles las manos para estar en mejores condiciones de ir a nuevas disputas interimperialistas por las materias primas, las zonas de influencia y los reservorios de mano de obra esclava, y a nuevas y superiores aventuras coloniales.
Mientras tanto, en Bolivia, Venezuela, Argentina, y en forma más preventiva en Brasil y Uruguay, la farsa de la “revolución bolivariana” asienta sus reales sobre la base del estrangulamiento y la expropiación de la lucha revolucionaria y antiimperialista de las masas, de una brutal superexplotación de la clase obrera y un redoblado saqueo de las riquezas naturales de las naciones semicoloniales del Cono Sur.
Unicamente Chile y México –que fueron en los ’90 y en los primeros años del nuevo siglo los más sojuzgados por el imperialismo yanqui con el TLC-, se les han escapado de estas políticas preventivas del imperialismo, las burguesías nacionales y las direcciones traidoras. Allí, las políticas preventivas llegaron tarde y no pudieron impedir que las masas irrumpieran abriendo situaciones pre-revolucionarias, luego de que la crisis del gobierno de Bush afectó y dejó expuestos a los regímenes y gobiernos bonapartistas de esas naciones -devenidas prácticamente en nuevas estrellas de la bandera yanqui con la imposición de los TLC.
Precisamente, impedir que suceda lo mismo en Nicaragua, es el objetivo de Daniel Ortega y los sandinistas –esos ex “comandantes guerrilleros”, devenidos en yuppies de Wall Street y aplicadores del CAFTA después de haber entregado en los acuerdos contrarrevolucionarios de Esquipulas y Contadora, junto con Fidel Castro, la revolución centroamericana en los ’80- que vienen de ganar las elecciones presidenciales en ese país. (Ver artículo en estas mismas páginas).
Oleada pacifista en Estados Unidos; pactos y acuerdos con las burguesías nativas; gobiernos de colaboración de clases de la “revolución bolivariana” en América Latina, frentes populares preventivos en la Europa imperialista, son todas políticas preventivas de las potencias imperialistas para impedir que la heroica resistencia iraquí y la derrota sufrida por su gendarme sionista en el sur del Líbano terminen por abrir la revolución obrera y campesina en esos países, que se combine con un ascenso revolucionario de la clase obrera de las metrópolis. Estos “cantos de sirena” de la colaboración de clases actúan al mismo tiempo que cientos de millones de obreros de China y de Rusia están sometidos a la peor de las esclavitudes y a la más brutal opresión por parte de regímenes fascistas como son el de Putin y la nueva burguesía gran rusa, y el de los nuevos mandarines chinos del partido “comunista” de los “empresarios rojos”, socios menores de las transnacionales imperialistas –esos ex burócratas stalinistas devenidos en burgueses- que, destruyendo los estados obreros e imponiendo la restauración capitalista, le entregaron al imperialismo esos nuevos mercados, fuentes de materias primas y de mano de obra barata, cuestión que hoy le permite a éste sostener un ciclo coyuntural expansivo de la economía mundial.

Las direcciones traidoras del Foro Social Mundial impulsan una política de “frente democrático” para engañar a las masas explotadas y permitirle al imperialismo preparar nuevas ofensivas contrarrevolucionarias

La oleada pacifista preventiva en los Estados Unidos no se habría impuesto sin la pérfida política de las direcciones reformistas de todo pelaje agrupadas en el Foro Social Mundial, que reflotaron la vieja política stalinista de apoyar a los imperialistas “democráticos” contra los “fascistas”.
En 1935, cuando se preparaba la segunda guerra mundial, Stalin firmaba con la Francia imperialista un pacto, el llamado pacto Stalin-Laval (por el nombre del canciller francés), de “no agresión” y de colaboración con los imperialistas franceses, a los que presentaba como “democráticos” frente a los imperialistas “fascistas” de Alemania. De esta manera, la burocracia stalinista le decía a la clase obrera mundial que la lucha no era clase contra clase contra toda la burguesía, sino una lucha de regímenes en la que se trataba de defender a la “democracia” contra el “fascismo”; y que la defensa de la URSS como estado obrero debía hacerse de la mano de los imperialistas “democráticos”. Con esta siniestra política de colaboración de clases, la burocracia stalinista entregó las revoluciones española y francesa, traicionó la revolución mundial abriendo el camino a la carnicería imperialista de la segunda guerra mundial, y consumó la liquidación de la III Internacional.
Esta misma política de “frente democrático” es la que hoy llevan adelante las direcciones traidoras del Foro Social Mundial en los Estados Unidos. Así, la burocracia sindical de la AFL-CIO –fundadora e integrante de esa cueva de traidores- que apoyó a Bush y realizaba actos conjuntos con ese carnicero de apoyo a las tropas yanquis en Irak, viró por orden de sus amos, la burguesía yanqui, al apoyo al Partido Demócrata, contribuyendo con cientos de millones de dólares de las cuotas sindicales de los obreros, a la campaña electoral de ese partido. Las direcciones tradicionales del movimiento obrero y latino –en manos de la iglesia católica, los pacifistas, etc.- y también el Partido Comunista de los Estados Unidos llamaron abierta y directamente a los explotados a votar por los Demócratas.
Pero lo decisivo para que la oleada pacifista se impusiera fue el accionar del castrismo y los renegados del trotskismo -que en Estados Unidos son castristas y chavistas de la primera hora-, que están a la cabeza o influencian las nuevas organizaciones de lucha que la clase obrera norteamericana puso de pie en su despertar. Por supuesto que estas últimas corrientes no llamaron a votar por el Partido Demócrata, al que critican. Pero jugaron un papel central en expropiar los primeros pasos del despertar de la clase obrera norteamericana y en subordinar a las direcciones pro-Demócratas, las nuevas organizaciones de lucha independientes que ella puso en pie en los últimos tres años.
El primer paso para ello fue la expropiación del llamado al paro nacional para el 1° de diciembre de 2005, lanzado por más de 700 organizaciones obreras, de lucha contra la guerra y de apoyo a las víctimas del Katrina. Las direcciones reformistas expropiaron esa lucha, transformándola en un día de “conmemoración” de la lucha por los “derechos civiles”, con los concejales demócratas impulsando asueto en los municipios, etc.
De la misma manera, meses después, dejaron en manos de la iglesia católica y los pacifistas, la magnífica lucha de doce millones de trabajadores inmigrantes, sobre todo latinos, que llamaron al paro el 1° de mayo pasado. Así, amenazándolos con el “tsunami” de la ley antiinmigrantes a la que había dado media sanción ya la cámara de diputados –que planteaba deportar a los 12 millones de inmigrantes “ilegales”, cuestión totalmente impracticable en la situación actual para la burguesía yanqui- esas direcciones los llevaron a apoyar la ley antiinmigrantes propuesta y debatida en el Senado, que plantea mantener ilegales a los 12 millones de inmigrantes, para seguir superexplotándolos y utilizándolos para bajar el salario y sacarle conquistas a toda la clase obrera, y seguir persiguiendo, encarcelando y deportando como siempre con el objetivo de mantenerlos aterrorizados y que se sometan a la esclavitud.
Son esas corrientes las encargadas de impedir que las distintas organizaciones de lucha se coordinen y se centralicen. Para eso garantizan que cada combate, reclamo y movilización esté dividido del otro: llaman a movilizarse en apoyo a la Comuna de Oaxaca separando esa pelea de la de los trabajadores inmigrantes; dividen las movilizaciones contra la guerra, del combate de los obreros por recuperar sus conquistas que les fueron quitadas; la organización del apoyo a las víctimas del Katrina, de todas las demás peleas y demandas.
Con ese método, y no disputando jamás la dirección de los movimientos de masas a los cuales se subordinan en su “frente democrático”, contribuyeron a destripar y a expropiar los primeros pasos del despertar del proletariado de los Estados Unidos, a someter a las direcciones burguesas, pequeñoburguesas y traidoras las nuevas organizaciones de lucha, y por esa vía, colaboraron decisivamente en la imposición de la oleada pacifista preventiva, con millones de obreros y explotados votando por sus nuevos verdugos, los carniceros imperialistas del Partido Demócrata.

Luchar por la derrota militar de las tropas angloyanquis, por la victoria de la heroica resistencia de las masas iraquíes: ¡esa es la primera tarea de la clase obrera norteamericana!

Una vez más, por el momento, las direcciones traidoras han logrado subordinar a la clase obrera de los Estados Unidos a su propia burguesía imperialista, esta vez a los carniceros y asesinos del Partido Demócrata. ¡Muy caro pagará el proletariado norteamericano esta nueva traición! Cuanto más lo arrodillan ante su propia burguesía imperialista, más libres tiene ésta las manos para redoblar el saqueo, la superexplotación y las masacres en sus colonias, semicolonias, protectorados y sobre los ex estados obreros. Y cuanto más triunfos contrarrevolucionarios logra esa burguesía en sus aventuras coloniales, más duramente ataca a su propia clase obrera, llevando a que los salarios, condiciones de trabajo y de vida de ésta se acerquen cada vez más a los de sus hermanos de clase de América Latina, de Irak, de Palestina, de Asia, Africa, etc.
Como definiera el marxismo ya en el siglo XIX, “un pueblo que oprime a otro no puede liberarse a sí mismo”. En los últimos años, irrumpiendo en lucha contra la guerra de coloniaje en Irak, la clase obrera norteamericana comenzaba a avanzar en este sentido. La traición de las direcciones del Foro Social Mundial hoy la ha hecho retroceder, poniéndola nuevamente a los pies de su propia burguesía imperialista. Por ello, hoy, la primera e indispensable tarea de la clase obrera norteamericana, la primera demanda de su programa de combate no puede ser otra que la lucha ¡Por la derrota militar de las tropas imperialistas angloyanquis en Irak, y por el triunfo de la heroica resistencia iraquí! ¡Por una milicia centralizada de las masas armadas y una dirección proletaria de la resistencia iraquí, que la transforme en el inicio de la revolución proletaria en Irak y todo Medio Oriente!
¡Abajo los nuevos planes imperialistas de pactos y acuerdos con las burguesías siria e iraní para masacrar a la resistencia y sacarles las papas del fuego a Bush y a los Republicratas! ¡Abajo el régimen imperialista de los “Republicratas”, masacrador de los pueblos del mundo y explotador del proletariado norteamericano!
¡Fuera las tropas yanquis de Afganistán, de Medio Oriente y de toda Asia! ¡Libertad inmediata e incondicional a los presos de Guantánamo, y en las cárceles secretas de la CIA, a los milicianos de la resistencia iraquí presos y torturados en Abu Graib, etc.! ¡Por la destrucción del estado sionista-fascista de Israel, gendarme del imperialismo y masacrador del pueblo palestino!
Sólo así, enfrentando a su propia burguesía imperialista y al régimen de los “Republicratas” y retomando el camino de la lucha que comenzó en su despertar, levantándose de norte a sur de los Estados Unidos y del Atlántico al Pacífico por la victoria de sus hermanos iraquíes y por la derrota militar de las tropas yanquis, podrá la clase obrera norteamericana terminar con la sumisión al Partido Demócrata y con la política de colaboración de clases y frente democrático del stalinismo, el castrismo y sus sostenedores, los renegados del trotskismo.
Sólo en este camino podrá recuperar sus organizaciones independientes de lucha, y poner en pie, en oposición al parlamento burgués imperialista de los “Republicratas” –hoy con mayoría Demócrata- y a las instituciones de ese régimen infame, la lucha por un Congreso nacional de delegados de base de todas las organizaciones obreras y de lucha del proletariado y los explotados de los Estados Unidos, que rompa con la burguesía saldando cuentas, en ese camino, con la traidora burocracia sindical de la AFL-CIO y de los impostores de “Change  to Win” y demás “nuevas direcciones” igualmente colaboracionistas, y que levante en primerísimo lugar las demandas de los pueblos oprimidos y masacrados por el imperialismo yanqui, y organice el combate por esas demandas y por la recuperación de todas las conquistas que les fueron arrebatadas a los trabajadores.
Un Congreso de delegados de base de las organizaciones obreras y de lucha de los Estados Unidos podría organizar una lucha centralizada en apoyo a la heroica Comuna obrera y campesina de Oaxaca, hoy atacada y rodeada por las tropas del ejército mexicano mandado por Fox-Calderón, sirvientes del amo yanqui; y para que la revolución obrera y campesina boliviana, hoy expropiada por el gobierno de frente popular de Morales y la política de colaboración de clases del Foro Social Mundial, vuelva a ponerse de pie. ¡Fuera imperialistas yanquis de América Latina! ¡Fuera yanquis de Guantánamo! ¡Abajo los TLC, CAFTA, MERCOSUR, y todos los tratados económicos, políticos y militares que sojuzgan y expolian a las naciones latinoamericanas al imperialismo! ¡Por la expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las empresas y propiedades norteamericanas en Irak, Medio Oriente, América Latina, Asia y África!
Ese congreso obrero podría organizar un combate centralizado para exigir e imponer los mismos salarios y condiciones de trabajo que tienen los obreros de la Ford, la Chrysler, General Motors y demás monopolios yanquis, para todos los obreros de sus plantas relocalizadas en América Latina, Asia y sobre todo, en la China del capitalismo restaurado. Un combate así daría sin duda un enorme impulso para que las heroicas revueltas y luchas de resistencia que está protagonizando el proletariado chino desde los socavones de la esclavitud a la que fue sometido, se transformen en contraofensiva y abran la perspectiva de la lucha por una nueva revolución proletaria que, derrocando al régimen semi-fascista de la nueva burguesía china y expropiando a todas las transnacionales, imponga la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en ese ex estado obrero. Es una obligación de la clase obrera norteamericana tomar este combate en sus manos, así como es una obligación del proletariado de las potencias imperialistas europeas levantar como parte de su programa la lucha por ¡Abajo el régimen fascista de Putin y la nueva burguesía rusa, explotadores del proletariado ruso y masacradores de los pueblos oprimidos de la ex URSS!
Rompiendo con la burguesía, y tomando en sus manos en primer lugar las demandas de sus hermanos de clase de las naciones sojuzgadas por su propio imperialismo, el proletariado norteamericano podrá desplegar sus enormes fuerzas y organizar un combate decisivo por recuperar sus conquistas perdidas. Para terminar con el moderno tráfico de esclavos organizado por la burguesía mundial, ¡legalización y la ciudadanía automática, con todos los derechos económicos, políticos, sindicales y sociales, de todos los trabajadores inmigrantes! ¡Disolución de la “migra” asesina y destrucción del Muro del apartheid que los patrones yanquis están construyendo en la frontera con México! ¡Basta de esclavitud para los obreros norteamericanos!: ¡abajo los convenios por empresa firmados por la burocracia de la AFL-CIO y también por la nueva burocracia “opositora” de “Change to win”, que entregan el salario y las conquistas obreras! ¡Trabajo digno para todos, imponiendo la escala móvil de salarios y de horas de trabajo, con un salario mínimo al ni­vel del cos­to de la ca­nas­ta fa­mi­liar e in­de­xa­do se­gún la in­fla­ción! ¡Nacionalización sin pago y bajo control obrero de toda empresa que cierre o despida! ¡Seguro de desempleo inmediato igual al salario mínimo para todo trabajador desocupado! ¡Jubilación garantizada para todos! ¡Seguro médico gratuito y de calidad para todos los trabajadores y sus familias, garantizado por la patronal y el estado!
Unicamente rompiendo la subordinación a la burguesía de sus organizaciones de combate, y derrotando a la burocracia sindical y a todas las direcciones traidoras del Foro Social Mundial, podrá la clase obrera norteamericana ponerle fin a la trampa de la oleada pacifista que le han impuesto, retomar el camino de enfrentamiento contra su propia burguesía imperialista y el régimen masacrador de los Republicratas, y comenzar a volver realidad la pesadilla que atormenta al estado mayor de la principal potencia imperialista, transformando su combate contra la guerra de Irak y por sus derechos y sus conquistas perdidos en el inicio de la revolución obrera y socialista en el corazón mismo de los Estados Unidos.


Republicratas: así, uniendo la primera parte del nombre de uno con la segunda del otro, ha bautizado muy perspicazmente la vanguardia obrera norteamericana a los políticos de ambos partidos –el Republicano y el Demócrata. Es que tanto uno como otro son partidos burgueses imperialistas que se alternan en la administración de los negocios y los intereses del imperialismo yanqui, pero que defienden y aplican siempre en lo esencial la política que les dicta el verdadero estado mayor norteamericano que son los directorios de los principales monopolios yanquis –un puñado de 1500 empresas que cotizan en Wall Street por valor de 21 billones de dólares, lo que equivale a tres veces el PBI de Estados Unidos. Son esos monopolios los que realmente gobiernan a través de su control del aparato burocrático del estado, es decir, de todo el funcionariado jerárquico de carrera –todos provenientes de los directorios y gerencias de los monopolios- que permanece en sus cargos en forma prácticamente vitalicia, más allá de que sean circunstancialmente los republicanos o los demócratas los que tengan la presidencia o el control del parlamento. ¡Esa es la verdadera esencia de la “gran democracia americana!: la más férrea dictadura del capital a manos de un puñado de parásitos que deciden todo a espaldas del pueblo.


Los renegados del trotskismo y su política de presión sobre los carniceros imperialistas del Partido Demócrata

 

La situación actual de los Estados Unidos y el fracaso de Bush y su burguesía imperialista en Irak, y las elecciones de medio término en ese país, constituyen sin duda uno de los tests ácidos de la lucha de clases mundial que ponen a prueba los programas y posiciones, y que delimitan con claridad reforma de revolución. El veredicto de la vida misma al respecto, es contundente: las corrientes de los liquidadores del trotskismo, tanto a nivel internacional como al interior de los Estados Unidos, no pasaron la prueba. Su bancarrota y su pasaje al campo del reformismo, son totales: en esta prueba, una vez más, han demostrado ser los fieles continuadores del stalinismo, y de su política pérfida de “frente democrático”, de llevar a la clase obrera a apoyar a los imperialistas “democráticos” contra los “fascistas”, y de presionar a los primeros para que cumplan con sus promesas.

Adoradores del voto, la urna y la democracia burguesa imperialista

Las corrientes liquidadoras de la IV Internacional, tal como planteamos en el artículo central, no llamaron a votar por el Partido Demócrata en las elecciones. Una parte de ellas –como por ejemplo, la ISO- llevó sus candidatos o llamó a votar por el Partido Verde, el del burgués Ralph Nader, un partido de la burguesía pequeña, comercial y mercadointernista, y de la pequeñoburguesía ambientalista. Es decir, llamaron a apoyar a otra opción burguesa, rompiendo así con toda defensa de una política de independencia de clases en las elecciones del régimen burgués. Otras corrientes sí presentaron allí donde pudieron, sus propios candidatos trabajadores para el senado, diputados o candidaturas locales.
A la hora de evaluar el resultado de las elecciones, más allá de los distintos e inevitables matices, todas ellas parten de la misma premisa: que el resultado de las elecciones es una derrota de Bush, cuando, como planeamos en estas mismas páginas, fueron la heroica resistencia y lucha de las masas iraquíes, de Medio Oriente, y el despertar de la clase obrera norteamericana; es decir, el combate de las masas, el que le propinó una derrota, empantanándolo en Irak y haciendo fracasar los objetivos de su ofensiva contrarrevolucionaria.
Los renegados del trotskismo les dicen a la clase obrera y los explotados de Estados Unidos y del mundo que el resultado electoral les es favorable, cuando, por el contrario, es un enorme triunfo de la burguesía imperialista yanqui que salva al gobierno de Bush, fortalece su régimen y expropia el despertar de la clase obrera norteamericana. Conscientemente, les dicen a las masas que a un gobierno burgués se lo “derrota” en las elecciones burguesas, y no en las calles. Demuestran ser fieles sirvientes de la democracia burguesa, verdaderos fetichistas de las urnas y los votos en las elecciones patronales, fetichistas del sufragio universal. Demuestran así, también, ser continuadores de los revisionistas y renegados del marxismo como Kautsky, Bernstein, Stalin y demás basura representante de la aristocracia obrera del siglo XX.

Para los liquidadores de la IV Internacional, la victoria de los carniceros imperialistas del Partido Demócrata sería la “expresión” de la resistencia iraquí y la lucha de la clase obrera norteamericana

Por esa razón, no sorprende que afirmen que la derrota electoral de Bush y el triunfo de los Demócratas representa una crisis para el régimen imperialista yanqui, y que es la expresión distorsionada de la heroica resistencia iraquí y del despertar de la clase obrera norteamericana que lucha contra la guerra. Como conclusión, para todos de conjunto, la derrota electoral de Bush favorecerá y facilitará el desarrollo de la lucha de los trabajadores y los explotados.
Les dicen a los heroicos milicianos de la resistencia iraquí, y a la clase obrera norteamericana que el triunfo del Partido Demócrata –esos imperialistas sanguinarios que apoyaron y apoyan la guerra contra Irak- es una expresión... de su lucha contra la guerra y contra las tropas imperialistas invasoras, ¡cuando, por el contrario, es el desvío y la expropiación de esa lucha!
Veamos algunos botones de muestra. Así, por ejemplo, la LIT-CI plantea: “Es cierto que esta oposición contra la política de Bush no ha generado, hasta ahora, las masivas manifestaciones antiguerra que se produjeron en la época de Vietnam. Pero sí se expresó con mucha fuerza en la elección. El tema de la guerra se transformó en el eje del debate electoral (...) El resultado fue un masivo “voto castigo” contra el gobierno de Bush”. (11/11/2006). O sea que, para la LIT-CI, votando por los Demócratas, las masas norteamericanas “castigaron” a Bush... cuando, por el contrario, las elecciones significaron el salvataje de Bush que seguirá en la presidencia, el fortalecimiento del régimen de los Republicratas, y un verdadero “castigo” para la clase obrera que, por la traición de la dirección que tiene al frente, fue llevada, una vez más, a votar por sus verdugos, los burgueses imperialistas demócratas, los mismos que apoyaron la guerra contra Irak y Afganistán y sostuvieron la política contrarrevolucionaria de ataques contra la propia clase obrera norteamericana.
Y termina planteando la LIT: “Las expectativas de que la masiva votación a los Demócratas cambie el curso de las cosas se verán frustradas. Esto abrirá la posibilidad de que el pueblo estadounidense comprenda que, para lograr sus aspiraciones anti-guerra, será necesario movilizarse contra la política conjunta del gobierno y el Congreso” (ídem). Lo que están planteando es que el resultado electoral facilitará el desarrollo de la lucha de los explotados, porque éstos podrán hacer la experiencia con los Demócratas.
Exactamente con ese mismo argumento, en 2002, el PSTU de la LIT en Brasil llamó a votar por el frente popular de Lula-Alencar en la segunda vuelta de las presidenciales, diciendo que lo hacía para “acompañar” a las masas y que eso aceleraría su experiencia con el PT en el poder, y su ruptura con el mismo. El resultado, cuatro años después... Lula fue reelecto en las elecciones presidenciales, y la clase obrera brasileña está más sometida a la esclavitud y la miseria que cuatro años atrás, y las riquezas del país doblemente saqueadas por el imperialismo.
El MAS de Argentina plantea, en esencia, lo mismo. Así, afirma que “la amplia masa asalariada (...), los inmigrantes que mayormente engrosan las filas de una nueva clase trabajadora (...), las clases medias “progresistas” de las urbes (...) en esta oportunidad le han dado la mayoría a los demócratas y han puesto al país más en “sintonía” con el resto del mundo, por lo menos en lo que hace al repudio a la intervención del imperialismo yanqui en Irak”. Y concluye diciendo: “En síntesis, la derrota de Bush contribuye al desarrollo de la lucha de clases mundial y regional”.
En el mismo sentido se expresan las corrientes de los renegados del trotskismo en los propios Estados Unidos, como por ejemplo la ISO –socia del MST-UNIOS de Argentina-, que plantea que “El régimen de Bush que parecía imparable se deshilachó con una velocidad asombrosa cuando se enfrentó a una masiva rebelión de los votantes el pasado martes”.
Dicen todo esto, ¡y no se les cae la cara de vergüenza! Son socialdemócratas confesos, que hablan de “rebelión en las urnas” y demás estupideces. Pero hasta el renegado Kautsky se pondría colorado si los escuchara, y seguramente exclamaría “¡Ni yo llegué a tanto!”.
De la misma manera, el MST- El Socialista (hoy rebautizado Izquierda Socialista) de Argentina, plantea: “... las elecciones fueron utilizadas por millones de personas como una forma de castigar al gobierno y el tema principal, aunque no el único, fue el de Irak...”
¡Solamente colaboracionistas de clase conscientes, herederos del stalinismo, pueden plantear que la victoria de un partido burgués en unas elecciones burguesas con el voto de las masas explotadas puede “facilitar” el camino para la clase obrera!
Por el contrario, los trotskistas afirmamos que es una tragedia para toda la clase obrera mundial que su principal batallón, el proletariado norteamericano, jamás haya logrado conquistar su independencia de clase. Es una tragedia que el proletariado norteamericano –que comenzó su despertar poniendo en pie organizaciones obreras y de lucha independientes de los partidos burgueses y del estado-, por enésima vez en la historia, haya sido subordinado por su propia burguesía imperialista y llevado a apoyar a los candidatos Demócratas.

Los renegados del trotskismo culpan a las masas norteamericanas por su “atraso político”, salvándole la ropa a las direcciones traidoras que las someten a su propia burguesía

Todas estas corrientes hablan de que los Demócratas “lograron canalizar” el sentimiento de las masas contra la guerra... pero no explican por qué. Así, por ejemplo, el PTS de Argentina, por ejemplo, no se cansa de repetir que “El Partido Demócrata ha sido el beneficiario del mayoritario sentimiento antiguerra a pesar de su propia política a favor de la guerra”. De la misma manera se expresa la ISO de Estados Unidos, cuando dice “Desafortunadamente, los demócratas... van a ser los beneficiarios del creciente odio hacia Bush y los republicanos. Nos alegrará ver a los republicanos perder, pero tenemos en claro que no se puede esperar nada mejor de los demócratas”.
Ahora bien, ¿por qué los Demócratas, que abiertamente apoyaron la guerra de Irak, que aprobaron las “Leyes Patrióticas”, que votaron a favor de la construcción del muro en la frontera de México, que apoyaron todos y cada uno de los ataques contra las conquistas y el nivel de vida de los explotados e inclusive de los derechos democráticos en los últimos seis años; pudieron aparecer de golpe como “anti-guerra”, “pacifistas”, democráticos”, logrando “beneficiarse” con el voto de millones de obreros y explotados? ¿Por qué cientos de miles de obreros, trabajadores inmigrantes, jóvenes luchadores contra la guerra, que en los últimos tres años pusieron en pie organizaciones de lucha, piquetes contra la guerra, comités de ayuda a las víctimas del Katrina, rompiendo con la burocracia sindical de la AFL-CIO y con el control del Partido Demócrata, fueron llevados nuevamente a votar por esos carniceros imperialistas?
Los renegados del trotskismo no lo explican. Guardan un total silencio al respecto, y, por omisión, achacan de hecho la responsabilidad por ello a las propias masas explotadas, al “atraso de su conciencia”. Es que de lo contrario, tendrían que decir la verdad: que la clase obrera norteamericana, en su despertar, tendió a ir en sentido opuesto a toda subordinación a los imperialistas Demócratas, y que fueron las direcciones stalinistas, castristas y de los propios renegados del trotskismo que hoy están al frente de sus nuevas organizaciones de lucha, las que una y otra vez las pusieron a los pies de los mismos. Porque son esas corrientes las que en 2003 les dijeron que, para frenar el ataque que se preparaba contra Irak, había que unirse con los imperialistas “democráticos” franceses y alemanes y con la cueva de bandidos de la ONU. Son las que hoy les dicen a las masas norteamericanas y a la vanguardia obrera y juvenil combativa que Chávez y su “revolución bolivariana” son el camino; que apoyar a la clase obrera y los campesinos bolivianos es apoyar a Evo Morales y su gobierno expropiador de la revolución; que defender a Cuba es apoyar a la burocracia castrista y a Fidel. Y son Chávez, Fidel, Evo Morales y demás los que pregonan abiertamente, cada vez que pueden, su apoyo al Partido Demócrata contra el “fascista” Bush.
Así, en la “Contracumbre” de Mar del Plata en noviembre de 2005, Chávez se dedicó a alabar a John Kennedy –el que mandó la invasión a Bahía de Cochinos, y también a Vietnam-, y llama a hacer hoy una nueva “Alianza para el Progreso” como la que Kennedy impulsaba en el continente americano. Por su parte, Fidel Castro no pierde ocasión de alabar a políticos demócratas como Jesse Jackson, y de reunirse con ellos cada vez que puede.
En conclusión: las corrientes que se dicen “trotskistas” y “socialistas revolucionarias” les dicen a los trabajadores y los explotados de Estados Unidos que burgueses nacionales como Chávez, gobiernos de colaboración de clases como el de Morales, burocracias restauracionistas como la que encabeza Castro, son “grandes revolucionarios”; y éstos últimos les dicen a las masas que apoyen a los burgueses imperialistas del Partido Demócrata.
El problema entonces, no es el “atraso en la conciencia de las masas”, ni son las masas, sino la política reformista y de colaboración de clases de los señores dirigentes.
Por supuesto que, como para guardar las formas, todas estas corrientes no se olvidan de decir que los Demócratas son tan malos, imperialistas y burgueses como los Republicanos. Hoy se quejan de que los Demócratas “capitalizaron” el “sentimiento antiguerra” de las masas, pero todos los días, en cada organización de lucha, en cada pelea, en cada piquete antiguerra, en cada movimiento por los derechos de los trabajadores inmigrantes, se dedican a darles la dirección de las masas a las corrientes que apoyan abiertamente al Partido Demócrata.

Una política de presión... sobre la burguesía imperialista y su Partido Demócrata

Pero aquí no termina la bancarrota de los renegados del trotskismo. Ahora, una vez que las elecciones pasaron, les dicen a los trabajadores y a los explotados que... ¡hay que presionar a los Demócratas para que cumplan con lo que prometieron!
Así, dice por ejemplo la ISO: “El electorado ha hablado. Pero es obligación notar que el escándalo de Watergate, aunque acabó con la presidencia de Nixon, no llevó a un curso hacia la izquierda del clima político. Por el contrario, la política de los Estados Unidos se movió decisivamente hacia la derecha en los años siguientes, luego de que el movimiento social de masas de los ’60 y los ’70 pusiera sus esperanzas en que el Partido Demócrata encabezaría el cambio social. (...) no debemos repetir los errores de las generaciones pasadas de militantes de izquierda (...) Los Demócratas no pondrán fin a la guerra de Irak sin una presión sustancial desde abajo. (...) La puerta al cambio social está abierta, pero debemos entrar a la acción para conseguirlo”.
Lo mismo plantea The Spark, un grupo norteamericano ligado al partido francés Lutte Ouvrière: “Estas elecciones les dieron a los Demócratas un mandato para dar un giro de 180 grados en Irak (...) Las elecciones les dieron a los Demócratas el poder de terminar con la guerra en Irak. Podrían ordenarle a Bush cambiar la política inmediatamente en Irak y exigir que retire inmediatamente todas las tropas. Y si Bush se negara, los Demócratas tienen todos los medios para lanzar un procedimiento de destitución contra él y contra el vicepresidente Dick Cheney”.
No se queda atrás el MST-El Socialista que, hay que reconocerlo, tiene el “mérito” de plantear esta política de presión sobre un partido burgués-imperialista con toda brutalidad, cuando dicen que las masas no le dieron a los Demócratas “un cheque en blanco” y terminan planteando: “Esto lo expresó brillantemente el cineasta pacifista Michael Moore: “Ahora comienza el verdadero trabajo. A menos que les estemos encima a estos Demócratas para que hagan lo correcto, harán lo que hacen siempre: echar las cosas a perder a lo grande. Ayudaron a Bush a empezar esta guerra y ahora deben tratar de reparar el daño hecho”.
Más claro, imposible: el que le dicta la política a los renegados del trotskismo es el pacifista demócrata Michael Moore: se trata de movilizarse para presionar a los Demócratas para que hagan las cosas bien, cumplan y “reparen el daño hecho”. ¡Ya es la más abyecta sumisión a un partido burgués imperialista y al régimen de los Republicratas, el régimen de la potencia imperialista dominante en el planeta!
Pretender presionar a los políticos del Partido Demócrata, es decir, a los dueños e integrantes de los directorios de los monopolios imperialistas yanquis para que dejen sus negocios.; pretender presionar a los dueños del Sillicon Valley, de un puñado de empresas que cotizan por 21 billones de dólares en la Bolsa de Nueva York, presionarlos para que dejen de explotar, de masacrar, de embolsarse sus fabulosas ganancias, es como decirle al diablo que se vuelva ángel, o al más feroz de los leones africanos que renuncie a la carne y se vuelva vegetariano! ¡Traidores! ¡Son todos sirvientes del gran capital imperialista, al servicio de envenenar la conciencia de los explotados!
Pero no es de sorprender: esa misma política ya se había expresado, por ejemplo, en el Estado Español: allí, frente a la derrota del PP y el triunfo electoral del PSOE en las elecciones del 14/3/2004, los renegados del trotskismo salieron a plantear que la victoria de Zapatero era la expresión de la lucha de la clase obrera española contra la guerra de Irak, cuando en realidad fue la expropiación de ese combate por parte del régimen burgués imperialista de la monarquía españolista, precisamente para impedir que el levantamiento de las masas luego de los atentados de Madrid, al grito de “¡Ustedes hacen la guerra, nosotros ponemos los muertos!”, terminara en una irrupción revolucionaria.
Lo que estamos viendo hoy no es más que la forma “norteamericana” que adquiere la política que estas corrientes llevan adelante en América Latina y en el mundo, centralizados bajo el comando de Chávez, Castro y el Foro Social Mundial. Es la versión norteamericana de la política del frente P-SOL, PSTU y PCB en Brasil, de contener y estrangular todo proceso de ruptura de franjas de las masas con el PT y la burocracia de la CUT, encauzarlo dentro del régimen cipayo del pacto social y garantizar... que Lula vuelva a ganar las elecciones. Es la misma política de presión “por izquierda” sobre el “presidente Chávez” y su “revolución bolivariana” que impulsan todos los renegados del trotskismo agrupados en el PRS venezolano y que dirigen la UNT. Es para lo que se preparan en Francia los pablistas-mandelistas de la LCR: para ubicarse como instrumento de presión "por izquierda" sobre el próximo gobierno imperialista del Partido Socialista y el PC, si Segoléne Royal gana las presidenciales de 2007.
Si todos los renegados del trotskismo, presionando y presionando al Partido Demócrata, logran que uno solo de los monopolios yanquis del lobby demócrata les restituya a sus obreros todas las conquistas que les arrebataron, la jubilación, el seguro de salud, los salarios, el derecho a huelga, etc.; si presionando y presionando, logran que los Demócratas retiren todas las tropas de Irak sin tirar un tiro ni asesinar a un solo explotado iraquí más; si presionando y presionando, logran que el parlamento controlado por los Demócratas juzgue y castigue por genocidio y crímenes de lesa humanidad a Bush, Rumsfeld, Cheney, al directorio de la Halliburton y demás monopolios que hicieron fortunas masacrando en Irak, y también a todos los políticos –Republicanos y Demócratas- que votaron los créditos de guerra para Bush; y que liberen a los presos de Guantánamo y demás cárceles secretas de la CIA que pueblan el planeta; los trotskistas internacionalistas nos comprometemos a declarar públicamente que el marxismo está equivocado y a retirarnos de la actividad militante. Pero les advertimos: es más fácil que un camello pase por el ojo de un aguja, antes que toda la “presión” del mundo logre que los Demócratas yanquis dejen de ser... burgueses, imperialistas, carniceros, masacradores de los pueblos del mundo, explotadores de su propia clase obrera. Ese es el desafío que les lanzaríamos a los destructores de la IV Internacional devenidos en reformistas y stalinistas, si no fuera que el resultado de su política de colaboración de clases, de sostén de las direcciones traidoras, se contabiliza en huesos, músculos y nervios desgastados de obreros superexplotados en Estados Unidos, y en más sangre derramada y nuevos mártires de la heroica resistencia y de las masas iraquíes.



El imperialismo empuja a Fidji [1] hacia otro golpe
 
El ejército fidjiano ha renovado su amenaza de deponer al gobierno [2] a menos que el mismo abandone sus intenciones de perdonar a los involucrados en el golpe del año 2000 [3] , y de poner a la propiedad costera en manos de los jefes de clanes. El gobierno australiano, preocupado por proteger sus intereses económicos en Fidji, está presionando para que sea echado por sedición el jefe del ejército. La cabeza del ejército, Comodoro Bainimarama, por otra parte, se pinta a sí mismo como el héroe, no el villano, que ha rescatado a Fidji de la recolonización imperialista. Ciertos sectores de la izquierda, atrapados en la trampa de querer ver al ejército de Fidji bajo una luz favorable, están comparando a Bainmarama con Hugo Chávez. Veamos el trasfondo y descubramos qué es lo que realmente está pasando.
 “Él (se refiere al primer ministro de Fidji, Laisenia Qarase) ha aparecido ante los medios para decir que los fidjianos han estado esperando por estas leyes durante incontables años, cuando todos sabemos que sólo un puñado de gente va a sacar provecho de ellas... La gente ha estado esperando que el agua salga en forma permanente de sus canillas por más que incontables años y la tasa de delincuencia en aumento no está beneficiando en nada a nadie, incluyendo a los delincuentes. La pobreza y el desempleo ha aumentado y Qarase está esperando unas leyes de las cuales no vamos a beneficiarnos en absoluto”. (Declaraciones del Comodoro Vorege (Frank) Bainimarama en el Fidji Times, noviembre 9 de 2006).
La Ley de Unidad y Tolerancia Racial (RTU) y la Ley Qoliqoli (sobre territorios de pesca tradicionales) que son el corazón de la actual crisis, son sólo la más reciente lucha dentro de la clase dominante fidjiana desde los golpes de estado de Rabuka [4] de 1987 sobre quién cosecharía los beneficios de la explotación imperialista. Tales trances se remontan a un período aún más antiguo cuando en 1874, Ratu Seru Cakabau (el entonces rey de Fidji) cedió las islas a Gran Bretaña para evitar una invasión norteamericana que usaba como excusa el cobro de las deudas contraídas por el Rey con negociantes yanquis. El juego actual de Bainimarama parece ser un intento similar de un “hombre fuerte” por salvar a los fidjianos comunes de la devastación de la recolonización imperialista.
La esencia de la RTU, que tenía el respaldo del Gran Consejo de Jefes de clanes (GCC) y de los líderes de la Iglesia Metodista, era conceder la amnistía a los complotados en el golpe de derecha que estaban terriblemente decididos a subordinar a todos los trabajadores y a los fidjianos no étnicos [5] a la tiranía de un orden neo-liberal militarizado: fue el comodoro Bainimarama quien evitó que el golpe tuviera éxito y el que puso a Qarase en el gobierno como un Primer Ministro interino. Bainimarama ahora está indignado porque su antiguo protegido tiene ahora golpistas en su gobierno y propone amnistiar a los principales complotados, como George Speight [6].
Bainimarama ha descrito recientemente a la RTU como una forma de “limpieza étnica” y a la Ley Qoliqoli como “racista”. A primera vista, la Ley Qoliqoli parece ser todo lo contrario del robo al estado de la Ley de “Franja Costera y Plataforma Marina” de Nueva Zelanda. Pero mirando los resultados, tanto la Ley Qoliqoli como la neocelandesa de Franja Costera y Plataforma Marina buscan quitar toda posibilidad de que esas áreas están bajo el control de la mayoría de la población (los trabajadores) y ponerlas en las manos de los pocos para el beneficio de esos pocos. Hoy en día en Nueva Zelanda el estado está imponiendo “reservas marinas” en áreas que has sido los territorios tradicionales de pesca de los clanes costeros y la pesca recreativa mientras consiente en que intereses comerciales de la minería marítima exploten cualesquiera minerales yazgan en las zonas costeras de Nueva Zelanda a costa del medio ambiente y los obreros neocelandeses.
Claramente, Bainimarama teme que los golpistas vuelvan a ganar las posiciones de influencia y exploten los recursos liberados por la Ley Qoliqoli en sociedad con los Jefes y las corporaciones imperialistas a expensas de las masas fidjianas. El golpe de George Speight del 2000 (4 años después de que Fidji entró a la Organización Mundial de Comercio como miembro pleno), representaron un intento de pasar todas las propiedades estatales al sector privado de acuerdo con las reglas de la OMC. Para Speight y los poderosos titiriteros que lo manejan la apuesta era muy alta, pero los beneficios habrían sido mucho mayores aun. Los intentos de los partidarios de la ley de referencia por justificarla con la excusa de restaurar los valores tradicionales, son risibles porque ellos representan a la elite de fidji, que son los únicos que se beneficiarían. La “Qoliqoli” también haría que los jefes de clanes se pelearan entre sí por los límites de cada zona y cayeran víctimas de fuerzas comerciales más poderosas, de la misma forma que Ratu Seru Cakabau temía en 1874.
El colapso económico desde el golpe del 2000 forzó al parlamento a prestar especial atención a la Ley Qoliqoli como un último esfuerzo por ponerse en línea con los dictados de la OMC. Esto sucede a pesar de la preocupación expresada por el Primer Ministro Qarase y su Ministro de Asuntos Extranjeros y Comercio Exterior Kaliopate Tavola sobre el impacto negativo que las reglas de la OMC tienen sobre pequeños países en desarrollo. El Primer Ministro Qarase (antiguo banquero y comerciante) en una reciente conferencia de Exportadores de DHL [7] habló de la urgente necesidad de incrementar las exportaciones para satisfacer las demandas de la OMC. Los principales beneficiarios de las reglas de la OMC en Fidji hasta hace poco han sido los intereses yanquis y australianos.

El imperialismo australiano

Pero lo que ha quedado absolutamente claro en la región del Pacífico en los últimos 10 años, es un cambio que la aleja de la influencia económica racista y paternalista de Australia y los EE.UU., y la acerca a la de Asia y especialmente de China. Esto desafía directamente la doctrina yanqui de dominación mundial bosquejada en su neoconservador “Proyecto para un Nuevo Siglo Americano” (PNAC), y es una gruesa afrenta a las ambiciones imperiales de Australia en el Pacífico Sur.
En 1998 el reino conservador de Tonga estableció lazos con China al mismo tiempo que rompió toda relación con Taiwán. Un acto de pragmatismo económico de parte de los gobernantes de tonga, sin embargo ha tenido el efecto de mostrar a los trabajadores de tonga la verdadera naturaleza de las relaciones entre Tonga y los EE.UU. Esto plantea la pregunta de si la intervención de Nueva Zelanda y Australia en Tonga al día siguiente de los recientes disturbios está realmente diseñada para imponer una solución tipo RAMSI [8] para dar marcha atrás a los tratos de Tonga con China, de la forma en que ha sucedido hace muy poco en Timor Oriental (ver artículo en este número).
Los ministros presentes en la reciente cumbre del Área Pacífico en noviembre de 2006, que tuvo lugar en Hanoi, Vietnam, rechazaron con gesto irónico la propuesta yanqui de un “Área de Libre Comercio del Asia Pacífico” (FTAAP). Esta era un intento más o menos disimulado por parte de los yanquis de inmiscuirse y mandar en todos los tratos comerciales de las naciones individuales bajo un paraguas que estaría bajo el control de los EE.UU.
Visitas recientes a China por parte de miembros del Gran Consejo de Jefes de clanes (GCC), el Primer Ministro Qarase y el comandante militar Bainimarama, revela el deseo común tanto de fracciones liberales como conservadoras de la burguesía nacional fidjiana de sacarse de encima la arrogante dominación de Australia en los asuntos fidjianos. La descripción de la relación China-Fidji por parte del Premier chino Wen Jiaobao como un “modelo a seguir por otros” no ha caído muy bien en Washington, pero no ha causado ninguna sorpresa en el ladero regional de los yanquis, Australia, que ha encontrado recientemente resistencia a su recolonización en Papúa-Nueva Guinea, las Salomón y Timor del Este.

El imperialismo australiano a la ofensiva

Al mismo tiempo que Asia se ha transformado en un jugador importante en Fidji, poco queda del amor entre EE.UU., y Australia que están actuando crecientemente como competidores en la región del Asia-pacífico, en particular en la propia China.
Como un inversionista de larga data en Asia, Australia siempre ha visto a China como su mercado más importante, que pronto eclipsará a Japón como su principal socio comercial. En abril de este año, comenzaron las negociaciones en torno a un Acuerdo de Libre Comercio (FTA) y se firmó un Acuerdo de Cooperación y Transferencia Nuclear (NT/CA) para el suministro de uranio australiano a China.
Significativamente, el comentario en octubre de este año, del Tesorero de Australia, Peter Costello a presidentes de bancos centrales sobre la necesidad de salirse del dólar norteamericano lo más ordenadamente posible, no sonó exactamente como música apaciguante en los oídos de su viejo compadre. Australia está surgiendo como un rival imperialista de peso para los EE.UU. De aquí que el acuerdo que aquélla firmó luego de muchos años de chupara las medias de los yanquis es significativamente mucho más favorable para los EE.UU. El escándalo de las coimas pagadas por la Junta Exportadora de Trigo de Australia (organismo público que tiene el monopolio de los negocios trigueros de ese país, NT) al régimen de Saddam Hussein que sigue siendo implacablemente investigado y expuesto por Washington, muestra que aunque Australia es un aliado importante, los yanquis no tienen escrúpulos en meter freno a fondo sobre las pretensiones imperialistas del mismo.
El comportamiento de Australia sobre sus vecinos isleños del Pacífico tiene mucho que ver con su hambre por controlar los recursos de una vasta zona económica para alimentar su imperio regional. Sus tácticas de chantaje en Timor Oriental para hacerse con el Hoyo de Timor, rico en petróleo y la intervención en las Salomón son prácticas previas para ponerse a punto y poder pescar peces más grandes como Fidji y la recolonización de Papúa Nueva Guinea.
Acaba de ser firmado esta semana que pasó un tratado conjunto conocido como el Acuerdo Marco Indonesia-Australia para Cooperación en Seguridad (IAFSC) como parte de un paquete que incluye la venta de tecnología nuclear. El Ministro de Relaciones Exteriores de Australia, Alexander Downer, no ha ocultado el hecho d que quiere aplastar el Movimiento por la Independencia de Papúa Occidental, para poder poner todos los esfuerzos en concentrarse sobre el saqueo de los recursos naturales, como parte de una estrategia australiana más amplia. Como aliado clave del régimen de Suharto durante el aplastamiento de Timor del Este desde 1975, Australia continuó jugando un rol invalorable para asegurar que el status quo de hegemonía externa sobre Timor del Este permanecía luego del derrocamiento de Suharto.
El Primer Ministro John Howard tampoco ha hecho un secreto del hecho de que quiere invocar la “Declaración de Biketawa” (un pacto forzado sobre los 16 miembros de Foro de las Islas del Pacífico) que le da a Australia el mandato para llevar a cabo intervenciones militares bajo el disfraz de “cooperación regional”. Todos los indicadores en el actual clima político (2006) sugieren que los trabajadores y el pueblo pobre de Fidji van a sufrir violencia masiva peor que en 1991 y probablemente mucho peor que la que ya se ha visto en las Salomón.
El llamamiento de la derecha política de Fidji (incluyendo a Qarase) a la intervención internacional contra la amenaza de golpe está cargado de todas las contradicciones que uno esperaría de nacionalistas económicos que piden ayuda a las tropas de Australia y Nueva Zelanda a proteger sus preciosos intereses de negocios. Su llamado a la intervención está basado en su reconocimiento de que la clase dominante fidjiana no tiene los números suficientes para defender sus privilegios y por lo tanto encuentra necesario rogar desesperadamente por la venida de una fuerza de intervención consistente en tropas australianas y neocelandesas para hacer cumplir las leyes del capital internacional. Los desnuda como entreguistas de la riqueza de la nación ante los ojos de la misma gente que ellos dicen representar.

El Partido Laborista de Fidji traiciona a los trabajadores
 
Mientras que la clase dominante fidjiana está unida en sus intereses de invitar a la inversión extranjera directa, y está cumpliendo con las reglas de la OMC, la clase obrera, compuesta de la mayoría de fidjianos étnicos y de indo-fidjianos pagan el precio de tales inversiones con condiciones económicas y sociales en creciente deterioro.
El Partido Laborista que alguna vez bajo Bavadra [9] fue campeón de los pobres y se opuso a la OMC, se ha transformado ahora en un socio menor en la coalición con el Partido conservador SDL (Soqosoqo Duavata Lewenivanua) de Qarase. Ha tenido sus propias reyertas internas ya en 1987. Bajo la ruda dirección de Mahendra Choudry, el apoyo al Partido Laborista fidjano entre los fidjianos étnicos ha caído a un bajísimo 2%, marcando una clara división racial. La principal razón para esto es que desde 1987 los nacionalistas fidjianos se han determinado a dividir a los obreros fidjianos en líneas étnicas con el resultado de que los mismos han terminado apoyando ciegamente a partidos que sólo están interesados en enriquecer a la elite, tanto a la fidjiana étnica, como a la indo-fidjiana.
La partida del prominente fundador liberal de izquierda del partido Laborista fidjiano Tupeni Baba para formar el ahora difunto NLUP (Nuevo Partido laborista de Unidad) en 2001 fue un buen ejemplo de esta traición a los trabajadores. Luego de un corto y académico recreo en Auckland, Nueva Zelanda, el retorno de Tupeni Baba a Fidji lo vio hacer un giro oportunista a la derecha y unirse al SDL de Qarasa.
El presupuesto del gobierno de Qaras para 2007 que incluye un aumento en el IVA al 15% ha sido apoyado por cuatro ministros del gabinete pertenecientes al Partido laborista fidjiano. Como resultado, los mismos enfrentan ahora acciones disciplinarias del Consejo Ejecutivo del FLP por ir contra la política partidaria. Es poco probable que los ministros sean forzados a revertir su voto. Por consiguiente, los pobres, en su mayoría indo-fidjianos, que apoyan al FLP sufrirán. El vocero del Consejo de Servicios Sociales de Fidji, Hassan Khan, dijo recientemente: “Se trata (el aumento del IVA, NT) de una receta para la discordia social y no tiene justificación”. Otros comentaristas sociales dicen que los actuales niveles de pobreza en Fidji son nada comparados con lo que vendrá luego delo aumento del IVA y otras medidas anti-obreras.
Para los trabajadores fidjianos, la situación se presenta bastante negra. El Partido laborista los ha abandonado y los líderes sindicales han demostrado estar en los bolsillos de los patrones.
Los trabajadores de Fidji estaban todavía atontados y desayunándose de los acontecimientos de 1987, cuando en 1991, las fuerzas combinadas de la policía y el ejército atacaron violentamente a cientos de mineros en huelga y a sus familias que estaban envueltos en una lucha por las deplorables condiciones de vida y de trabajo. La mayoría de la sociedad fidjiana se horrorizó ante lo que sucedió entonces.
Desde entonces los trabajadores han estado a la merced de burócratas sindicales corruptos que sirven los intereses de los patrones al mejor estilo de otros en el resto mundo. Por ejemplo, en mayo de este año (2006) cuando los precios del oro estaban alcanzando niveles record, el sindicato Fidjiano de Trabajadores Mineros (FMWU) se puso de acuerdo con la empresa australiana Emperor Gold Mine (EGM) para deshacerse de 300 mineros y solicitar un cierre de 6 meses aduciendo la necesidad de reducir costos. La razón verdadera sin embargo, era aumentar espectacularmente los márgenes de ganancias.
A llenar este vacío en la política fidjiana -donde la mayoría de la población, consistente en trabajadores fidjianos étnicos e indo-fidjianos no tiene una voz política efectiva, no hablemos ya de poder-, ha venido el ejército, y en particular el comodoro Frank Bainimarama. ¿Es posible para el jefe del ejército representar los intereses de los obreros contra el imperialismo y sus lacayos locales, la voraz burguesía fidjiana?

Vorege (Frank) Bainimarama: ¿el próximo “Hugo Chávez”?
 
El surgimiento y popularidad del “héroe” de la clase obrera Hugo Chávez en Venezuela, ha servido de inspiración a ciertos sectores del movimiento obrero, especialmente a aquéllos reunidos alrededor del “Foro Social Mundial”. Su marca registrada de “Socialismo Bolivariano”, aunque es poco más que una ideología nacionalista y un retorno a un populismo económico, ha hecho fruncir las narices de los neoliberales. ¿Bainimarama ha salido del mismo molde para ser el Chávez del Pacífico sur?
Como Chávez, Bainimarama sale del ejército, donde ambos son muy respetados a todos niveles, especialmente por las filas de soldados rasos. El momento que eligió -mientras se hallaba en el extranjero- para atacar al gobierno de Qarase –una circunstancia normalmente no demasiado feliz, si uno no quiere ser destituido- fue pensado para demostrar el apoyo que tenía en su país. La opinión pública en las calles de Suva [10] mientras todavía estaba afuera lo veía como el mal menor. La presidenta de Fidji, (Ratu Josefa) Iloilo, nombró al Teniente Coronel Meli Saubulinayau como reemplazo para Bainimirama, pero el coronel se rehusó. En vistas de eso, la unidad de las Fuerzas Armadas de la República de Fidji (RFMF) y sus 3.500 hombres parece sólida. La Policía de Fidji respaldada por el gobierno australiano está presionando para que se acuse a Bainimarama de sedición o incluso traición. Sin embargo, la posición de Bainimarama todavía luce relativamente segura. ¿Pero a propósito de qué?
Bainimarama, según los medios, ha dicho que preferiría trabajar con Mahendra Chaudhry [11] del FLP antes que con Qarase. Muy bien; pero eso no hace de él un “socialista”. Sus comentarios sobre los padecimientos de los pobres y el hecho de calificar como corrupta a la política de derecha de Qarase, son encomiables y calcan muchas declaraciones hechas por Chávez durante años, pero incluso el estadista “bolivariano” queda muy atrás del “socialismo” en el sentido estricto. La relación de Chávez con los sindicatos ha sido burocrática y hasta ahora ha servido para evitar la formación de un movimiento sindical independiente del estado y de los militares. Cabe plantearse la cuestión: ¿es el rol del ejército fidjiano posar de antiimperialista para contener más efectivamente y subordinar un levantamiento de masas en una situación económica que empeora?
El Comandante de las fuerzas Fidjianas de tierra, Coronel Pita Driti, al referirse al tema del comportamiento de Australia y Nueva Zelanda hacia Fidji, las Islas Salomón y Papúa-Nueva Guinea, dijo que representa “la introducción forzada de políticas de Gran Hermano por nuestras gargantas”. También manifestó que “No aceptaremos ninguna intervención extranjera”- Esto lo dijo luego de sus declaraciones apuntando a que los australianos estaban preparándose para invadir Fidji. Si esa amenaza era real ¿por qué los dos batallones estacionados en Medio Oriente no se trajeron de vuelta a casa y por qué no hubo una movilización generalizada? Como Chávez, Bainimarama no ha hecho ningún intento de darle poder efectivo a los sindicatos y a los obreros que los prepare para rechazar dicha invasión.
En realidad no existe evidencia de que Bainimarama esté alineado con las causas de la “izquierda”. En diciembre de 2005, pareció que los acontecimientos indicaban ese rumbo cuando Bainimarama fue invitado por el Ejército Popular de Liberación (PLA) a China. Tal vez había una “Guerra Popular” Maoísta a la orden del día… ¿quién sabe? El único resultado obvio fue su apoyo la “Política de Una sola China”. Entonces, justo ocho meses más tarde, Bainimarama encabezó un contingente de militares fidjianos que participó en los ejercicios de la “Iniciativa de Operaciones para la Paz Global” (GPOI) patrocinada por el Pentágono y manejada por el Departamento de Estado yanqui, que se llevaron a cabo en Mongolia. Los israelíes fueron invitados, pero estaban demasiado ocupados para venir, asesinando gente en Gaza
El viaje de Bainimarama a Medio Oriente para pasar revista a sus tropas involucradas en las aventuras bélicas del imperialismo (Naciones Unidas, MFO [12], Seguridad Privada [13]) básicamente lo dice todo. El no tiene ninguna intención de cambiar el status quo. Los viajes de recreo en tren a los ex-estados obreros stalinistas no reemplazan una revolución y por cierto no inspiran confianza de que van a transformar a Fidji en un mejor lugar para vivir.
Como si se tratara de un (ejército) “desempleado” que recibe cheques de subsistencia de un estado benefactor, las Naciones Unidas y MFO sólo subsidian un tercio de los batallones de infantería ligera de Fidji, hasta tal punto que Fidji no puede darse el lujo de traer esas tropas a casa. Como “fuerzas de paz”, los ex-soldados de Fidji que han estado con la ONU y MFO ni siquiera reciben puntaje para pensiones de veteranos, por lo que se ven obligados a encontrar trabajo con compañías de seguridad en lugares como Irak y Afganistán, etc. El resto que queda en casa, es lo que Bainimanarma espera usar para defender a Fidji contra una intervención del eje ANZAC [14]
Para todos aquellos tentados de mirar a Bainimarama como el Chávez de los Mares del Sud: piénsenlo otra vez. Chávez es un populista cuya popularidad viene de gastar algo de la riqueza petrolera de Venezuela en los pobres. Pero si los pobres se llegaran a levantar, Chávez usaría al ejército para reprimirlos. Bainimarama no está interesado en que los trabajadores de Fidji se transformen en sus propios patrones. Predica contra el imperialismo, pero sus intereses no son más que mantener los recursos naturales de Fidji en manos de los patrones fidjianos. Si los trabajadores se llegaran a levantar, él los aplastaría para preservar la ley y el orden y los derechos de la propiedad privada. Las recientes maniobras y marchas del ejército de Fidji por las calles de Suva en pleno equipo de combate, fue un recordatorio de los instrumentos represivos, para intimidar. Pero se trata de instrumentos del poder capitalista, no del poder obrero. Éste reside en las manos de los obreros de Fidji, no en los fusiles del ejército.

Movimiento Obrero del Pacífico Sur
 
El problema que ha plagado a los movimientos indígenas contra la colonización en todo el mundo ha sido el fracaso por enlazar esas luchas con el movimiento obrero. Una combinación de desposesión del control de los recursos naturales y la cooptación política por el opresor, han conspirado para reducir las luchas de los oprimidos a “políticas de identidad” dentro del Foro Social Mundial o peor, a la guerra interétnica, dividiendo a la clase trabajadora a lo largo de líneas nacionales y étnicas.
La lucha indígena en Aotearoa-Nueva Zelanda no es diferente. Sus activistas han terminado mezclados en la misma bolsa de políticas que giran a la derecha. El apoyo del activista de Tuhoe [15], Tame Iti, a George Speight durante el golpe del 2000 sustituyó la lucha de un frente único obrero con un frente popular basado en la identidad indígena.
Las burocracias sindicales de la región han jugado su rol tradicional de desbaratar el activismo militante para pacificar a los patrones, mientras que los trabajadores tuvieron que soportar las crecientes presiones de la “liberalización” de los mercados. El confiar en organizaciones laborales subordinadas a la OIT –afiliada a la ONU- y a la recientemente formada Confederación Internacional Sindical (ITUC ó CIS) –la fusión (en octubre del 2006, en Viena, NT) de la ICFTU (Confederación Internacional de Sindicatos Libres, NT) y la WCL (Confederación Obrera Mundial)- monta el escenario para continuar aguantando la traidora dirección que los trabajadores han enfrentado muchas veces en el pasado. La nefasta tendencia de los partidos socialdemócratas afiliados a los sindicatos, tales como el laborismo australiano, neocelandés o fidjiano, de seguir el camino del neoliberalismo económico, es una traición, pero una traición que ya no sorprende a nadie.
El hecho es que el Pacífico está en proceso de ser recolonizado por potencias imperialistas rivales, todas bajo la intensa presión por competir con el nuevo gigante en la región, China. La ausencia de una lucha basada en la unidad de la clase trabajadora hace muy difícil la tarea de organizar a los trabajadores en las islas aisladas y dispersas en el Pacífico. Sin embargo, las masas trabajadoras del Pacífico, desde Timor del Este hasta Tonga, están demostrando que pueden luchar, devolviendo los golpes, contra la explotación y opresión que se profundizan.
Los pueblos del Pacífico necesitan urgentemente un partido marxista internacionalista con un programa que una y movilice a todos los trabajadores y campesinos pobres para luchar por la democracia y contra la recolonización imperialista. Un Partido y un programa tales unirían a los pueblos de los estados del Pacífico en una sola lucha. En Fidji, por ejemplo, la división de la clase obrera fidjiana a lo largo de líneas étnicas es fatal, si no se corrige. Los trabajadores necesitan refundar el partido laborista fidjiano como un partido obrero multiétnico bajo un programa de rechazo a la OMC y a la deuda, de re-nacionalización de la tierra y la industria sin compensación y bajo control obrero, por salud y educación decentes, etc. El Partido Laborista Fidjiano debería entonces organizar a los soldados rasos para que se alineen con el pueblo ¡tanto contra las invasiones imperialistas como contra los golpes de sectores de la clase dominante fidjiana!
Al mismo tiempo los obreros de los países imperialistas y de las semi-colonias de Asia-Pacífico, desde Chile a China, deben luchar contra sus propios regímenes capitalistas, oponerse a las invasiones militares y las guerras de los imperialistas, y unir todas las nacionalidades y etnias en un solo partido obrero revolucionario internacionalista.
Mientras tanto, debe iniciarse una solidaridad real a nivel de las bases para ser efectiva, en apoyo de los trabajadores de lugares como Fidji. Una gran parte de esa solidaridad es reunir ayuda material por todos los medios posibles, para los trabajadores afectados. El boicot a Fidji durante el golpe del 2000 iniciado por la confederación sindical neocelandesa y la australiana fue mínimo, casi inadvertido y la base estuvo ausente. ¡Esto debe cambiar! ¡Por un partido obrero y un programa revolucionarios e internacionales!
¡Que las tropas australianas y neocelandesas se rehúsen a ser usadas como herramienta del imperialismo!
¡Por un Partido Laborista fidjiano unido y multiétnico!
¡Que las bases del ejército se unan a sus hermanos y hermanas trabajadores!
¡Por un partido obrero revolucionario internacionalista!
¡Por una Federación de repúblicas socialistas del Pacífico!

Whakakotahi Nga Kaimahi O Te Moananui A Kiwa!
(Trabajadores del Pacífico, uníos!)

Te Taua Karuwhero Kahui
Communist Workers Group – miembro de la Fracción Leninista Trotskista
(El artículo está en la web en www.redrave.blogspot.com)

 


- Fiyi, Fiji o Fidji, oficialmente República de las Islas Fiyi, un país insular situado en el sur del Océano Pacífico, situado a 5.500 km al sudoeste de Hawai y 3.150 km al noreste de Sydney, Australia. Ocupa un archipiélago al este de Vanuatu, al oeste de Tonga y al sur de Tuvalu (todos ellos igualmente pequeños países insulares, ex -colonias de Francia y/o Inglaterra). Las dos etnias más numerosas son los fidjianos étnicos y los indo-fidjianos, éstos últimos descendientes de los emigrantes desde la India llegados durante el período en que Fidji fue colonia inglesa. Fidji forma parte del Commonwealth británico.

- El presidente es el jefe del estado, elegido por un Gran Consejo de Jefes (de los clanes), pero posee poderes bastante limitados salvo en caso de crisis. El primer ministro del país ha de ser elegido por mayoría por el parlamento con el arbitraje del presidente y es quien dirige el gobierno.

- Ver nota 6 más abajo.

- El Mayor General Sitiveni Ligamamada Rabuka fue el instigador de dos golpes militares que sacudieron Fidji en 1987. Fue elegido más tarde como Primer Ministro en elecciones “democráticas” en 1992, cargo que ocupó hasta 1999. Luego fue Presidente del Gran Consejo de Jefes.

- La constitución de 1990, considerada como de “apartheid”, fue redactada de forma que los nativos fidjianos monopolizasen el poder político del país pero fue enmendada en 1997 permitiendo a los no nativos una mayor participación, estableciendo cuotas para cada grupo étnico.

- Empresario nacionalista fidjiano étnico, ambién conocido como Illikimi Naitimi; que encabezó un golpe contra el gobierno en 2000 en protesta por lo que percibía como un “crecimiento excesivo” de la influencia indo-fidjiana a resultas de la constitución “multiétnica” de 1997. Mantuvo 36 funcionarios del gobierno como rehenes en el parlamento durante casi dos meses, pero su poder no pudo extenderse más allá, y fue arrestado por el ejército comandado por Bainimarama, que había tomado el control de la situación y encabezaba el gobierno por decisión del presidente depuesto, el derechista Mara. Speight se encuentra cumpliendo una pena de prisión de por vida por traición.

- DHL , empresa alemana de transportes globales, que lleva un registro mundial de exportadores, y celera reuniones regionales donde otorga premios al mejor exportador del año. Tiene gran peso en el transporte y suministro de bienes y servicios a China y otros países de Asia-Paífico.

- Misión Regional de Asistencia a las Islas Salomón, la reciente ocupación de las Salomón por el ejército australiano para imponer gobernantes dóciles, y anular leyes hostiles.

- Elegido primer ministro en 1987, Timoci Bavadra, de origen indo-fidjiano, fue derrocado pocos dáis después por el golpista general Rabuka.

- Fidji está compuesta de 322 islas, dos tercios de ellas, deshabitadas. Las dos islas más importantes son Viti Levu y Vanua Levu. En Viti Levu está la capital, Suva,

- Líder parlamentario del Partido Laborista Fidjiano. Habiendo sido elegido primer ministro en 1999 gracias a la aplicación de la nueva constitución multiétnica, no pudo terminar de asumir por ser uno de los ministros y parlamentarios tomados como rehenes por Speight en el golpe del 2000. Actualmente encabeza la oposición a la propuesta Comisión de Reconciliación y Unión del primer ministro Qarase.

- Multinacional Force and Observers: La Fuerza Multinacional de Paz y Observadores (MFO), es una misión independiente (no dependiente de Naciones Unidas) de Mantenimiento de Paz, creada como resultado de los acuerdos de Camp David de 1978 y el Tratado de Paz de 1979 entre Israel y Egipto. Sus tareas son observar, verificar y reportar actividades que puedan poner en riesgo el tratado, en las zonas demarcadas por el mismo.

- Los mercenarios provenientes de tropas del ejército fidjiano, especialmente las destinadas a misiones de paz en Timor del Este y Líbano, son altamente apreciados por las agencias privadas de seguridad dedicadas en Irak a cuidar ejecutivos e instalaciones de empresas imperialistas, como Backwater, Global Risk International, Olive Security, MPRI, Armor Holdings Inc., Science Applications International Corp., Dyncorp, etc, .

- Los cuerpos de intervención rápida de las fuerzas armadas conjuntas de Australia y Nueva Zelanda.

- Tuhoe, una de las tribus maoríes de Nueva Zelanda, es conocida por su fuerte y militante apego a la cultura ancestral.


BRASIL: Día de la Consciencia Negra, ¡día de lucha contra la política de cuotas!

El 20 de noviembre, Día de la Consciencia Negra, es una fecha vinculada a la muerte de Zumbi de Palmares en el año 1695 [1]. Ese día no puede ser encarado como una festividad, sino como un día de lucha en el que el pueblo negro y los demás oprimidos deben salir a las calles para luchar contra la opresión de que son víctimas.
La base de toda y cualquier opresión tiene como raíz la opresión de clase, aunque muchos individuos y movimientos negros traten de oscurecer este principio elemental de la opresión, al caracterizarla como un problema de relación de razas y géneros. Se trata de transferir el problema de la opresión de clase, llevándolo a una aparente oposición entre negros y blancos -o (a la responsabilidad de los blancos) como hace una parte del movimiento feminista y feministas individuales de orientación burguesa, que transfieren a los hombres la responsabilidad de la opresión sobre la mujer en las sociedades de clases, agudizada en la sociedad capitalista.
Los grupos del movimiento negro que proponen, consciente o inconscientemente, el ascenso social y el aumento de la autoestima como formas de resolver el problema de la opresión, es porque ya se han aburguesado e incorporado los valores morales y materiales de las clases dominantes. Pelé, Pita [2], Koffi Annan [3], Colin Powell [4], Condoleezza Rice [5], etc., son tan opresores como Antonio Erminio de Moraes y Abílio Diniz [6], George Bush, Ariel Sharon [7], Bill Gates [8], etc. Jamás estarán del lado de la causa de los negros. Ésta no consiste en tener más o menos negros como ministros, empresarios, senadores, diputados, jueces, etc., como pregona parte del movimiento negro. El discurso del ascenso social de los negros sólo refuerza el grado de opresión social que sufren las masas negras. El problema de la opresión y el prejuicio no se resuelve en función de que tengamos más, menos o igual cantidad de cargos que los blancos en la sociedad capitalista.
La tesis del ascenso social y el aumento de la autoestima expone el problema como si el mismo fuese puramente una cuestión individual de cada negro. No debemos luchar por el ascenso social, sino por la igualdad social, toda vez que el fundamento de la opresión es la existencia de las clases opresoras. Por lo tanto, al proponer el ascenso social, se está legitimando la sociedad de clases. Defender el ascenso social es querer mantener la desigualdad social, es desear que las masas negras continúen oprimidas y que se refuerce la tiranía de clases, la prostitución, el prejuicio, la ignorancia, la violencia reaccionaria, los guetos, el racismo, la opresión del blanco sobre el negro, del negro sobre el negro, del hombre sobre la mujer, del hombre sobre el hombre, las prisiones, los manicomios, las guerras, los conventillos, la delincuencia, la esclavitud, el narcotráfico, los mendigos, los “flagelados" [9], etc.
La lucha por el fin de la opresión del blanco sobre el negro, del hombre sobre la mujer, de pueblos sobre pueblos, sólo es victoriosa si está vinculada a la lucha por la sociedad sin clases, cuyo primer intento a nivel de Brasil fue el Quilombo de los Palmares, a pesar de toda la historiografía y sociología reaccionarias que sostienen que en el Quilombo de los Palmares existía la opresión, cuando la verdad era que negros, indios, blancos y mestizos trataban de construir una sociedad igualitaria y justa, como fue también la experiencia de Canudos [10]. En el Quilombo de los Palmares, el motor que lo impulsaba era el principio de la igualdad y la fraternidad entre los hombres.
En el momento actual, el gobierno Lula-PT-PCdoB, de orientación frentepopulista, implementa descaradamente la política segregacionista y ANTI-AFIRMATIVA de LAS CUOTAS PARA NEGROS [11]. Por detrás de esa política está la reafirmación de la opresión y la discriminación, pues es el mismo proyecto político implementado en los Estados Unidos y en Sudáfrica, cuyo objetivo es crear una ELITE NEGRA para legitimar la opresión, el racismo y la miseria a que está sometida la amplia mayoría del pueblo negro. Por lo tanto, la política de cuotas es una farsa y su objetivo es otro, pues lo que nos impide a los negros ingresar en las universidades y ser aprobados en los concursos no es el color de nuestra piel, y sí las condiciones económicas de miseria a las que estamos sometidos desde hace siglos, así como lo están los hijos de cualquier blanco pobre, miserable, o de un indígena, y la inmensa mayoría de nuestro pueblo que no tiene condiciones ni oportunidades de estudiar desde la infancia, toda vez que son marginados en la sociedad capitalista. Todos aquellos grupos que cínicamente acuerdan con la política de cuotas del gobierno de Lula ven en ella un instrumento seguro que les permite asumir altos cargos y volverse sirvientes y capataces de esclavos de las clases dominantes, en tanto que la amplia mayoría de nuestra población negra quedará relegada a la miseria y a la falta de oportunidades.

¡Viva el Día de la Consciencia Negra! ¡Abajo las reformas del gobierno de Lula! ¡Abajo el PROUNI [12] y la política de CUOTAS! ¡Por la universidad pública y gratuita, por la expropiación del sistema privado de enseñanza! ¡Por la destrucción del Estado nazi-sionista de Israel, por la derrota militar de los Estado Unidos en Irak y Afganistán, por la victoria de la resistencia iraquí y afgana! ¡Por el Gobierno Obrero y Campesino - Dictadura del Proletariado!

FRACCION TROTSKISTA , integrante de la Fracción Leninista Trotskista – FLT

Dirección: Caixa Postal 165, CEP 65001-970. Email: vanguarproleta@hotmail.com


Palmares fue el quilombo (refugio de esclavos) más importante del período colonial en Brasil. Ocupando una extensa superficie entre Pernambuco y Alagoas, Palmares, que llegó a concentrar más de 20.000 negros, fugitivos de las haciendas de la región, fue una confederación de “mocambos” - aldeas de esclavos evadidos - organizada bajo la dirección de un jefe guerrero. En Palmares, además de escapar de la esclavitud, los negros refugiados intentaban recuperar sus raíces culturales. Allí plantaban, criaban cerdos y gallinas y producían incluso excedentes agrícolas, lo que les posibilitó la resistencia a los ataques de las autoridades coloniales durante cerca de 100 años - desde 1590, cuando surgieron las primeras noticias su existencia , a 1694, cuando el quilombo fue destruído. Zumbi fue el mayor líder de la resistencia, apresado y ejecutado gracias a la traición de un lugarteniente.

Pelé y Pita, famosos ases del fútbol brasileño.

Político egipcio, secretario general saliente de las Naciones Unidas.

Colin Powell se hizo famoso como cabeza del Estado Mayor responsable del ataque a Irak en el año 1991, bajo Bush padre. Fue el secretario del Departamento de Estado yanqui en el primer gobierno de Bush hijo.

Actual Secretaria de Estado yanqui. La Secretria de Estado corresponde en EE.UU al Ministerio de Relaciones Exteriores.

Antonio Erminio de Moraes y Abílio Diniz:ambos son poderosos empresarios brasileños, que figuran en la lista de los hombres más ricos del mundo. Diniz es el tercer más rico de Brasil.

General israelí, en cuyo historial de carnicero fascista figura, entre otros, el ser mentor de la política de implantación masiva de colonos sionistas en Gaza y Cisjordania, responsable de la invasión del Líbano y de la masacre de los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila en los 80, y en su papel de Primer Ministro israelí, de la represión brutal de la revolución palestina a principios del siglo XXI, y de la edificación del muro de la verguenza que sella los guetos palestinos en Cisjordania, etc.

Millonario norteamericano, posiblemente el hombre más rico del mundo, fundador del monopolio imperialista de informática Microsoft, beneficiario del pase a la industria civil de la tecnología militar yanqui de las últimas décadas.

Campesinos castigados por la sequía en el nordeste brasileño, comprados y vendidos como esclavos por los latifundistas.

En el estado de Bahía, en la zona árida y desértica llamada “sertón”, a finales del siglo XIX, se desencadenó una de las más sangrientas rebeliones populares de la historia de Brasil, la llamada Guerra de Canudos. Movimiento milenarista, de cuño religioso, adquirió tintes políticos, pasó a ser considerado subversivo por el gobierno y se extendió por áreas necesitadas y miserables.
Un líder religioso, António Conselheiro, que arrastró tras de sí masas campesinas harapientas y desposeídas, comenzó a predicar la venida del fin del mundo y el castigo a los ricos y los explotadores, comandó una quema de edictos de cobro de impuestos y, al ser perseguido, se refugió con sus seguidores en una pequeña aldea del interior de Bahía, llamada Canudos, en un área aislada y de difícil acceso. Allí junto hasta 30.000 de los más oprimidos y explotados del Brasil de ese entonces. Conselheiro desarrolló una de las primeras experiencias “socialistas” en el mundo: en Canudos, cada familia entregaba la mitad de sus posesiones al conjunto de la comunidad, mantenía las tierras de labranza y el ganado familiar, vivía de ese trabajo y mantenía a los desvalidos que iban llegando.

Se refiere a la ley que establece la obligatoriedad para las escuelas y universidades públicas de admitir una proporción determinada de negros e indios entre su alumnado.

PROUNI: política de becas de estudio o posgrado en universidades privadas con o sin fines de lucro, destinadas a alumnos y egresados pobres, a costa del estado nacional y bajo su control.


Nicaragua: la victoria electoral de Ortega y los sandinistas devenidos en yuppies de Wall Street en Nicaragua, y el desenmascaramiento de la impostora Celia Hart Santamaría

El día 5 de noviembre, Daniel Ortega, encabezando la coalición del FSLN con los somocistas y con representantes de burguesía, ganó las elecciones presidenciales en Nicaragua.
Así, después de 16 años, los ex comandantes guerrilleros sandinistas llegan nuevamente al poder en una Nicaragua atada con dobles cadenas al imperialismo yanqui por la imposición del CAFTA (tratado de libre comercio de Centroamérica), transformada en una gran maquiladora para esclavizar a su clase obrera, y con las masas explotadas hundidas en la miseria en ese país, el segundo más pobre de América Latina después del Haití transformado en protectorado yanqui.
La victoria electoral de Ortega es el coletazo y la expresión en América Latina de la oleada pacifista preventiva impuesta en los Estados Unidos y que resultara en el triunfo de los Demócratas en las elecciones de medio término. Así, han engañado a la clase obrera y los explotados nicaragüenses haciéndoles creer que con los sandinistas en el poder podrán mejorar su terrible situación y enfrentar al imperialismo. Cuando, por el contrario, y como lo ha dicho explícitamente el propio Ortega, los sandinistas devenidos en burguesía, en yuppies de Wall Street, vienen a administrar los negocios de conjunto de la burguesía –como lo han hecho ya desde la mayoría de las alcaldías que controlan-, a fortalecer el CAFTA con los yanquis y a seguir haciendo jugosas ganancias con la explotación de los obreros en las maquilas y con el tráfico de esclavos, es decir, con el rentable negocio de cobrarles a trabajadores nicaragüenses desesperados para introducirlos ilegalmente en los Estados Unidos.
Para engañar a las masas –pero también para posicionarse en nuevos negocios con los países del Mercosur-, Ortega apeló durante la campaña electoral a la verborragia y la demagogia de la “revolución bolivariana”. Su triunfo electoral fue saludado en primerísimo lugar, por Fidel Castro, seguido por Chávez, que ya se comprometió a proveer a Nicaragua de petróleo barato, y por todos los stalinistas, castristas y demás pregoneros de la estafa de la “revolución bolivariana”, agrupados en el Foro Social Mundial.

Casi 20 años después de entregar la revolución, ganaron las elecciones los “yuppies” sandinistas, alumnos de Fidel Castro y de la burocracia restauracionista cubana

Hay que decirlo con claridad: ganaron las elecciones en Nicaragua los sandinistas, reciclados, al igual que sus congéneres del FMLN de El Salvador, en nuevos yuppies de Wall Street después de que todos juntos, encabezados por Fidel y la burocracia castrista, entregaran las revoluciones nicaragüense y salvadoreña en los acuerdos contrarrevolucionarios de Esquipulas y Contadora, a mediados de los ’80.
Así, después de que las masas explotadas, con una heroica huelga general insurreccional derribaran el 19 de julio de 1979 a la dictadura de Somoza, los sandinistas llevados al poder en la cresta de esa ola, se limitaron a expropiar las propiedades de los somocistas, negándose a hacerlo con el resto de los monopolios imperialistas y propiedades burguesas, implementando una “economía mixta” al estilo de la que está llevando adelante hoy la burocracia castrista en su plan de restauración capitalista en Cuba.
Luego, cuando las masas explotadas, en un combate heroico y dejando cientos de miles de mártires derrotaron militarmente a la “Contra” armada por el imperialismo yanqui, los sandinistas –y los dirigentes del FMLN del Salvador- se sentaron a negociar con el imperialismo con la mediación de Fidel Castro, y entregaron en pactos y acuerdos ese triunfo militar de las masas sobre la contrarrevolución, aceptando transformar al FSLN en partido político legal y dar “elecciones libres” que, por supuesto, fueron ganadas en 1990 por la candidata de la burguesía, Violeta Chamorro. En El Salvador, esos pactos significaron también la transformación del FMLN en partido político, y la integración de gran parte de los ex comandantes y cuadros de la guerrilla al ejército regular genocida del estado burgués.
Son estos “brillantes alumnos” de la burocracia castrista y de su política internacional contrarrevolucionaria los que vienen de ganar las elecciones. Así, Daniel Ortega, flamante presidente del nuevo gobierno burgués de Nicaragua, es el mismo que hace apenas unos meses, el 1° de mayo pasado, presidió junto con Fidel Castro en La Habana el acto por el día internacional de los trabajadores. Y el 2 de diciembre volvió a pisar suelo cubano para encabezar también los festejos por el aniversario del desembarco del Granma y el postergado cumpleaños de Fidel.
Hay que decirlo con claridad: Ortega y los sandinistas –reciclados en corrientes burguesas, al igual que la mayoría del stalinismo y de las corrientes populistas pequeñoburguesas que éste pusiera de pie en décadas pasadas en América Latina- no tienen absolutamente ningún problema ni contradicción en gobernar con un pie en Wall Street y Washington, y otro en La Habana. Es que precisamente, un Daniel Ortega, un Chávez, son los “modelos” de la burocracia castrista que se apresta a consumar la restauración capitalista en la isla y reciclarse a sí misma en burguesía. Ahí vimos a Raúl Castro, el 2 de diciembre, llamar a la burguesía yanqui –ahora que ganaron los Demócratas y que la burguesía imperialista tiene que ir a un plan de negociaciones y pactos- a sentarse a negociar. ¿Qué contradicción podría tener entonces con Ortega el aparato de la burocracia castrista, que se ha unido en joint-ventures a las transnacionales imperialistas para explotar el níquel, el turismo, el comercio exterior, el petróleo de Cuba; que vive y hace negocios con “chavitos” –el peso convertible uno a uno con el dólar-, y no con el devaluado peso cubano en el que cobran sus miserables salarios la amplia mayoría de trabajadores; y que ya está fugando cientos de millones de dólares a paraísos fiscales mediante empresas off shore?

La lección trágica de Nicaragua: sólo la revolución obrera y campesina triunfante liberará a la nación del imperialismo

Una vez más, la tragedia de la clase obrera y los explotados de Nicaragua, marca una enseñanza y una lección fundamental para el proletariado de América Latina y el mundo: únicamente el triunfo de la revolución proletaria, con la clase obrera acaudillando a los campesinos pobres y al conjunto de la nación oprimida, dirigida por una partido revolucionario, y derrocando al estado burgués con una insurrección triunfante; expropiando a la burguesía e imponiendo un gobierno obrero y campesino basado en la autoorganización y el armamento de las masas, puede liberar a la nación oprimida del yugo imperialista. Sólo viendo su revolución triunfante como un eslabón de la revolución latinoamericana, norteamericana y mundial, luchando por extenderla y conquistar los Estados Unidos Socialistas de Centro y Sudamérica, podrá el heroico y sacrificado proletariado nicaragüense terminar definitivamente con la miseria, el atraso y las condiciones cercanas a la barbarie en las que lo han hundido la explotación capitalista y el saqueo imperialista.
Por el contrario, las direcciones nacionalistas burguesas, o pequeñoburguesas stalinistas como era el FSLN, sólo le deparan a la clase obrera nicaragüense –y del resto de las naciones semicoloniales y coloniales- la expropiación de su heroica lucha revolucionaria y antiimperialista, el estrangulamiento de sus revoluciones, las peores de las puñaladas por la espalda, y en consecuencia, la redoblada sumisión del país al imperialismo y la pérdida de todas las conquistas obreras, aún las más elementales.
La trágica lección de Nicaragua, entonces, tiene hoy una candente actualidad para la clase obrera y los explotados de América Latina y el mundo semicolonial, cuando stalinistas, castristas, renegados del trotskismo y direcciones reformistas de todo pelaje agrupadas en el Foro Social Mundial, los llaman a apoyar a los burgueses “nacionalistas” y militares “patriotas” como Evo Morales, como Chávez y ahora a Correa en Ecuador. Porque allí, en Nicaragua, está hoy el resultado de esta pérfida política de colaboración de clases: durante años, llamaron a apoyar, más abierta o más críticamente, a los comandantes guerrilleros “revolucionarios” sandinistas –de los que incluso la corriente morenista llegó a decir que eran el “partido jacobino” de la revolución nicaragüense-, y lo que resultó fue... Ortega, es decir, un yuppie de Wall Street administrando el CAFTA y las maquilas.

La segunda lección de la tragedia nicaragüense: se desenmascaran Celia Hart Santamaría y la impostura de “ala izquierda” de la burocracia castrista restauracionista

Las elecciones nicaragüenses derrumban como a un castillo de naipes –lamentablemente, al altísimo precio de la derrota de su clase obrera y la sumisión de la nación al imperialismo- la cínica impostura montada por la burocracia castrista con una exponente de su riñón como es Celia Hart Santamaría.
Así, la había mandado a posar de “ala izquierda” -apelando para ello a la reivindicación de Trotsky como un “revolucionario”, gracias a que los renegados del trotskismo le permiten falsificar el legado del fundador de la IV Internacional- para pintar a Fidel como el más grande revolucionario viviente (y encubrir de esta manera la acelerada marcha de la burocracia a la consumación de la restauración capitalista), para legitimar la farsa de la “revolución bolivariana” y para organizar y centralizar bajo su mando a los liquidadores de la IV Internacional en toda América Latina.
Pero tan abierto y descarado se hace cada vez más el accionar del stalinismo y el castrismo reciclados en corrientes burguesas en el continente, como lo muestra el caso del sandinismo, que cada vez se le hace más difícil a Celia Hart mantener la impostura y justificar, en nombre del “trotskismo”, las peores traiciones a la clase obrera del continente.
En particular en Nicaragua, a esta impostora se le acabó el libreto y, como ella misma lo confiesa en su nota “Las elecciones rosa de Nicaragua” del 17/11/06, ha tenido que pensar mucho y pasarse noches en vela para ver cómo justificar que su “adorado” Fidel le haya dado apoyo a Daniel Ortega y al FSLN de los que Hart Santamaría dice –aclarando que es a pesar de que la “alegra la victoria del FSLN frente a la derecha neoliberal de Montealegre”- que “han volteado tanto a la derecha, que ya es (...) uno más de los partidos electorales que nos andan sobrando en nuestra región”.
¿Cómo explica entonces esta impostora castrista el apoyo de Fidel a Daniel Ortega?... Es claro que no puede recurrir, para hacerlo, a ningún argumento extraído del arsenal del trotskismo, ni siquiera falsificándolo. No le queda otra que recurrir... al viejo arsenal de argumentos y justificaciones clásicas del stalinismo. Veamos:
Hart Santamaría se responde a su propia pregunta de por qué Fidel apoya a Ortega, diciendo lo siguiente: “...me he tardado tanto en escribir pensando en eso. No sólo por la devoción que le tengo (a Fidel Castro, NdeR) mucho más en estas circunstancias concretas en que se encuentra su salud, mas en las noches de insomnio, debatiéndome en este dilema, volví a pensar que una cosa es el Presidente de Estado Fidel Castro, al que por supuesto le alegra que un gobierno neoliberal sea derrotado en la región, sean cual sean las circunstancias; y otro es mi Comandante de verde olivo, que a diferencia de Daniel Ortega nunca se ha cambiado su traje, a ése que sufre por cada niño o mujer que muere en el mundo; que abre la puerta de nuestros escasos recursos para los pobres, a ése para el cual la política es la verdad y nos ha enseñado a ser honestos...a ése es al que le debo entera lealtad”.
El ridículo argumento que da Celia Hart es... ¡el mismo que hace más de 30 años, en los ’70, daban los stalinistas para justificar el apoyo de la burocracia de Moscú –o de Pekín- a tal o cual gobierno burgués! Para tratar de explicarle a la vanguardia obrera perseguida, torturada y asesinada en Argentina por qué la URSS y el PC apoyaban a la dictadura videlista y decían que Videla era un “general democrático”, los stalinistas decían que había que comprender que, como “jefes de estado” que tenían que comerciar, comprar trigo, etc., los burócratas stalinistas estaban obligados a hacer concesiones, alabar a esos gobiernos, etc.
¡Pobre argumento el de Hart Santamaría, que quiere hacerse pasar por trotskista! Porque por el contrario, el legado del leninismo y del trotskismo –el único bolchevismo viviente de nuestros días- es el de la experiencia de la Rusia soviética revolucionaria con la firma de la paz de Brest-Litovsk. Allí, para terminar con la guerra imperialista que desangraba a la Rusia de los soviets, los bolcheviques tuvieron que pactar con el imperialismo alemán en muy desventajosas condiciones. ¡Pero jamás salieron a saludar al Káiser ni a decir que era un “monarca democrático” ni nada por el estilo! Por el contrario, salieron a decirles la verdad a las masas del mundo, planteándoles que la Rusia revolucionaria se había visto obligada a firmar ese acuerdo desventajoso con la pistola del ejército imperialista alemán en la cabeza, y llamaron a la clase obrera mundial, y en primer lugar, al propio proletariado alemán, a rechazar ese acuerdo contrario a los intereses de la Rusia revolucionaria y a levantarse para derrocar al Káiser y a la burguesía imperialista alemana.
Hoy, después de que la burocracia stalinista entregara los estados obreros a la restauración capitalista; después de décadas de traiciones del castrismo a la revolución latinoamericana, cuando los castristas y stalinistas forman parte de gobiernos burgueses cipayos y antiobreros como el de Kirchner o Tabaré Vázquez; cuando son justicieramente desenmascarados en Chile como “pacos rojos” por la juventud sublevada y la clase obrera en lucha; cuando con Ortega y los sandinistas se apresta a encabezar el gobierno burgués de la Nicaragua de la revolución entregada, aquellos viejos argumentos y justificaciones del stalinismo sacados del basurero de la historia por Celia Hart, ya no engañan a ningún obrero o joven avanzado. Solamente los renegados del trotskismo, arrodillados ante Fidel y la burocracia castrista, son capaces de “tragarse (y con gusto) el sapo”, de semejantes paparruchadas dichas por su dirigente, la impostora castrista Celia Hart Santamaría.