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Argentina - Ciudad de Rosario - 7 de marzo de 2023

El partido peronista con el apoyo del PRO saca nuevamente a los militares a las calles

El gobierno de Fernández ha anunciado el envío de más de 1000 efectivos de Fuerzas Federales a Rosario y al ejército para, según dice, ayudar a “urbanizar” los barrios populares de esa ciudad.

Una burda patraña; durante años centenares de miles de trabajadores provenientes del interior del país, corridos por el hambre y la miseria, se establecieron en las villas de Rosario, como así también en el Gran Buenos Aires.
Las privatizaciones del Peronismo y el Radicalismo de los años ’90 profundizaron este proceso de despidos en masa.

La burguesía, el sistema y este régimen infame y esta democracia para ricos no le dieron ni trabajo digno, ni educación, ni salud y sólo tiros le dieron a las masas. Esto pasó en el año 1989 cuando éstas se sublevaron en el levantamiento del hambre, o como lo hicieron millones de explotados en Argentina en el 2001. Rosario jugó un rol clave, tanto en las migraciones de capas desesperadas de la clase obrera de los ’90, como en las ofensivas de masas del ’89 y del 2001. A 40 años de esta podrida “democracia” para ricos se quiere ocultar los 14 mártires del levantamiento por el hambre del ’89 y los 40 asesinados del Estado de Sitio de De la Rúa en 2001.

La desocupación crónica ha llevado a la desesperación a millones de trabajadores que se mueren en los hospitales públicos, tienen una educación en donde solo se complementa para sus hijos la cuota alimentaria, y en abierta bancarrota.
De Rosario como de Buenos Aires y las grandes provincias con concentraciones obreras, surge una nueva fuerza de trabajo en Argentina esclava que entra y sale del proceso productivo, con salarios de miseria, en negro y flexibilizada, o sobrevive con los miserables Planes Trabajar, en "comedores populares" o con una sola comida al día. Un 60% de los trabajadores han quedado librados a su suerte por los traidores de las burocracias sindicales millonarias peronistas, entregadoras de mil y una luchas y conquistas de la clase obrera.

Este es el nuevo movimiento obrero que ha surgido en los últimos 30 años, producto de enormes traiciones de sus direcciones y del feroz saqueo de la nación por parte del imperialismo,  asociado éste a los grandes capitalistas y oligarcas nativos. El PJ, la UCR y los Macri, son los garantes de este plan de explotación, hambre y miseria.
En Rosario se ha profundizado uno de estos focos desde hace décadas de miseria y desolación de los explotados.
Como dijimos, allí se impuso, a partir de la privatización durante el gobierno gorila y peronista de Menem la privatización de los puertos y, en este caso de todas las vías pluviales del Río Paraná, hoy en manos de empresas imperialistas, asociadas a la gran oligarquía agraria. Están asociados en una economía de saqueo imperialista y que funciona, en gran medida, en negro. No pagan impuestos y triangulan sus exportaciones con Paraguay. De eso se trata el envío de toneladas y toneladas de granos a Paraguay y su reexportación, lo que le permite a la gran burguesía agraria, a Monsanto, a Cargill y a las grandes cerealeras imperialistas cobrar en dólares contantes y sonantes en el marcado mundial por sus exportaciones y dejarlos afuera.
Prueba de esto -y que nadie puede negar- es que Paraguay tiene la flota de barcazas de bandera más grande que recorre los ríos de la Mesopotamia, y no es por la producción agraria de su país.

¡Miserables! Se rasgan las vestiduras cuando en sus barcazas en los puertos que ellos controlan, entra y sale la cocaína y todo tipo de drogas con las que hacen fabulosos negocios los mismos que lo hacen con el contrabando agroganadero.
Se ha profundizado una economía en negro. Está tutelada por la policía y el Estado, los jueces y los políticos. Reclutan en sectores ultramarginales de esta nueva clase obrera a los sectores en proceso de descomposición que nunca han entrado al proceso productivo. Mientras tanto, la absoluta mayoría de trabajadores de los barrios obreros del Gran Rosario viven precarizados, flexibilizados, o de miserables Planes Trabajar, y padecen y sufren la peor de las explotaciones, la represión de la policía, del estado y sus jueces y, encima, a los “soldaditos” de éstos.

La generalización de la droga en los barrios obreros de las grandes capitales de las provincias es una política consciente para descomponer y controlar a las capas más bajas de la clase obreras. No basta ya para contener a las masas con el control de la policía, de la Iglesia y de todas las instituciones del Estado y, por eso, organizan “soldaditos” para disciplinarlos y descomponer las filas de aquéllas. El asesinato de Máximo Jerez fue el límite que soportaron miles y miles de trabajadores del Gran Rosario.
Mientras tanto, en los countries de los ricos, en los barrios de la oligarquía, se comercializa libremente todo tipo de sustancias como diversión y ocio de los parásitos que viven de rentas y del trabajo ajeno.

El Ministro del Interior, el Intendente de Rosario y hoy el “cara de piedra” Fernández anunciaron que vienen de fracasar en la lucha contra el narcotráfico, cuando son ellos mismos los que lo encubren, los que lo dejan correr y los que lo manejan con sus fuerzas armadas y represivas, sus jueces, sus fiscales, sus barcos, sus puertos, que ellos controlan como lo hace Massa con su banda de aliados de las transnacionales navieras desde los puertos de Buenos Aires y también de la Hidrovía…
Ahora anuncian la “madre de las batallas contra el narcotráfico”, en una carrera electoral con el PRO para ver quién saca más fuerzas represivas a las calles. ¿El narcotráfico? Una excusa.

Todo es una vil mentira y los trabajadores y el pueblo de Rosario ya lo han demostrado. Son los trabajadores de esos barrios, la amplia mayoría de los mismos, los que conocen en qué casas están los lúmpenes y desclasados organizados por la Policía, el Estado y los jueces.
Ayer en los barrios de Rosario se vio a la única fuerza que puede hacer justicia y resolver el problema de la descomposición social y pararle la mano a la “narcopolicía” en 24 horas, donde no quedó un solo narco en los barrios donde se levantaron los compañeros.

La respuesta del gobierno fue más policías y sacar a las Fuerzas Armadas. Buscan profundizar la represión contra el pueblo sublevado que ya no les cree, porque sabe perfectamente quiénes son los “soldaditos”, los narcos y la policía que los organiza.

Más fuerzas represivas en las calles es lo que buscan la Bullrich, el PRO, el embajador yanqui y los Kirchner, que para atacar al pueblo necesitan contar con ellas. Las necesitan para momento de grandes levantamientos revolucionarios. Ellos saben muy bien lo que hacen. Temen que en Argentina se desarrollen las grandes luchas revolucionarias que conmueven hoy a América Latina y que, aquí y allá le ponen un límite a la ofensiva de saqueo imperialista. Ya, la misma Cristina había propuesto sacar las Fuerzas Armadas para militarizar las fronteras y poner los miles de destacamentos de la Gendarmería como tropas de ocupación de todos los barrios obreros del país. ¿La señora sufre de amnesia? Si lo único que no hicieron los militares en Argentina fue defender la frontera, cuando entregaron a los pibes que fueron a defender las Malvinas. Este ejército solo sabe matar obreros y ser socios, como lo son, en misiones de “paz” con las tropas imperialistas de la ONU ocupando Haití o como lo hizo Menem mandando un par de barcos desde Argentina para invadir Irak. ¡Cipayos!
Deciden sacar a las calles al ejército. Temen, hoy más que nunca, que se desarrolle en Argentina un nuevo 2001. Ellos saben cómo están atacando a las masas. Temen en Argentina una Plaza de la Dignidad de Chile, las Primeras Líneas de Colombia, el levantamiento revolucionario de las regiones obreras y campesinas de Perú, el levantamiento contra el golpe en Bolivia y las luchas obreras en Brasil.
Por eso sacan a los militares a las calles, cuando no lo podían hacer ni en los desfiles patrios, ni para dar chocolate en los actos porque el pueblo los repudia. ¡Miserables canallas!

Este plan de peronismo, el PRO y la UCR ya lo conocemos los obreros de Argentina.
En 1974, comenzaron con la JP y Cámpora el “Operativo Dorrego” de “reparar caminos” con los militares que se lavaban el rostro de 21 golpes militares anteriores, incluida la Masacre de 1955. En 1975 largaron el “operativo Tucumán” para buscar “terroristas” en el monte. Hicieron así mismo, desde el Ministerio de Acción Social a la Triple A con López Rega y Perón que se llevó la sangre de lo mejor de los obreros de vanguardia de las Coordinadoras obreras de 1975 en el Gran Buenos Aires. Llamaron a aplastar a la “guerrilla fabril” como lo hicieron Luder y Balbín… y luego llamaron a Videla y a los militares para que impusieran el genocidio y salvar, de esta manera, al régimen y al Estado burgués amenazados por un fenomenal ascenso que comenzara en el Cordobazo del ’69. Las cosas como son. Hay que decir la verdad.

 

Stanley pide orden en el “Virreinato” y los Virreyes cipayos obedecen

Los yanquis vienen por el gas, por el litio, por los minerales, por Vaca Muerta, por los granos, por la soja… vienen por todo… inclusive vienen por el negocio de la droga. De eso, la Marina yanqui sabe mucho, de cómo abastecer al más grande mercado de consumidores.
Massa y el gobierno peronista dicen que no tienen dólares. Por supuesto, si se los han dado todos al FMI. Y no sólo eso, dejan más de 40 mil millones de dólares por año vía el contrabando, donde el puerto de Rosario es la capital de la fuga de divisas bajo el mando de Cargill y Monsanto y bien custodiada por la burocracia sindical y la Prefectura. Son una clase capitalista y élites dominantes de parásitos gorilas, asesinos de obreros, edulcorados por esta podrida democracia para ricos.

En Rosario se ve el verdadero carácter de esta democracia de los esclavistas a la que les rinde pleitesía todos los días una izquierda parlamentaria que no se anima a plantear que la única solución para esta barbarie es preparar la revolución socialista y reagrupar a los mejores elementos de vanguardia de la clase obrera. La burguesía comprende perfectamente cómo actuar en estos momentos preparatorios de grandes choques de clase. El reformismo se niega a plantear que la tarea para parar el flagelo de la “inseguridad” de este podrido sistema capitalista es la sublevación y la autoorganización, con comités de autodefensa de los propios barrios donde sufren y padecen la “inseguridad” los obreros y para luchar así también contra la más importante de las inseguridades, como es no llegar a fin de mes y que los aumentos cotidianos en las góndolas y en los servicios terminen de estrangular el salario.

Anuncian que sacan a las Fuerzas Armadas a “urbanizar Rosario”… ¿Se puede ser tan cínico? Si bastaría con poner fondos, poner en pie cooperativas obreras con trabajadores construyendo bajo convenio, con asesoramiento de la Facultad de Arquitectura de Rosario, y urbanizar y darle viviendas dignas a todos los trabajadores con obreros especializados en la construcción.

Mienten descaradamente. Para urbanizar se necesitan obreros de la construcción y los militares están para matar al pueblo y cuidar los negocios de los grandes capitalistas. ¡No mientan más!
Cuando aún no han sido castigados todos los asesinos de la última dictadura, con el General Milani liberado por la justicia peronista-radical, con jueces provenientes del corazón de la justicia videlista, hoy anuncian que sus Fuerzas Armadas van a trabajar de “obreros de la construcción”.
Los milicos van a las calles para quedarse allí, junto a mil efectivos más de la Policía Federal. Van concentrar fuerzas para frenar la sublevación del pueblo de Rosario y que no se generalice la lucha que ha comenzado.
El plan de Fernández y la Bullrrich es dejar a las Fuerzas Armadas en las calles. Fuerzas Armadas que mañana volverán a llenar de sangre a los trabajadores y el pueblo.
Como vimos, necesitan volver a utilizarlas. Se preparan. Pero, a su vez, los hechos de Rosario ya hablan por sí mismos. En el día de ayer hablaron los de abajo ejerciendo su justicia contra la policía narco, denunciada como tal en cada barrio de Rosario, que fue superada y las masas tomaron la crisis en sus manos y demostraron que sólo ellos la pueden resolver.

 

La salida a la crisis nacional y la bancarrota capitalista solo la tiene la clase obrera autoorganizada y tomando la crisis en sus manos

La tarea del momento, para resolver la “crisis” de los barrios es poner en pie brigadas armadas de obreros organizados por manzana y por barrio de Rosario para que en 24 horas se acabe el narcomenudeo, sobre todo los jefes de los narcos. Y, para ello, hay que desarmar a la Policía y armar al pueblo. Es la policía la que tiene sus “soldaditos”, tal como los tiene la Prefectura cuidando el contrabando en la Hidrovía y los negocios de la oligarquía y las transnacionales.
Dicen que “no hay jueces suficientes”… y ayer las masas hicieron justicia en 24 horas demostrando que solamente los trabajadores podrán liberarse a sí mismos.
En el 2001, los trabajadores y el pueblo impusieron el método de la Asamblea Popular, tomaron la crisis en sus manos, no delegaron, tiraron a un gobierno y a un régimen represor y antiobrero. Ese es el camino, el método de las Asambleas Populares, el de la Huelga General y la imposición del control obrero y la toma de las fábricas cerradas, renacionalizar todos los puertos del país bajo control de sus trabajadores para que se acabe el contrabando y la fuga de dólares, la sobre y subfacturación de las exportaciones e importaciones. Esta es la tarea del momento. A no dudar que escasearía la droga y los “soldaditos”, en Rosario y en todo el país.
Ese es el camino que hay que profundizar. Para terminar con el flagelo del narcotráfico, hay que terminar con el flagelo del hambre, de la desocupación, de los salarios de miseria, de la salud y la educación destruidas, hay que terminar con el flagelo del saqueo de la nación, hay que terminar con el FMI, hay que renacionalizar a todas las empresas privatizadas por el peronismo, la UCR y los gorilas del PRO. Esa es una tarea que solo va a garantizarla la clase obrera y sus aliados pobres del campo y la ciudad, avanzando a la toma del poder.
No hay salidas intermedias. La clase obrera necesita un nuevo programa y reagrupar sus fuerzas, mil veces divididas por los traidores de la burocracia sindical.
¡Basta de obreros contratados, todos a planta permanente! ¡Abajo el impuesto al salario! ¡Reducción de la jornada laboral y un turno más en todas las fábricas! ¡Que se vaya el FMI y que se vayan todos los saqueadores y parásitos que oprimen la nación! ¡Por la autoorganización y la autodefensa del pueblo pobre! ¡Los de arriba no nos cuidan, los de arriba nos matan con trabajos esclavos, “con gatillo fácil”, represión a nuestras luchas y con sus “soldaditos” en los barrios!

Como el sistema capitalista mundial de conjunto, la economía y la política en Argentina van a la catástrofe. La burguesía ya ha puesto también de pie movimientos protofascistas, se prepara y los prepara, como lo hacen con los militares, apoyados en una clase media gorila riquísima, totalmente antinacional.
Las condiciones para grandes choques de clases ya están acá. La clase obrera tiene las manos atadas por un Pacto Social infame del PJ y la otra policía, la burocracia sindical, la que actúa y reprime al interior del movimiento obrero. No hay otra salida, hay que unir todos los reclamos de la clase obrera para que esta tome en sus manos la resolución de esta crisis y catástrofe que está aquí.
Es la burocracia sindical traidora la que divide las filas del movimiento obrero, la que les impide pelear. La izquierda reformista es la que se ha negado a unificar todas las luchas de la clase obrera y ha supeditado todas ellas a este podrido parlamento que es una verdadera escribanía de Wall Street. Hasta el “Sindicalismo Combativo” y su Plenario que ha desaparecido de las luchas decisivas de la clase obrera como en la del Neumático, el puerto, etc. Seguro que ahora buscan unirse para las elecciones… de eso se trata el reformismo.
¡A los barrios obreros no entra la policía, ni sus “narcotutelados”, ni las Fuerzas Armadas asesinas! Si estas lo hacen, mañana entrarán a las fábricas con la excusa del “terrorismo industrial” ante toda lucha obrera seria, como ya lo hicieron en los ’70.
¡Fuera el ejército genocida de las calles! ¡Fuera de los barrios obreros la policía y sus “soldaditos”! ¡Por la autoorganización y los comités de autodefensa obreros y populares que garanticen la seguridad de los de abajo! ¡Paso a la clase obrera! ¡Paso al pueblo autoorganizado!
Argentina será socialista o colonia de Wall Street.

Carlos Munzer, por el Comité Redactor de El Organizador Obrero Internacional

 

 


Los obreros y explotados ejercen justicia contra los “soldaditos” mientras la policía los reprime


Levantamiento del hambre en Rosario – Mayo de 1989


Aníbal Fernández junto a los jefes de Gendarmería, Prefectura y la Policía Federal


Diciembre de 2001 – Revolución Argentina


Fernandez anunciando el envío de gendarmes a Rosario

 


Máximo Jerez

 

 

 

 

 

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