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Argentina - 27 de septiembre de 2025

En medio de un marasmo económico, del saqueo imperialista y con las masas presentando batalla…

Un nuevo salto en la colonización yanqui de Argentina y toda América Latina está en marcha

Trump recibe a su vasallo Milei por un par de minutos para sostenerlo en el poder


Hoy Argentina figura en las portadas de toda la prensa imperialista mundial. Milei acaba de llegar de la reunión de la ONU, donde en un apartado de 2 minutos, Trump le entregó un posteo dándole apoyo a su plan económico y anunciando medidas, como un crédito de emergencia de 4 mil millones de dólares para después de las elecciones de octubre y un swap (intercambio de monedas) como reaseguro de los pagos que Argentina debe realizar al FMI en los meses venideros y especialmente en 2026.

Desde junio, el país vive un proceso de crisis económica, política y social. El “barco” de la economía argentina ya venía chocando con las rocas submarinas de la crisis financiera internacional y del país.
Ya en junio-julio habían desaparecido del Banco Central los 12 mil millones de dólares que el FMI había  adelantado del préstamo para que Argentina pague los intereses de su deuda externa que son 3 mil millones de dólares en diciembre y 37 mil millones en 2026.

En esos meses, una burguesía rapaz, empleada directa de la Banca Morgan y de fondos de inversión como BlackRock, hizo lo que sabe y lo que necesita el imperialismo que haga: un feroz latrocinio a las riquezas de la nación para entregárselas a sus amos de Wall Street.
Esos fondos del crédito del FMI se agotaron en una calesita financiera, donde el dólar barato y un peso sobrevaluado entre un 20 y un 30%, garantizaban que el capital que ingresaba en dólares al país se cambiaba a pesos. Mientras tanto, el Banco Central llevaba las tasas de interés de los créditos bancarios y de los títulos de la deuda pública de Argentina, primero a un 40% y luego a un 80% a partir de julio, cuando ya los dólares comenzaban a irse y a aumentar su valor.
En esta fiesta financiera ingresaron enormes masas de capitales. Cambiaron dólares a pesos y los invirtieron en el circuito financiero a altas tasas de interés, como ya dijimos. Luego de realizar fabulosas superganancias, cambiaron los pesos sobrevaluados a dólares baratos y los sacaron del país.
Por ello en julio-agosto el valor del dólar ya se disparaba por encima del estipulado por la banda cambiaria, con la amenaza de una nueva devaluación, inflación y de que se fuguen los escasos dólares de reserva que quedaban en el Banco Central.

Luego de un año y medio desde la asunción de Milei, que prometía “estabilidad”, “déficit cero” y “súper inversiones extranjeras” para gas, minerales, etc., nuevamente el crac económico estaba aquí.
¿Las inversiones extranjeras? Solo fueron al juego financiero; al carry trade.
Es que se trata de los negocios de los banqueros y fondos de inversión de Wall Street, los más grandes piratas, estafadores y saqueadores del planeta. Una verdadera banda de delincuentes que hoy se han concentrado en 3 súper fondos de administración y de gestión de negocios de miles de empresas, de las cuales manejan sus directorios. Hablamos de BlackRock, State Street y Vanguard.

Ellos saben que a una Argentina en bancarrota, con un gobierno y un régimen de políticos patronales, jueces y militares, todos lacayos de Wall Street, primero hay que saquearle todo el jugo de sus fondos, para luego, una vez quebrada la nación y endeudada, quedarse con sus enormes riquezas naturales sin necesidad de realizar ninguna inversión.


El imperialismo yanqui le arroja su crisis y bancarrota al mundo, mientras pisa su “patio trasero” latinoamericano con nuevas ofensivas colonizadoras

Argentina ha quedado en las garras de BlackRock y específicamente de la JP Morgan. Estamos hablando de la crema de la crema del parasitismo imperialista con el que, junto a las guerras y la producción de armas, se sobrevive el putrefacto sistema capitalista mundial.

Los yanquis le han declarado la guerra comercial a los bandidos imperialistas de la Europa de Maastricht y demás naciones para que abran sus economías.
Argentina está en la mira de EEUU para profundizar un nuevo ciclo de saqueo de la nación oprimida, como lo hace en el resto del subcontinente. Se trata de una ofensiva yanqui en todo su “patio trasero”, basada en el parasitismo, el saqueo y las cañoneras que como vemos hoy, apuntan a Venezuela. Trump va por su petróleo como antes amenazó con ir a tomarse el Canal de Panamá, que estaba administrado por consorcios chinos, pero logró quedarse con su control sin disparar un solo tiro.

Los yanquis deben pisar América Latina para ir a ofensivas superiores a nivel internacional. Y al hacerlo, le arroja a esta toda la crisis de sus monopolios y su capital financiero.
Para cobrarse las deudas externas, impulsa desde el FMI ataques y shocks económicos contra las masas en regiones enteras del subcontinente. Ecuador, Perú o la misma Bolivia están estrangulados con planes fondomonetaristas de tarifazos, devaluaciones, etc., que llevan a la ruina a amplios sectores de los explotados.
En la Argentina de Milei se desarrolla la avanzada de este ataque imperialista sobre el subcontinente.

Las masas ganan las calles como en Ecuador y Perú, mientras la dura ofensiva yanqui en Argentina a través de su gobierno lacayo, ha encontrado una dura resistencia de los trabajadores y el pueblo pobre.
Pero el imperialismo norteamericano viene por todo y solo lo podrá frenar una contraofensiva revolucionaria de las masas de América Latina, aliadas a la clase obrera de EEUU y sus sectores sublevados, como los migrantes.

Los piratas yanquis vienen a revalorizar su capital, adquirido con parasitismo y un verdadero robo a los tesoros de los estados.
Los monopolios de EEUU hoy son comandados por Trump, al que Wall Street ha largado tal cual un perro rabioso para defender sus negocios en América Latina y a nivel internacional.

Los bandidos de Wall Street, colonizando también América Latina, vienen a recuperar las superganancias que perdieron

Estamos hablando del capital financiero yanqui y del resto de las potencias imperialistas, que durante varios años inventó valores por 10 veces lo que valían las hipotecas que estaban en propiedad de los bancos, hasta que la burbuja inmobiliaria se pinchó en 2008.
Una banda de delincuentes de lo más selecto de Wall Street “hacía dinero sin dinero”, subiendo ficticiamente los valores de las hipotecas inmobiliarias, hasta que se demostró que el “rey estaba desnudo”, que esos valores eran ficticios. La “bomba estallaba”.

Se trata de los monopolios y del parasitismo que estos desarrollan destruyendo a cada paso la economía mundial, las riquezas y los bienes.
Nos referimos a los capitales yanquis, europeos y de Tokio, que cuando estalló la crisis de 2008, los estados le entregaron a sus empresas los fondos necesarios de los estados para que no quebraran.
La Reserva Federal de EEUU puso 600 mil millones de dólares para salvar al capital financiero de Wall Street que había estallado en 2008. Lo mismo hizo el Maastricht imperialista, vaciando los tesoros de los estados.
Mientras tanto, sus gobiernos atacaron brutalmente a la clase obrera norteamericana, europea y mundial.

Son bandas de parásitos agrupadas en cartels y trust. “Nada nuevo bajo el sol”, dice el dicho. Estos fondos de inversión, a cargo de un puñado de multimillonarios, que controlan el 80% de la economía-mundo, hicieron que los estados entreguen créditos a tasa cero, es decir, sin intereses, para reactivar las economías de los países centrales que estaban en franca recesión.
De 2017 a 2020, fueron años de recurrentes crisis de las bolsas de valores. Es que estos fondos a tasa cero de interés, se los repartieron todas las transnacionales como ganancias, utilidades y dividendos para sus accionistas, sin que un solo dólar fuera a la producción y a la inversión directa. (Toda comparación con la bicicleta financiera de Argentina no es una “simple coincidencia”…)
Luego de que se pusieran miles de millones de dólares en el bolsillo, enormes masas de capitales se depreciaron.
La crisis mundial avanzaba así en forma de espiral a nivel internacional, devorándose a cada paso ganancias que el trabajo humano aún no había producido. Esta crisis tuvo su epicentro en EEUU, que al tirársela al mundo, perdía más y más su influencia y hegemonía en la política y la economía mundial.


El sistema capitalista en agonía arroja su pestilencia a las masas
Ciclos de crisis recurrentes golpean a la economía-mundo

Como si estos ejemplos de la crisis capitalista que no deja de expandirse a nivel mundial no fueran suficientes para comprender el plan de los yanquis para Argentina, tenemos que decir también que de 2022 a 2023, los países imperialistas anunciaban nuevas revoluciones tecnológicas. Hablaban de la Inteligencia Artificial, que desde el punto de vista de la tecnología significa efectivamente dar un enorme salto en la productividad del trabajo en la economía-mundo. Pero lejos de ser utilizada para ello, como se demuestra hoy, ha sido desarrollada para la guerra y el armamento, es decir, para la producción de fuerzas destructivas.
Durante la pandemia, junto a este nuevo desarrollo, se habían sobrevalorado todas las empresas tecnológicas. Con las cuarentenas y encierros, estas se sobrevaluaron en las bolsas de valores. Enormes masas de capitales fueron a invertir en esa rama de producción, lo que hizo subir ficticiamente su valor.
El capital repartía dividendos que a su vez los bancos comerciales como el Silicon Valley Bank, los reinvertía en los bonos quebrados de las hipotecas de 2008 y en valores a futuro de trigo, soja, petróleo, etc., en bienes que ni existen, ni se puede mensurar su valor real... También invirtieron en títulos del tesoro de EEUU.

Pero debido a la enorme sobreinversión en la rama de las tecnológicas, los capitales no obtuvieron la rentabilidad que esperaban y se fugaron masivamente. Lo mismo sucedió con los bancos comerciales, que tuvieron que salir a vender los bonos del tesoro norteamericano por menos de su valor, para cubrir los retiros de los depósitos.
Los balances de esas empresas y bancos se ajustaban a los valores reales. Los bonos inciertos a futuro se volvieron incobrables y así quebraron las empresas tecnológicas y todas sus acciones en la bolsa de EEUU y en el mundo entero. Quebró el Silicon Valley Bank y arrastró a otros bancos como el Credit Suisse, uno de los más grandes de Europa.
Por eso el cinismo de los capitalistas cuando afirman que “Argentina debe funcionar como un país normal”… Si lo está haciendo, con sus elites y clases poseedoras atadas a los piratas de Wall Street.


Argentina: los yanquis vienen por todo
Apuestan a la crisis y la catástrofe para atormentar a las masas y poner a la nación de rodillas. Ese es su plan

La prensa imperialista y las pandillas burguesas de Argentina discuten cuál es el verdadero trasfondo del acuerdo de Trump con Milei, en qué consiste realmente, más allá del posteo en apoyo a su reelección y su política.
Los marxistas revolucionarios afirmamos que el acuerdo es profundizar lo que hacen los yanquis y el imperialismo en crisis en todo el mundo colonial, semicolonial y en su propia casa: el saqueo y el parasitismo. Es lo que viene haciendo la Banca Morgan que un par de meses ya se llevó, sin invertir un peso en la producción, todos los fondos que fueron otorgados por el FMI para el pago de los súper intereses de la deuda externa argentina.
Ese es el apoyo de Trump: terminar de quebrar la nación para quedarse luego por monedas con todas sus riquezas como parte de pago de una Argentina súper endeudada.
Milei anunciaba en su campaña electoral que había que “quemar el Banco Central”. Trump se anticipa y lo viene a vaciar.

Trump hoy es el jefe de la banda de los monopolios parasitarios, tal como ayer lo fue Biden, en un sistema capitalista en bancarrota que se sobrevive saqueando a los pueblos oprimidos y como no podía ser de otra manera, con la guerra, que es donde realmente se valoriza, desarrollando fuerzas destructivas.


¿A quién representa Milei?

El de Milei, entonces, es un gobierno sostenido de forma directa por los parásitos de Wall Street y sus agentes locales, la gran burguesía de AEA. De forma particular, representa a una burguesía intermediaria de los negocios financieros del que Caputo, el ministro de economía, es un fiel representante. Este lloraba de emoción por el apoyo dado por Trump. ¡Parásitos! Lágrimas son las que le provocan ellos a millones de explotados a los que martirizan un grupo de burgueses comisionistas del saqueo imperialista en Argentina, de abogados y gerentes de las transnacionales del coqueto barrio de Puerto Madero en Buenos Aires.
En esta crisis son sostenidos ahora directamente por el “jefe” Trump (que no es la coimera Karina), que con tan solo un posteo quiere dar un paso hacia adelante para terminar de quedarse con todas las riquezas de la nación.
Está muy lejos de haberlo logrado. La clase obrera argentina ha protagonizado enormes batallas, pero estas hasta ahora han sido desviadas y desincronizadas productos de las direcciones traidoras que tiene a su frente: la podrida burocracia sindical peronista.

Este gobierno también viene siendo sostenido desde sus inicios por todos los políticos patronales que reportan al mismo amo, que es Wall Street. Desde el Congreso ellos le entregaron poderes absolutos a Milei, que ahora quieren recuperar, posando de “oposición” en el Parlamento, ante el miedo de que este gobierno se derrumbe y arrastre a la crisis a todo el régimen burgués.
Trump se adelanta y sale a defender a su agente directo, diciendo: “Milei soy yo. El dueño de Argentina”, para disciplinar y ponerle límites a todos sus agentes.
Todas las pandillas burguesas “opositoras” saldrán con instrucciones de la embajada norteamericana y no dudarán un minuto en sacrificar a las masas y a la nación para no quedar afuera de los negocios con el imperialismo. Ya lo han hecho: de una u otra manera, hicieron “abdicar” al Parlamento, como ya dijimos, para darle poderes plenos al “virrey” Milei.

Antes del posteo de apoyo de Trump, las grandes cerealeras imperialistas se quedaron con el postre del saqueo: se embolsaron U$S 2.000 millones en un día y medio. Batieron récords…

Antes de subir al avión para viajar a la ONU, cuando aún el posteo de Trump no estaba asegurado, el ministro de economía Caputo, necesitaba dólares para las reservas del Banco Central y también, hay que decirlo, buscaba hacer un nuevo negociado.
Reunidos en la Bolsa de Valores de la Sociedad de Rosario, Caputo les ofreció a las grandes cerealeras que coloquen U$S 7 mil millones con declaraciones juradas de exportación de granos y soja, sin tener que pagar el 26% de retenciones como impuestos.
La oligarquía y la gran burguesía agraria de Argentina exportan a través de las empresas exportadoras como Cargill, Dreyfuss, Bunge, Aceitera Deheza, Molinos Río de la Plata, entre otras como la china Cofco.
Públicamente, el gobierno anunció a todos los productores agrarios que por 30 días o hasta cumplir el cupo de 7 mil millones de dólares, se les quitaba el 26% de impuestos. Pero en un día y medio, las cerealeras ya habían puesto los 7 mil millones de dólares, embolsándose el 26% de utilidades y de renta extra.

La misma oligarquía y la gran burguesía agraria se sienten engañadas… La oligarquía gorila y antiobrera se siente defraudada por sus socios mayores, las grandes cerealeras imperialistas. Estos señores han recibido su propia medicina y se tendrán que dar cuenta que los que mandan son Wall Street y las transnacionales imperialistas.
Hay que pagar la deuda externa. La burguesía estanciera y la oligarquía deben poner también lo suyo. Aquí el que se lleva todo es el imperialismo.

Ni hablar que rápidamente el gobierno tuvo que cerrar esta operatoria de retiro de impuestos a las exportaciones de soja, puesto que esto, de mantenerse, beneficiaría a los exportadores del campo argentino, en detrimento a las exportaciones de soja de EEUU a China.
Un día y medio duró la rapiña y todo “vuelve a la normalidad” con las grandes cerealeras habiendo obtenido U$S 2.000 millones de superganancias en menos de 2 días…
Es más, lo hicieron sin entregar granos, solamente papeles de declaraciones juradas de que lo harán en los próximos 180 días… Parasitismo. De eso se trata el imperialismo y la clase obrera debe tomar conciencia de ello: se trata de un grupo de parásitos que viven de “cortar cupones” de ganancias extraídas de la esclavitud de millones de trabajadores del planeta y del saqueo del mundo colonial.

La oligarquía y la gran burguesía agraria, enemiga de la nación y de la clase obrera, ¿qué dice ahora que están tan nerviosos? Estos gorilas antiobreros, pro-videlistas recalcitrantes, tendrán que entender por las buenas o por las malas lo que dice su jefe Trump: “EEUU primero”.

Es BlackRock, stupid… Es Cargill, la empresa comercial de cereales y alimentos más grande del planeta. Ellos son los dueños de Argentina. Han sacado el látigo y vienen por un plan de colonización total de la nación, inclusive sobre los hombros de las distintas pandillas burguesas y oligárquicas del país.
Solo así el “director de la empresa” (Trump) repartirá a sus gerentes parte de las ganancias.


¿De qué se trata el “apoyo” de EEUU a Argentina?: “destruir todo para luego quedarse con todo” como en Ucrania y ahora con un “plan de paz” siniestro en Palestina

La clave del plan imperialista y sus socios es saquear a la nación, sus riquezas energéticas y transformar a Argentina en una gran maquila de mano de obra esclava. Para ello, deberán derrotar a la clase obrera. Los choques y la guerra de clases son inevitables.

El plan de Trump va aún más lejos. Busca que el Banco Central argentino se quede sin dólares, para llevarse hasta el último de ellos como hicieron con el carry trade.
Su plan es que para funcionar, a Argentina le sea imprescindible recibir un par de monedas de Wall Street para arrodillar a la nación implacablemente y hacerle entregar hasta la última de sus riquezas.

De eso se trata la cobardía, el cinismo y la complicidad de todas las pandillas de la burguesía, inclusive las más “opositoras”. Valga como ejemplo el peronismo, que hoy se presenta a las elecciones de medio término como “Fuerza Patria”. Ellos no son ni “fuerza” contra el imperialismo, ni “patria”. La cobarde burguesía peronista, lacaya del imperialismo, no le tocará un peso, como nunca lo hizo, a las superganancias del imperialismo ni a sus propiedades con las que saquea la nación. Solo regateo de también gorilas antiobreros.
Ellos le pagaron hasta el último centavo al FMI durante el gobierno de los Kirchner y renegociaron la fraudulenta deuda externa a los acreedores privados por 250 mil millones de dólares.

¿Qué significó entonces el posteo de Trump? Que los yanquis vienen por todo. Milei, el bufón de Wall Street, el lacayo de Trump, a sus órdenes.

¿Cuál es el plan de Trump? Hablemos claro: es el de Ucrania. Allí su política es que siga la destrucción de esa nación oprimida por parte de Rusia que la ocupa; que Zelensky se endeude hasta que el agua le llegue a la nariz, para que así le entregue a “cambio de armas”, las “tierras raras”, la Pampa Húmeda ucraniana, el gas y todas sus riquezas.
El capitalismo en su fase de barbarie imperialista, en un momento crucial de su crisis, hasta carroña busca para alimentarse.
Los economistas de la burguesía argentina se lamentan de que no vienen las inversiones extranjeras como proponía Milei para llevarse inclusive sin pagar impuestos, el gas, el litio, el cobre, el agua… Por qué hacer semejante inversión si primero se pueden llevar los dólares frescos del FMI, endeudar más a Argentina, someterla al Tesoro de EEUU, que pasa a ser el Tesoro de la nación, para que luego una Argentina con la soga al cuello del default y la cesación de pagos, entregue todo para pagar sus deudas. Y los yanquis sin poner un dólar. Cuanto mucho, un par de miles de dólares.

Así actúa Wall Street, como en Palestina, donde azuzó y organizó la masacre en masa y el genocidio de Netanyahu, “rindiendo” a las burguesías árabes que se pusieron de rodillas ante el “Gran Israel” desde el Líbano, Irán, la misma Cisjordania, y ni hablar del nuevo lacayo del sionismo, Al Jolani de Siria. Ahora, en un mar de decenas de miles de palestinos muertos, EEUU busca quedarse con los negocios de la reconstrucción de Gaza y con su gas, comandando una “fuerza internacional de paz”.
¿Estado palestino? No, protectorado yanqui. ¿Estado palestino? Una infamia para encubrir que los yanquis con sus agentes del sionismo están dispuestos a ir por todo para quedarse con todas las rutas del petróleo.

“¿Argentina?”, preguntó Trump a un asesor, que le recordó Vaca Muerta… “Ah sí, Vaca Muerta… Es muy importante Argentina”… La mayor reserva de gas shale del planeta… Como Venezuela, la mayor reserva de petróleo del mundo…
Hacia allí ya marcharon las cañoneras yanquis. EEUU no viene a sostener a Argentina; viene a hundirla para quedarse con sus riquezas y como intentó hacerlo con Groenlandia, instalar sus bases militares en Ushuaia para desde allí controlar la Antártida. Y a no dudarlo que rápidamente aparecerán en el sur de Argentina las mismas cañoneras que hoy apuntan a Venezuela, preparando una acción superior para quedarse los yanquis con la mayor reserva de petróleo del planeta que está en el subsuelo de ese país.


Los yanquis vienen por su “patio trasero” para sacarse de encima a las potencias imperialistas competidoras, pero la clase obrera y las masas explotadas del continente presentan batalla

La clase obrera latinoamericana y norteamericana están lejos de haberse rendido. La Batalla de Los Ángeles resulta ser cada vez más encarnizada. 30 millones de hispanos son perseguidos, encarcelados y convictos por el “delito” de levantar las cosechas del amo yanqui, de construir sus edificios y de hacer los peores trabajos en EEUU.
Ya hay miles de presos y detenidos, con las FFAA en las calles de los estados del sur, para resguardar a la policía que está a la caza del inmigrante.
Trump está dispuesto a sacarles por decreto la ciudadanía a todos los hijos de migrantes que hayan nacido en EEUU. No estamos solamente ante un ataque a un sector clave de la clase obrera norteamericana. Se trata también de una limpieza étnica, solamente comparable con la de Hitler.
Si la clase obrera y las masas de EEUU no entran en combates decisivos, por delante estarán el fascismo y el bonapartismo que prepararán las condiciones para una ofensiva militarista y guerrerista de los yanquis en todo el planeta.

La clase obrera en ningún sector del planeta ha dicho aún su última palabra. La guerra de clases es inevitable.

Las masas migrantes combaten en EEUU. Allí también se ha puesto de pie un poderoso movimiento de solidaridad con el pueblo palestino masacrado.
Ante los ataques de aumento de combustibles y del costo de vida, vuelven nuevas luchas revolucionarias de los trabajadores de Ecuador e ingresa la juventud rebelde de Perú al combate en Lima contra la golpista Dina Boluarte.
En Argentina, los trabajadores llevan ya más de un año y medio de duras luchas (y enormes traiciones), con las que enfrentan la guerra declarada por los capitalistas bajo el mando del gobierno de Milei, que para hacer mérito con su amo, no dudó en sostener abiertamente el genocidio y la masacre de Netanyahu en Palestina.

Junio-julio fue el punto de inflexión de la crisis y el saqueo imperialista, pero también de tendencias aún moleculares de la clase obrera a entrar a acciones de lucha independientes. Esto se vio en la huelga general de los metalúrgicos de Tierra del Fuego, la sublevación de los docentes de Catamarca, la tendencia a los procesos de autoorganización en hospitales públicos como en el Garrahan, centenares de conflictos donde los trabajadores se atalonaron contra los despidos y suspensiones ante la recesión que comenzó…
Estas luchas independientes parciales pasaron por encima y se dieron a pesar y en contra de los traidores de la burocracia sindical peronista.
Sin ir más lejos, una de las últimas luchas fue la rebelión de los obreros de las contratistas de Ternium - ex Siderar, la siderúrgica más grande de Argentina, contra la burocracia sindical y por aumento de salario. Lo mismo sucedió en Santa Fe, con un pueblo sublevado apoyando a los obreros que luchan contra el cierre de la fábrica metalúrgica Vassalli.
Estos durísimos combates no pudieron coordinarse, puesto que la burocracia sindical, la más grande sostenedora de Milei, los mantuvo dispersos, mientras por otro lado, sostiene las paritarias del 1%, que están muy por debajo de la inflación y el costo de vida, y en comisiones secretas ya prepara la reforma para generalizar la flexibilización laboral y el ataque a todas las conquistas obreras.

 

A pesar de la burocracia sindical, de la izquierda parlamentaria y sus aliados peronistas en el Congreso,
Para derrotar a Milei y su plan, los de abajo deben entrar en lucha política de masas: la revolución

La situación de las masas se vuelve desesperante. El látigo del capital ataca a todos los sectores de la clase obrera e inclusive a sectores de las clases medias arruinadas. La caída de la producción y las tendencias recesivas de los últimos meses ponen a la defensiva a la clase obrera, con suspensiones, despidos y cierres de fábrica, pero los explotados no se han doblegado.
Aquí y allá la lucha económica tiende a volverse impotente. Cada vez más, esta tiende a elevarse a lucha política de masas puesto que millones empiezan a entender que sin derrotar al gobierno y a los traidores que los sostienen, la burocracia sindical, no se puede conquistar la más mínima de las demandas.
El descreimiento en el peronismo -que es el que comenzó a aplicar los planes de Milei durante el gobierno de los Fernández/Massa-, y el odio contra el gobierno se expresaron en las enormes tendencias abstencionistas de las masas en las últimas elecciones.
Justamente para desviar toda lucha política de masas, la trampa infame de la burguesía y el régimen es volver a poner al peronismo que se fue odiado por los explotados, como una “alternativa a Milei”, al que le entregó todo el poder y las condiciones para su ofensiva actual.

La traición de las direcciones y de la burocracia sindical en particular, impide que las luchas parciales se generalicen a toda la clase obrera, y las masas entren en un camino unificado hacia el 2001 y a combatir como en el Cordobazo con el método de la Huelga General Revolucionaria.
Para impedir este proceso, la burocracia sindical peronista, la burguesía “opositora” y el mismo FIT-U llevan a las masas no al camino de la revolución para derrocar al gobierno y frenar la ofensiva de Trump y el imperialismo sobre Argentina, sino a una lucha de presión impotente sobre el Congreso.
Buscan que el Parlamento “frene a Milei” y lime algunas aristas de su ataque a las masas, cuando su ofensiva central, que ataca a todos, es la liquidación de las paritarias, la carestía de la vida insoportable, la falta de trabajo digno. Esta es la demanda que podría unir todos los reclamos de los jubilados, de la salud, de la educación, cuestión que abriría un camino revolucionario para derrocar al gobierno, sin lo cual inclusive es imposible mantener las “pequeñas limosnas” votadas en el Parlamento, anulando los vetos de Milei.

Es que el régimen, incluyendo sus instituciones más “democráticas”, se trata de la dictadura del capital, donde este crea mecanismos para que su propiedad y sus ganancias no sean atacadas.
Por supuesto que las pandillas burguesas “opositoras” que enfrentaron los vetos de Milei fueron muy cuidadosas de no tirar el veto a la ley de aumento a los jubilados. ¡Miserables! Ni siquiera permitieron darle a millones de jubilados que construyeron esta nación, $22 mil que no alcanzan ni para comprar 2 kilos de carne.
Cuando se trata del salario y el trabajo de la clase obrera se acaba toda la demagogia de la burguesía “opositora”.


El FIT-U en un frente de colaboración de clases con el PJ en el Congreso, reniega de toda estrategia de lucha independiente de la clase obrera

Ya Milei anuncia que aunque sus vetos sean derrotados, él no va a pagar los presupuestos para la universidad, ni la ayuda a los discapacitados ni al Garrahan. Dice que “no tiene plata”. Si pasan estas leyes, se va a judicializar la cuestión. Y así estarán los explotados meses y meses dando vueltas al Congreso y recibiendo palos de los opresores. Una salida impotente, enemiga de que vuelva a gritarse en las calles “¡Que se vayan todos!” y se insurreccionen las masas explotadas como se hace hoy en Nepal, Indonesia y Filipinas, chocando y derrocando a los gobiernos agentes del imperialismo y todas sus instituciones de dominio. Así se salda cuentas con Milei.

Contra esta perspectiva, el FIT-U que es parte desde el Congreso de este frente de colaboración de clases con el PJ que posa de “opositor”, llega a plantear que hay que “derrotar la política de Milei”, cuando esto es imposible y una mentira falaz sin tirar abajo al gobierno. Sin que Milei huya como De la Rúa en helicóptero con las masas revolucionarias combatiendo en las calles, no se puede derrotar su “política”. Ahí está también Trump para impedirlo, disciplinando a todos sus agentes. Y por supuesto, esto también incluye a los traidores de la burocracia sindical, a los que la dirección del FIT-U les mendiga desde hace un año y medio que llamen a un “paro general”.

¿“Derrotar la política de Milei” sin expulsar a patadas al FMI y desconocer el pago de la deuda externa? ¿Sin nacionalizar el comercio exterior y a la banca imperialista que saquea la nación? ¿“Derrotar la política de Milei” sin el método de la revolución?
Todo aquel que lea atentamente los materiales de los partidos del FIT-U verá lo que aquí decimos: ellos llaman a “derrotar la política de Milei”, no a derrocar al gobierno como en el 2001, peleando como en el Cordobazo, con el método de la revolución. Esta es una palabra prohibida en el vocabulario electoral del FIT-U, que es cuando más tendría que ser empleada, para preparar justamente la profundización de la guerra de clases que se avecina.
¿“Derrotar la política de Milei” sin desarmar al régimen policíaco y sin derrotar a las fuerzas represivas? ¿Con una casta de oficiales de las FFAA que volverán a llenar de sangre Argentina con un nuevo genocidio contra la clase obrera, cuando el Comando Sur de EEUU se lo indique?
El reformismo se ve a sí mismo pasando nuevas décadas de parlamentarismo burgués, como el que gozan en los últimos años. Parecería no darse cuenta de la cornisa en la que se encuentra…

De esto se trata el cínico papel de la izquierda reformista, integrada ya abiertamente al régimen de conjunto y a sus mecanismos parlamentarios, que no son más que las formas que edulcoran una feroz dictadura del capital basada en el engaño a las masas, las traiciones de sus direcciones y la represión de sus opresores.
El FIT-U mantiene un frente político votando en el Parlamento leyes junto al peronismo. Se delimita diciendo que ellos son “consecuentes”, que “no van a transar”, que sus “diputados no se van a vender”. Pero no se trata de eso.
Se trata de preparar y organizar una Huelga General Revolucionaria victoriosa. Se trata de derrotar al gobierno y de romper con todos los políticos patronales y sus partidos. De no someterse a las migajas que estos buscan conseguir para represtigiarse ante un pueblo que los despidió con odio hace casi dos años atrás.
Se trata de no rebajar el programa de la clase obrera en aras de la unidad con la burguesía, sino de pelear por las demandas del 82% móvil para los jubilados, el aumento para el presupuesto educativo con impuestos progresivos a las grandes fortunas, la expropiación a la iglesia y todos sus bienes, terminando con todos los subsidios a la educación privada, etc.
Se trata de pelear por un programa revolucionario, separado de la burguesía, que garantice utilizar las bancas de la izquierda como una trinchera para la lucha extraparlamentaria de masas.

Pero el FIT-U hace todo lo contrario: lleva a los trabajadores y explotados a presionar al Congreso para que los verdugos “opositores” terminen de fortalecer a esa maldita institución de dominio y engaño que es el Parlamento, que hace rato “abdicó” y le dio poderes monárquicos a Milei. Una verdadera trampa a la que el reformismo de la izquierda parlamentaria le pone el hombro…
Y después se quejan de la “mansedumbre” de las masas, cuando estas han puesto en pie partidos obreros, sindicatos, movimientos de desocupados, que cuando llega el momento de ataques decisivos del enemigo de clase, se pasan de bando, desorganizan su lucha y la llenan de traiciones.
La única mansedumbre es la del reformismo, totalmente asimilado al régimen burgués.

La tarea del momento no es otra que organizar una lucha política revolucionaria de masas que garantice la ruptura y la expulsión del imperialismo de Argentina y el derrocamiento de su gobierno, sin lo cual no hay ninguna solución para las masas explotadas de la nación oprimida.
El camino para derrotar la ofensiva imperialista, y al gobierno y las instituciones que la sostienen, no es otro que unir el combate de la clase obrera argentina con sus hermanos de clase de EEUU y las masas obreras y campesinas que vuelven a sublevarse en países clave de América Latina. Allí están los aliados de los trabajadores de Argentina, no en el Parlamento de los políticos millonarios, ni en la justicia patronal videlista.

Hay que decir la verdad: el FIT-U quiere frenar con el peronismo la ofensiva de Trump, las transnacionales y el gobierno de Milei, que está apoyada en todas las instituciones del régimen putrefacto de la Constitución gorila del 53-94. Eso es lo que ha buscado hacer en estos casi dos años de gobierno de Milei.
Los partidos de la izquierda parlamentaria reflotan la vieja política stalinista de que con las burguesías nativas se puede marchar juntos, presionándolas, para derrotar al imperialismo. Una falacia. Más que una falacia, una infamia y una ruptura abierta con el marxismo revolucionario.
Solo con el método de la revolución socialista se podrá derrotar al imperialismo, derrocando a su gobierno y a su régimen infame. Sin revolución no hay liberación nacional ni expulsión del FMI de Argentina, cuestión que calla esta izquierda parlamentaria que ya es parte indisoluble del régimen burgués.


Para derrotar a Milei, ¡hay que derrotar el plan de los yanquis de recolonización de Argentina y toda América Latina!

Argentina al borde del crac y de enormes choques de clases

EEUU sostiene a Argentina como la soga sostiene al ahorcado: para colonizarla y quedarse con todas sus riquezas, aun a costa de hundir, debilitar y sacarse de encima a fracciones menores de las clases dominantes.

Los yanquis vienen por todo en Argentina, en América Latina y el planeta entero, para recuperar la hegemonía que perdieron en la política y la economía mundial.

Ya está en carpeta la “madre de las batallas” para la burguesía, sin la cual no terminará de haber procesos de inversión, que es la flexibilización laboral plena de la clase obrera. La Argentina maquila ya haría inclusive innecesaria la existencia de la misma CGT y de los sindicatos estatizados, puesto que todos serían convenios por fábrica, por sección o individuales.
La burocracia sindical no llora por eso. Es su función. Y por ella cobra millones… miles de millones de dólares con el manejo infame que hacen de las obras sociales.

El apoyo de Trump a Milei está condicionado también al resultado de las elecciones de octubre y a la fortaleza o debilidad del gobierno. A no dudarlo, que el imperialismo también apuesta a un peronismo adocenado y “renovado” que continúe su obra. Y en caso de irrumpir las masas revolucionarias, no dudará de sacar a la señora de su departamento para que los salve de la sublevación de la clase obrera y los explotados.
Como plantea Engels y el marxismo revolucionario, en las elecciones los explotados votan cada dos o cuatro años quién va a ser el próximo de sus verdugos. El más cínico que tiene hoy es el que se hace pasar como su aliado, como hace el peronismo, que ha llevado la lucha de la clase obrera a la impotencia a través de la burocracia sindical y hoy intenta crear ilusiones de que con “buenos diputados” se soluciona la vida de las masas.
Su objetivo es sacar a las masas de las calles e impedir el camino a la Huelga General Revolucionaria, y preparar una “salida ordenada” de Milei en caso de que este esté al borde del precipicio.

En un país oprimido se enfrentan dos clases fundamentales. Por un lado, el imperialismo, que tiene el control de la mayoría de las fuerzas productivas de la nación, de su capital comercial, industrial, financiero y de servicios. Por otro lado, la clase obrera, que es la que hace funcionar las fábricas, la industria, los bancos, los servicios y hasta el aire que se respira.
No hay términos medios. Un choque decisivo entre el imperialismo y la clase obrera es inevitable. Es en todo el mundo semicolonial, en América Latina y en Argentina en particular.

La clase obrera para ganarse a las clases medias arruinadas y mostrarse como alternativa a la crisis nacional, debe romper toda relación con la burguesía y los opresores, por más “opositores” que estos se pinten, pues son estos los que le impiden levantar un programa para liberar a todos los sectores explotados del pueblo, atacando la propiedad de los capitalistas y el latrocinio imperialista.
Es que los aliados de los trabajadores son las clases medias empobrecidas del campo y la ciudad, hoy estranguladas y arruinadas por deudas usureras, por el aumento del costo de los servicios y los bienes que antes consumían.

Como plantean las tesis de la Revolución Permanente: “Con respecto a los países de desarrollo burgués retrasado, y en particular de los coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional tan solo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando este el poder como caudillo de la nación oprimida y, ante todo, de sus masas campesinas”.

Renegando abiertamente de esta estrategia, el FIT-U desarma a la clase obrera para sus actuales y futuros combates.
En Argentina, como en toda América Latina, se enfrentan dos teorías y dos programas: de un lado, la teoría-programa de la Revolución Permanente del trotskismo y su estrategia de lucha por la revolución socialista como una tarea presente e inmediata. Del otro lado, la pseudo-teoría de “revolución por etapas” del stalinismo y su programa de sumisión a la burguesía en frentes de colaboración de clases, que hoy han hecho suya la absoluta mayoría de las corrientes de los renegados del trotskismo.

Argentina ha sido saqueada y vaciada de sus riquezas medidas en dólares. Centenares de miles de estos se han fugado del país. Solamente en 2026 Argentina, como ya dijimos, debe pagarle al FMI 37 mil millones de dólares. Y otro tanto más de intereses de los intereses de la deuda pública en pesos.
Por delante, para conseguir dólares Argentina necesita exportar, revaluar el dólar y devaluar el peso… Esto lo harán aunque signifique un shock inflacionario provocado por una nueva devaluación que le saque una enorme masa de plusvalía al movimiento obrero.

Las burguesías nativas no estarán en la barricada de la clase obrera resistiendo este ataque, sino en la trinchera del imperialismo, puesto que son sus socias menores. Las famosas Pymes y “burguesías nacionales” ya están cerrando masivamente sus fábricas y volviéndose importadoras, o bien, fugando divisas fuera del país.
Ellos le tienen más miedo a la clase obrera que en acciones revolucionarias atacarían también su propiedad, que al imperialismo con el que se sostienen.

Los aliados del proletariado argentino son la clase obrera latinoamericana, de EEUU y la que combate a nivel mundial, como en Palestina que enfrentan a las fuerzas de Netanyahu, el aliado de Milei, ambos lacayos de Trump.

Al posteo de Trump de apoyo a Milei hay que contraponerle el camino del Cordobazo y la Huelga General Revolucionaria, porque Argentina será socialista o colonia de Wall Street.

Carlos Munzer, por el Comité Redactor de "El Organizador Obrero Internacional"

 


Milei recibiendo una copia del posteo de Trump en apoyo a su gobierno

 

 


Milei, Caputo y Karina junto a su amo Trump y Scott Bessent, secretario del Tesoro de EEUU

 

 

 

Milei junto al genocida Netanyahu en EEUU

 

 

 


Despliegue de la marina de Estados Unidos
en el Caribe

 

 

 


Los parásitos de la gran patronal de AEA (Asociación Empresaria Argentina)

 

 



Kicillof del PJ festejando junto a Daer de la CGT y otros burócratas sindicales los resultados de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires

 

 

 


Redada contra obreros hispanos en EEUU

 

 

 


Acto de los trabajadores en lucha de la salud del Garrahan

 

 

 


Rebelión de los metalúrgicos de las contratistas de Ternium - ex Siderar

 

 

 


Trabajadores ceramistas de Ilva despedidos, en lucha por su reincorporación

 

 

 


Mayo 2025. Paro General provincial de los obreros metalúrgicos de Tierra del Fuego

 

 

 


La campaña electoral del FIT-U: "la oposición que no transa"

 

 


La Batalla de Los Ángeles contra el carnicero Trump

 

 

 


Genocidio del sionismo en Gaza

 

 

 


Vuelven al combate las masas en Ecuador

 

 

 


La juventud rebelde y los explotados de Perú vuelven a las calles en Lima

 

 

 

 


2001. Argentinazo

 

 

 


Argentina, 2001. Asambleas populares

 

 

 


Argentina, mayo de 1969. Cordobazo

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