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JULIO 2017

EDITORIAL

SE PROFUNDIZA LA GUERRA DECLARADA CONTRA LOS TRABAJADORES

La guerra que han declarado el gobierno de Macri, los gobernadores y todos los partidos patronales a cuenta de las trasnacionales imperialistas y Wall Street contra los trabajadores y el pueblo no da sosiego. Junto a todas las cámaras empresariales, la
UIA, la Sociedad Rural, con la colaboración de la burocracia sindical, han conformado una verdadera “Santa Alianza” para decretar el tope salarial del 20% liquidando las paritarias. Se trata de un verdadero golpe bonapartista contra los trabajadores por parte del gobierno de Macri, que decretó el tope salarial junto a la patronal por fuera inclusive de todo mecanismo formal de las instituciones de dominio del régimen. Todos los sectores de los capitalistas son dueños de hacer valer el valor de sus mercancías con el aumento de los precios y la inflación. A la clase obrera le han quitado hasta la posibilidad
de discutir el valor de su fuerza de trabajo.

 El gobierno y la patronal necesitan imponer este robo al salario, y los planes de flexibilización laboral para arrancarle una masa superior de plusvalía a la clase obrera y poder hacer frente a los compromisos de pago de la deuda externa y a la exigencia de las trasnacionales de imponer una mano de obra esclava para invertir en el país. La farsa electoral es tan sólo un circo, una cortina de humo para esconder la verdadera Argentina, superganacias para el imperialismo
y hambre, miseria y represión para los explotados.

 Los cierres de fábricas y los despidos se han multiplicado en tan sólo semanas. Sólo en el último mes, los despidos en el sector privado son de 50 mil trabajadores. La patronal cierra y despide para la reconversión de sectores de la industria y la relocalización de sus plantas para flexibilizar la mano de obra. Para imponer esta política sabe muy bien que debe atacar a las organizaciones obreras y descabezar al activismo combativo. Dicho plan incluye también el cierre directo de aquellas fábricas en donde los trabajadores tienen a su frente una comisión interna combativa (como en AGR y PepsiCo). A la liquidación del convenio colectivo petrolero con el que el gobierno y la patronal inauguraron el año, al cierre de AGR-Clarín, los miles de despidos en el estado y en centenares de fábricas como en Sancor, GM, etc. se le suma la el tope salarial impuesto sector por sector por la burocracia de la CGT y la CTA entregando las paritarias, el ataque y persecución a los trabajadores de la UTA-Córdoba en respuesta a su enorme lucha y los recientes cierres de PepsiCo y Hutchinson. Los despidos en todas las ramas de la industria como en petroleros y metalúrgicos no cesan. La inflación, que no es más que la superganancias de los capitalistas, sigue en alza junto a los tarifazos y ya no hay bolsillo de familia obrera que pueda llegar a fin de mes. La nueva devaluación ya se comió la paritaria trucha y es un saqueo al salario.

 La crisis económica mundial no da respiro y junto a la bancarrota de Brasil, principal socio comercial de la Argentina, empujan a la patronal y al gobierno a protagonizar este ataque para cumplir con los planes de las trasnacionales, la sed de ganancia de los capitalistas y para garantizar los compromisos de pago de la deuda externa que se acrecienta día a día con la política de endeudamiento y entrega de la nación del gobierno que ha endeudado a las futuras generaciones de trabajadores del país por los próximos 100 años.

 El tope salarial que vienen imponiendo en todos los sectores de la producción, van de la mano de planes de “productividad”, que no son otros que atacar las conquistas de los trabajadores liquidando los convenios colectivos de trabajo, discutida por el gobierno directamente con los CEOs de las trasnacionales imperialistas, inclusive personalmente con Trump en la reciente visita de Macri a EEUU y en decenas de “foros económicos” con los representantes del capital financiero y reuniones hasta con Merkel, primer ministra de Alemania. Es que la patronal sabe que la única manera de hacer una nueva ronda de negocios y superganancias, y cumplir con los pagos de la deuda externa y el FMI, es con Macri y los gobernadores aplastando al movimiento obrero y liquidando todas sus conquistas.

 Las distintas pandillas burguesas discuten sus negocios en momentos en que la manta ya no los cubre a todos por igual pero donde no tienen ningún tipo de discusión es en que la crisis la paguen los trabajadores y el pueblo. Todos comandan, desde el gobierno nacional, las gobernaciones e intendencias el ataque a las conquistas obreras. Patrones extranjeros y “nacionales” no ponen en discusión el tope salarial decretado por el gobierno. Ningún partido patronal ha puesto el grito en el cielo por esto ni mucho menos. Todos utilizan la misma receta contra los trabajadores que salen a luchar como lo vemos
en Santa Cruz con Alicia Kirchner, en Córdoba y en CABA con la feroz represión a los trabajadores desocupados en medio de la Av. 9 de julio en Capital Federal.

 Pero la clase obrera se resiste a ser quien resigne sus conquistas y condiciones para mantener los negocios de los de arriba. No se resigna a padecer y morir de hambre en un país que produce alimentos para 800 millones de personas en el mundo. A vivir con 10 mil pesos de salario mínimo como viene de decretar el ministro de trabajo Triaca, la patronal y el gobierno. Siendo quien produce todas las riquezas de esta nación, se niega a que le roben el salario con el tope salarial, la inflación, el IVA y los tarifazos, mientras los oligarcas y las clases medias gorilas se llenan de dólares con la soja y los millones del blanqueo de capitales con el que el gobierno legalizó el robo a gran escala de los parásitos capitalistas. Por eso ha protagonizado durísimas luchas en lo que va
del año, con tendencias a una lucha política de masas y a la Huelga General en el mes de marzo para derrotar el ataque del gobierno y los capitalistas que incluyó la enorme rebelión de la base obrera contra la burocracia sindical el 7 de marzo en el acto de la
CGT junto al PJ y la burguesía “nacional” que terminó con el triunvirato huyendo del palco.

 

CON LA SUBLEVACIÓN CONTRA LA DIRECCIÓN DE
LA CGT EN SU ACTO EL 7/3, COMENZÓ UNA
REBELIÓN DE LA BASE OBRERA CONTRA LA
CARESTÍA DE LA VIDA, LA BUROCRACIA SINDICAL
Y EL TOPE SALARIAL

 

 La patronal supo distinguir muy bien lo que pasó el 7/3 en el acto de la CGT, supo que se puso en riesgo y en cuestión a su agente en el movimiento obrero para mantener los salarios de hambre, la superexplotación y los despidos: la burocracia sindical. En
dicho acto, la burocracia sindical buscaba canalizar la bronca de los trabajadores a los pies de sectores de la burguesía nacional bajo el programa de “defensa de la industria nacional” y al PJ. Pero la clase obrera hizo estallar por los aires dicho plan con
su consigna de “ponele fecha al paro…”. Luego de aquel palco tomado por sectores combativos como la Línea 60, Aceiteros y Canale y aplaudidos por miles y miles de trabajadores de base de los sindicatos peronistas, nada fue igual… Si aquella rebelión
se centralizaba y generalizaba, los días de la burocracia sindical estarían contados y el movimiento obrero volvía a ponerse en el centro del ring de la lucha de clases para derrotar el ataque del gobierno de Macri con la Huelga General abriendo una perspectiva
de lucha revolucionaria de la clase obrera contra todo el régimen burgués poniendo en pie sus organismos de autorganización y democracia obrera.

 La rebelión contra la burocracia sindical del 7 de marzo le pegó un duro golpe al corazón del régimen burgués argentino. Con ella, el estado daba muestras de perder su control sobre el movimiento obrero garantizado por la burocracia sindical. Por eso alistó
todas sus fuerzas para derrotar y terminar con dicho proceso. Lo hizo movilizando a su base social de las clases medias reaccionarias el 1 de julio y con un salto en la intervención directa del estado con sus fuerzas represivas sobre las organizaciones obreras. Como en toda semicolonia, el estado garantiza su control sobre la clase obrera vía la estatización de los sindicatos o a través de la represión bonapartista. Al ponerse en
cuestión la burocracia sindical, el gobierno profundizó la represión y persecución a los trabajadores y principalmente a su ala más combativa, sacando nuevamente
a la escena a las bandas paraestatales de la burocracia como lo hizo con la golpiza a los choferes autoconvocados de la UTA en CABA. El FIT se negó a centralizar la rebelión contra la burocracia sindical, prefirió mantenerse bien lejos como lo hizo en el acto del 7/3. De esta manera permitió que la burocracia imponga la política de hacer un paro para descomprimir la bronca de los trabajadores el 6 de abril y no un paro para pegarle un duro
golpe político al gobierno como ansiaban millones de explotados. Tras el paro del 6 de abril, la burocracia avanzó en la liquidación de las paritarias e impuso el tope salarial sector por sector. La dirección del sindicalismo combativo mantuvo a la vanguardia dividida y desorganizada y entonces cuando esta rebelión contra la burocracia sindical subió un nuevo peldaño con la lucha de los choferes de la UTA-Córdoba,
estos se encontraron solos, aislados, llenos de solidaridad en los papelitos y con muchos dirigentes posando para las fotos, pero aislados en la lucha. De igual forma quedaron decenas de sectores que continúan su rebelión contra la burocracia sindical
como ocurre en la UOM contra Caló, pero al no estar centralizados en un mismo combate, la política del gobierno es sofocarlos con la colaboración de la burocracia sindical. Ésta actúa directamente bajo las órdenes de la patronal persiguiendo a los activistas y
desaforando a los delegados combativos como lo viene de hacer la UOM con los compañeros de Siderar-Ensenada e intenta hacer la UTA nacional con el
cuerpo de delegados de la UTA-Córdoba.

 La enorme lucha de los choferes de Córdoba retomó el camino del 7 de marzo y la lucha contra la burocracia sindical, y puso a la orden del día las condiciones para desde allí reagrupar las filas de los trabajadores contra la burocracia y reabrir la lucha por la
Huelga General para derrotar el tope salarial y los planes del gobierno. El combate de los choferes cordobeses le marcó el camino y el programa al conjunto de los trabajadores para enfrentar el tope salarial: expulsó a la burocracia sindical y basado en sus
asambleas de base conquistó un cuerpo de delegados común de todas las líneas de colectivos y desconoció la entrega de las paritarias de Fernández. Las direcciones
del movimiento obrero se negaron a generalizar a toda la Argentina la lucha de los trabajadores de la UTA-Córdoba y nuevamente el FIT se negó a centralizar la rebelión contra la burocracia desde el acampe de los choferes y a llamar a todos los trabajadores de la provincia a imponer el Paro provincial, cerrando de esta manera el camino a la Huelga General. Así, los choferes quedaron aislados y condenaron a la lucha a una dura derrota con centenares de despidos y con la patronal y el gobierno queriendo liquidar a su cuerpo de delegados (Ver balance sobre la lucha de los trabajadores de la UTA-Córdoba).
De la mano del durísimo golpe a los trabajadores de la UTA-Córdoba, el gobierno y la patronal se fortaleció y avanzó en su ataque contra los trabajadores y contra sus organizaciones de lucha para imponer los planes de las trasnacionales imperialistas. De
imponerse las condiciones que intentan asentarles a los choferes de la UTA-Córdoba, con militarización, leyes antihuelga y descabezamiento de su cuerpo de delegados y del activismo, la generalizarán también al conjunto del movimiento obrero. Tan sólo a días
de este golpe, la patronal avanzó cerrando la planta de Florida de PepsiCo cuya comisión interna está en manos de delegados combativos. Claro está que el gobierno y la patronal no quieren dejar ni atisbo de organizaciones obreras combativas y avanza en liquidar las organizaciones obreras para garantizar las ganancias de las trasnacionales.

 La patronal y el gobierno continúa encabezando una guerra de clases, cada golpe a los trabajadores lo utiliza para profundizar su ataque. Ellos saben que deben atacar y blindase para impedir que penetren en Argentina las ondas expansivas del combate de la clase obrera brasilera y se coordinen en una misma pelea. Lejos de toda ilusión parlamentaria con la que la izquierda del régimen como el FIT quiere impregnarle a
la vanguardia obrera, duros choque de clases se avecinan en la Argentina. El 7 de marzo abrió un nuevo periodo para la clase obrera, identificó claramente que sin enfrentar a la burocracia sindical y derrotarla no hay posibilidad de defender sus conquistas y conseguir sus demandas. Una alianza de clases reaccionaria entre la patronal y las clases medias ricas que viven de la “plata dulce” saben muy bien que su sobrevivencia
depende de aplastar al movimiento obrero y exigen “leña” contra los trabajadores.

 Moldeada en estas condiciones, toda lucha económica de la clase obrera rápidamente se transforma en lucha política contra la burocracia sindical y contra el gobierno. Todo sector del movimiento obrero y de masas que sale a la lucha debe saber que tendrá que
enfrentarse a la “Santa Alianza” del gobierno, las trasnacionales, los partidos patronales, todas las instituciones del régimen infame como el Ministerio de Trabajo y la burocracia sindical. La clase obrera ha sufrido duras derrotas parciales gracias a la política de sus direcciones, pero no está dicha la última palabra. La lucha recién comienza y los combates decisivos están en ciernes. La unidad de las filas obreras se vuelve de vida o
muerte para la clase obrera y los explotados, y la centralización del combate contra la burocracia sindical, una necesidad vital para luchar por sus demandas.

 Dos estrategias se enfrentan al interior del movimiento obrero para este nuevo periodo y para derrotar el tope salarial y los planes de flexibilización laboral y liquidación de las conquistas obreras. La receta de las corrientes de izquierda que integran tanto el FIT y la “Izquierda al Frente” coinciden en llevar las fuerzas de los trabajadores a los pies de las
instituciones del régimen infame argentino como el Ministerio de Trabajo o el parlamento y en que la clase obrera puede triunfar sin expulsar a la burocracia de sus organizaciones y sin poner en cuestión la propiedad de la burguesía. Los socialistas revolucionarios planteamos con claridad que la única forma de avanzar en defender las conquistas obreras y frenar el ataque de los capitalistas es derrotando a la burocracia sindical en las calles, poniendo en pie los organismos de autorganización obrera y luchando con los métodos de clase de piquetes y Huelga General para derrotar al gobierno.

 

La “Santa Alianza” del gobierno de Macri, los partidos patronales y la burocracia sindical, bajo el mando de Wall Street redoblan la guerra contra la clase obrera


¡HAY QUE RETOMAR, GENERALIZAR Y
CENTRALIZAR LA REBELIÓN CONTRA LA
BUROCRACIA SINDICAL INICIADA EL 7 DE MARZO!
¡ABAJO EL TOPE SALARIAL! ¡PARITARIA ÚNICA
NACIONAL DEL 47% PARA TODOS!

CONGRESO NACIONAL DE TRABAJADORES
OCUPADOS Y DESOCUPADOS
¡PLAN DE LUCHA Y HUELGA GENERA!

 

 Con represión, con matones a sueldo de la burocracia sindical, con cárcel y despidos, están imponiendo la trampa electoral los partidos patronales donde buscarán fortalecer sus instituciones con las que todos los días atacan a los trabajadores. El FIT se ha
sumado a esta trampa, hace un año que se dedican a discutir sus listas electorales y se han negado a coordinar a los que luchan, a reunir los encuentros de Atlanta o Zona Norte para luchar juntos. Y en plena campaña electoral, se niegan a ponerla al servicio
de coordinar a los que luchan aprovechando la posibilidad de que con dicha campaña se puede llegar a millones de trabajadores. ¿Por qué no encabezan las listas del FIT los compañeros despedidos de UTA-Córdoba y de todos los sectores para recorrer todo el movimiento obrero llamando a realizar asambleas para desconocer el tope salarial, centralizar la rebelión contra la burocracia sindical y reagrupar las fuerzas de los trabajadores para discutir un plan de lucha unificado por su reincorporación y todas las
demandas obreras?

 Frente a la guerra de los capitalistas, la estrategia del FIT y la izquierda del régimen es dejar cada lucha que protagoniza la clase obrera aislada y llevarla a los pies de las instituciones de la burguesía como el Ministerio de Trabajo y a la utopía reaccionaria de
sus proyectos de ley. Se niega a centralizar la lucha contra la burocracia sindical para expulsarla de las organizaciones obreras en las calles. Es que no hay posibilidad de que los combates de los trabajadores triunfen sin derrotar a la burocracia.

 Lo demostró ayer AGR, recientemente la lucha de los trabajadores de la UTA-Córdoba y hoy la enorme pelea de los obreros de PepsiCo en donde la dirección del PTS quiere imponerle a los trabajadores el “protocolo” de la política del FIT, festivales, “romper el cerco mediático”, solidaridad en los papeles y presión al Ministerio de Trabajo, negándose a llamar a un combate a todo el gremio de la alimentación para imponer el paro y expulsar a la burocracia de Daer (que es el garante del cierre de la fábrica y ya anunció con no llamará al paro del gremio) y a llamar desde la ocupación de la planta a una coordinadora de todas las fábricas cerradas y con despidos para conquistar un plan de lucha por la reapertura y la estatización sin pago y bajo control obrera de
toda fábrica que cierre, suspenda o despida. En su lucha revolucionaria del 2001, la clase obrera argentina demostró cual es el camino contra el cierre de las fábricas por parte de los patrones. Hay que retomar este camino.

 El FIT ya acordó sus listas unitarias pero las filas de la clase obrera están trágicamente divididas. La clase obrera necesita rápidamente reagrupar sus fuerzas si quiere ponerle freno al ataque de los capitalistas. Ningún sector de la clase obrera podrá sobrevivir de forma aislada la guerra declarada por la patronal y el gobierno bajo el mando de Wall Street. Es necesario organizar y centralizar el odio y la lucha contra la burocracia sindical. Hay que retomar, generalizar y centralizar la rebelión contra la burocracia
sindical iniciada el 7 de marzo.

 Las condiciones para un reagrupamiento de las filas obreras y los sectores que están en lucha siguen en pie. Hay que conquistar un Congreso Obrero Nacional de trabajadores ocupados y desocupados y estudiantes combativos con delegados de base con mandato de todo el movimiento obrero, para reagrupar los sectores que están resistiendo de forma aislada como los trabajadores de Santa Cruz, los choferes de la UTA-Córdoba, de PepsiCo, Cresta Roja, de AGR-Clarín, Sancor, Canale, Línea 60 por
dar algunos ejemplos.

 La clase obrera necesita un organismo de lucha a la altura del ataque de los capitalistas en donde a mano alzada se vote un pliego único de reclamos, y se organice la lucha por expulsar a la burocracia sindical de las organizaciones obreras y un plan de lucha para imponer la Huelga General que derrote los planes de hambre y miseria del gobierno y las trasnacionales. Las organizaciones obreras y comisiones internas arrancadas de las manos de la burocracia sindical como el Sarmiento, el SUTNA, la Federación Aceitera, los Sutebas opositores, etc. deben estar al servicio de esta lucha. El ataque del gobierno no se detendrá y avanzará sobre todas estas conquistas. O éstas conquistas se ponen al servicio de reagrupar las filas del conjunto del movimiento obrero o se perderán como conquistas para los trabajadores.

 En sus combates, la clase obrera ya puso sobre la mesa un programa de lucha para unir sus filas. Los trabajadores de la UTA-Córdoba le mostraron el camino a todo el movimiento obrero, asambleas de base para votar el ¡Desconocimiento del tope salarial
garantizado por la burocracia! ¡Abajo la burocracia sindical! Como siguen peleando los docentes en todo el país a pesar de la entrega de la dirección de CTERA ¡Paritaria única nacional para todo el movimiento obrero! Como lo exige la base metalúrgica
frente al 22% firmado por Caló, ¡47% de aumento de salario! Plata sobra, se la llevan las trasnacionales, el FMI y el Banco Mundial ¡No al pago de la deuda externa! ¡Expropiación de todas las trasnacionales que saquean los recursos de la nación!

 La lucha contra los despidos y por trabajo digno tiene que ser una demanda de todos los trabajadores del país. La patronal utiliza los despidos para chantajear a los obreros para que acepten sus planes de flexibilización laboral y sabe que para imponer dichos planes debe derrotar a los sectores combativos cerrando sus plantas allí donde existen comisiones internas combativas como lo vimos ayer en AGR y hoy en PepsiCo. Coordinadora de todas las fábricas cerradas y que sufren despidos ¡Abajo el
secreto comercial y apertura de los libros de contabilidad para demostrar que las patronales no tienen pérdidas! ¡Reincorporación de todos los despedidos en todo el país! ¡Estatización sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que cierre,
suspenda o despida!

 Contra el flagelo de la desocupación que vuelve a golpear a millones de trabajadores, ¡Basta de burocracia piquetera que administra los planes trabajar esclavistas del gobierno y la patronal! ¡Que vuelva el movimiento piquetero revolucionario del 2001 y su programa de los 21 puntos de los piqueteros del Norte de Salta! ¡Trabajo digno para todos! ¡Un turno más en todas las fábricas para que todas las manos disponibles puedan producir!

 La patronal y el gobierno, ante cada lucha de los trabajadores, alista sus fuerzas para derrotar a los obreros, militarizando las huelgas para aplastarlas y mandando las bandas paramilitares de la burocracia sindical al mejor estilo de la triple A. ¡No se puede pelear más solos! ¡Hay que poner en pie los piquetes de autodefensa ante cada lucha y movilización para defendernos de la represión estatal y de los matones y pistoleros de la burocracia sindical! La burguesía quiere escarmentar a los trabajadores, y lo
hace no sólo con sus perros de presa de las fuerzas represivas del estado, sino también con ataques paraestatales de la burocracia sindical. La clase obrera necesita escarmentar a las bandas fascistas de la burocracia antes de que sea demasiado tarde y levanten
cabeza. El frente único obrero y los comités de autodefensa de las organizaciones de lucha se vuelve una necesidad ante cada combate de los trabajadores.

 ¡Libertad a Milagro Sala, a Agustín Santillán y a todos los presos por luchar! ¡Absolución de los compañeros de Tierra del Fuego y a los trabajadores petroleros condenados a cárcel y perpetua en Las Heras! ¡Desprocesamiento de los más de 7500 luchadores obreros y populares!

 El FIT nos dice que el camino para resolver nuestras demandas es votándolos a ellos en la farsa electoral. El camino para conquistar nuestras demandas es el de los trabajadores y explotados de Brasil, ganando las calles, con huelgas generales contra el gobierno y todos los políticos corruptos coimeros de las trasnacionales imperialistas, luchando por soldar la unidad en la lucha de los trabajadores brasileros y argentinos como lo vienen de mocionar distintos sectores de trabajadores metalúrgicos en la central obrera Conlutas, moción que fuera aprobada por un encuentro de dicha central que agrupa a millones de
trabajadores. El camino es el de los estibadores de España que vienen protagonizando una enorme huelga gracias a la solidaridad internacional de los obreros portuarios de Europa que paran en solidaridad a su lucha y se niegan a descargar los buques
españoles en los puertos europeos. ¡Hay que luchar junto a nuestros hermanos de Brasil contra el imperialismo y sus gobiernos cipayos! Por ello hay que unir las filas obreras y marchar al plan de lucha y la Huelga General con asambleas, piquetes y movilizaciones, luchando como en el Cordobazo, como en 2001 y como hoy en Brasil. Esa es la respuesta que se merece este gobierno antiobrero y sus sostenedores del PJ y los K ¡No hay tiempo que perder! ¡Nadie más luchando solo y aislado!

COMITÉ REDACTOR

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