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Sudán - 25 de octubre de 2021

¡Abajo el golpe militar de los generales de Bashir!
masacradores del pueblo al servicio del imperialismo

¡Comités de autodefensa!¡Milicia obrera y campesina!
¡Comités de soldados rasos!

¡Hay que derrotar a la casta de oficiales del ejército asesino!

¡Hay que expropiar sin pago a las transnacionales y los capitalistas para conquistar el pan!

Por un congreso nacional de las organizaciones obreras, estudiantiles y campesinas

Por un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino

Un golpe de estado se encuentra en marcha en Sudán. El ejército, al mando de Abd el FatahBurhan, ha dis!uelto el gobierno de transición que venía funcionado a la caída de la dictadura de Bashir en 2019, compuesto por los propios militares, el partido burgués de Las Fuerzas por la Libertad y el Cambio y el Partido Comunista Sudanés. Varios de los integrantes de este gobierno están ahora presos, como el ex presidente del gobierno de transición Abdallah Hamdok (bajo prisión domiciliaria) y varios ministros.
Abd el Fatah Burhan dio un discurso por radio y televisión, con el ejército tomando todos los medios de comunicación, para anunciar que el ejército asumiría los poderes plenos supuestamente hasta la convocatoria a elecciones programadas para julio de 2023. Anunció el estado de emergencia dado que “el país se encuentra convulsionado” y debía “poner orden”.

Miles de explotados salieron a las calles a enfrentar el golpe. En los enfrentamientos contra las fuerzas de represión ya se reportan 7 muertos y más de 140 heridos hasta el momento. Los explotados no abandonan  las calles luchando por impedir este golpe de estado, y por eso todavía este no se ha asentado.

El gobierno de la transición solo fue un rodeo para que vuelva una dictadura militar

Desde hace varios días que los trabajadores y el pueblo se encuentran en las calles. Es que el gobierno de transición fue un engaño para no conseguir ninguna de las demandas de la revolución. El hambre se profundizó en uno de los países más pobres del planeta, agravando las terribles condiciones de vida. La carestía de la vida ya se torna insoportable para las masas. Estas condiciones las empujaron a volver a las calles, para luchar por conquistarlas. Así es que desde hace poco más de una semana vienen protagonizando enormes movilizaciones contra el gobierno de la transición, en primer lugar peleando por la caída de los militares, pero también pedían la renuncia de todos los políticos que lo integraban y que asumiera un nuevo gobierno enteramente civil. Para ello en los días anteriores al golpe habían rodeado el palacio de gobierno por miles y miles, retomando el camino de la lucha revolucionaria como en el 2019 cuando echaron al dictador Bashir y sus generales asesinos.
A esto es a lo que el Abd el Fatah Burhan llama “un país convulsionado”: a las masas en las calles luchando contra el gobierno que desvió su lucha y salvó el poder de la burguesía cuando la revolución derrocó una dictadura sanguinaria de casi 30 años como la de Bashir. Es que ese gobierno de la transición no podía dar ninguna de las demandas de la revolución. Solo estaba allí para engañar a las masas y sacarlas de la calle. Vino a adormecer y desorganizar a la clase obrera y los explotados con ilusiones “democráticas”. El PC, que dirige amplias capas del  movimiento obrero y el estudiantil, se encargó de someter a las masas de ese gobierno, del cual era parte. Ellos fueron los que paralizaron el torrente revolucionario.
Ese gobierno de la transición, gracias al PC, asumió entonces para preservar la propiedad de la burguesía y el imperialismo, y que los obreros no tomaran el poder. Esto fue lo que sucedió, no se tomó el poder, vino el engaño, sacaron a las masas de las calles, y luego lo que viene es el golpe militar, el fascismo, el ejército nuevamente en el poder. Esto sucedió ya, por ejemplo, en Túnez, donde se impuso una constituyente fraudulenta para que terminen gobernando los mismos jueces y coroneles de Ben Ali. Lo mismo vimos en Egipto, donde las elecciones fueron un rodeo para la vuelta de una brutal dictadura militar como la de Al Sisi. Y hoy vemos que sucede en Sudan.
El imperialismo sabe que es momento de dar un golpe contrarrevolucionario para derrotar la segunda oleada revolucionaria de Magreb y Medio Oriente, y para ello mandó a su ejército lacayo sudanés a dar el golpe. No solo tienen que sacar a las masas que volvían a las calles, sino que se trataba de asestar un golpe a toda la región. Aún no está decidido que se imponga, ya que todavía continúan los combates.

¡Hay que derrotar al golpe en las calles! ¡Armamento para enfrentar la represión!

El PC llamó a la huelga general, cuando los trabajadores ya la impusieron de hecho. También está llamando a la “desobediencia civil” y, junto a Hamdok y a otros dirigentes del partido burgués Fuerzas por la Libertad y el Cambio, llaman a marchar pacíficamente contra el golpe. Es decir, sigue sometiendo a los obreros a la burguesía, y por esta vía se fortalece el fascismo. Porque está llevando a los obreros desarmados a enfrentar el golpe cuando el ejército tomó el poder por fuerza de armas y está asesinando a los manifestantes. Ya conocemos lo sanguinario que saben ser estos generales golpistas que estuvieron junto al criminal de guerra de Bashir que llevó a cabo una brutal masacre en Darfur. ¡Necesitamos comités de autodefensa ya!
¡Abajo el golpe! ¡La lucha que se desarrolla en estos momentos en las calles contra el golpe debe triunfar! Pero para eso es necesario conquistar el armamento generalizado. Los enfrentamientos son contra un ejército que tira a matar. Esta una cuestión de vida o muerte.
¡Por comités de soldados rasos que se nieguen a reprimir al pueblo, que desacaten a sus oficiales y se organicen junto al pueblo sublevado!
Desde cada localidad donde se encuentran los obreros y el pueblo pobre en las calles, hay que formar comités para votar delegados 1 cada 1000 para un congreso nacional obrero y campesino, que asuma el gobierno. Necesitamos un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino, basado en los comités de defensa armados de las masas y en la disolución de todas las fuerzas de represión.
Solamente un gobierno así podrá garantizar la expropiación a las transnacionales y la gran propiedad de la burguesía para conquistar el pan. Solamente un gobierno así podrá romper con el imperialismo, terminar con el saqueo, y conquistar la tierra para que todos los recursos se pongan a disposición de que el pueblo coma. Solamente un gobierno así podrá llamar a sublevar a sus hermanos de Sudán del Sur para volver a unificar Sudán, nacionalizando el petróleo y todos los recursos naturales, porque allí están las riquezas para salir de la acuciante situación de hambre y miseria a los que son llevados los obreros sudaneses tanto en el norte como en el sur. Al pueblo sudanés lo han dividido en guerras fratricidas para marcar zonas de saqueo directo. ¡Es hora de terminar con este enfrentamiento entre hermanos, terminando con el saqueo y expropiando las transnacionales, el petróleo, la tierra, en un Sudán unificado obrero y campesino!

Esta perspectiva se puede conquistar en los combates que aún se siguen desarrollando, y sin dudas será un aliciente para la resistencia siria que sigue viva, para que vuelvan a las calles las masas de Irak y Líbano cuyo combate ha quedado latente, para el pueblo palestino que no se rinde en la lucha contra el ocupante sionista y para la enorme lucha que vienen llevando a cabo los trabajadores iraníes contra la teocracia asesina. ¡Un mismo combate en todo Magreb y Medio Oriente!

 

 

 

 

 

 

 

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