Argentina - 19 de septiembre de 2025

El pasado 7 de septiembre se llevaron adelante las elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires, donde el peronismo resulto vencedor, obteniendo el 47,3% de los votos, ganándole por 13 puntos a Milei (que sacó el 33,7%).

En las anteriores elecciones provinciales, como en CABA, Salta, Santa Fe, Chaco o Jujuy, que se realizaron en mayo-junio, la gran protagonista había sido la gran abstención, con cientos de miles de obreros y explotados que vienen sufriendo el látigo de los salarios de hambre, los despidos y una situación de penurias insoportables, que no fueron a votar.
Enormes franjas de las masas demostraban así su odio y repudio al gobierno y todos los partidos patronales, en momentos en que enormes batallones de la clase obrera presentaban batalla, como los metalúrgicos de Tierra del Fuego, los docentes en Catamarca, los residentes del Garrahan que arrastraban a todos los trabajadores del hospital a la lucha, los jubilados y decenas de sectores que eran parte de esta oleada de luchas obreras.
Fue la burocracia sindical la encargada de aislar y dividir cada uno de estos combates, mientras como verdaderos ministros sin cartera de Milei, entregaron el salario mínimo y las paritarias, firmando “aumentos” del 1% y acuerdos por fábrica, y siguieron dejando librada a su suerte a la amplísima mayoría del movimiento obrero que son los trabajadores en negro, tercerizados, desocupados, etc.

Esta vez, en las elecciones de Provincia de Buenos Aires, la abstención fue morigerada. La participación estuvo 10 puntos por debajo del promedio histórico bonaerense.
En esta oportunidad, el gran protagonista terminó siendo el PJ, que se presentó con sus fuerzas unificadas, de Kicillof a la Kirchner, de Massa a Grabois, y en medio de la campaña electoral, se dedicaron a posar de “opositores” al gobierno ante el creciente odio de masas contra Milei en medio de una crisis que no se aguanta más y el crac económico que ya estalló en Argentina.

La estafa del peronismo como “freno a Milei”

No se terminaba de contar el último voto, que desde el bunker de Fuerza Patria, Kicillof afirmaba que su triunfo era “un freno a Milei”. ¡Mentira!
Es que el que se fortaleció fue el peronismo, el otro agente del FMI y los grandes capitalistas de AEA, que viene sosteniendo a Milei junto a la burocracia sindical. Por ello en el palco con Kicillof, no faltó uno solo de estos personajes como los carneros de Daer, Yasky, Palazzo, Baradel…
Votando al peronismo no se frenó a Milei porque ganaron sus principales sostenedores que en el Congreso le dieron superpoderes para consagrarlo “monarca” para que ataque al pueblo y entregue la nación, y aplican a rajatabla su plan en las provincias, como hace Kicillof.

El resultado electoral fue un triunfo del régimen de los explotadores de conjunto: si a Milei le va mal, está el peronismo fortalecido y renovado para seguir salvándolo y garantizar que termine su mandato en 2027… Si los necesitan antes, el PJ se reserva como rueda de auxilio de la gran patronal y el FMI contra las masas.
Por eso afirmamos que en las elecciones la clase obrera solo puede votar quién será su próximo verdugo, como sucedió en este caso con el peronismo, tal como decía Lenin: “Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo desde el parlamento: esta es la verdadera esencia del parlamentarismo burgués” (“El Estado y la Revolución”).

Los parásitos capitalistas de AEA y la embajada yanqui festejan. Ellos son los verdaderos jefes de Milei, el peronismo y demás partidos patronales. Todos ellos vienen a terminar de imponer la flexibilización laboral y acuerdan con las paritarias del 1% que está garantizando la burocracia sindical, para terminar de entregar la nación al imperialismo. En esto tienen acuerdo.
La diferencia es que el peronismo, hoy en la “oposición”, advierte que hay que dar algo para no perder todo; que con pequeñas limosnas como las leyes de financiamiento del Garrahan y las universidades nacionales, es necesario engañar al pueblo para impedir un nuevo 2001 y que se pelee como en Nepal.

El FIT-U no fue una alternativa de independencia de clase en esta trampa electoral

En estas elecciones el FIT-U obtuvo solo el 4,37% de los votos (contra el 6,74% que había sacado en 2021) y perdió los 6 concejales que tenían en los municipios de La Matanza, J. C. Paz y Merlo.
No es para menos. La política de la dirección del FIT-U es que a Milei se lo puede frenar en el Parlamento, votando contra él junto a los políticos patronales del PJ… Si afirman que con el peronismo se puede ir derrotando el ajuste del gobierno, ¿entonces por qué las masas iban a ir a votar al FIT-U y no directamente a Fuerza Patria para que consiga más diputados y “pueda enfrentar mejor al gobierno”?… Con su “frente anti Milei” con el PJ, el FIT-U no hace más que serrucharse la rama donde está asentado, perdiendo más de 240 mil votos por ubicarse como furgón de cola del peronismo en el Congreso.
El eje de la campaña del FIT-U fue “vote a Del Caño que no se vende”… Una campaña electoral que no fue ni socialista, ni por la revolución, ni internacionalista, ni de independencia de clase.

Ni siquiera estuvo al servicio de coordinar las luchas en curso para avanzar a derrotar a la burocracia sindical, en momentos en que los trabajadores de las contratistas de Ternium - ex Siderar, parte del corazón del proletariado industrial, protagonizaban una enorme rebelión contra la patronal esclavista de Rocca, uno de los jefes de Milei, y los traidores millonarios de la burocracia kirchnerista de Brunelli y Furlán. Si desde los trabajadores del Garrahan y todos los sectores que estaban peleando se hubiera marchado a poner en pie un Comité de Lucha Nacional junto a los siderúrgicos de Ternium, la vanguardia obrera hubiera podido atalonarse para derrotar a la burocracia sindical carnera y así abrir camino a un nuevo Cordobazo… ¡Esta era la forma de frenar a Milei y los capitalistas! Lamentablemente, la campaña electoral del FIT-U no estuvo al servicio de esto.

Toda la política de la izquierda parlamentaria cuando habla de “unidad de los que luchan” es para llevarlos a presionar a los políticos patronales del PJ para que voten en contra de los vetos de Milei, rebajando el programa de la clase obrera en pos de su frente con el peronismo, y exigirle a la burocracia que “rompa la tregua” y llame al paro general para que en el Congreso se “vote favor de los trabajadores”.
Su apotegma es “la lucha es en las calles y en el recinto… y votar al FIT-U en octubre”. Es decir, llevan a la vanguardia obrera a pelear por migajas de la mano del peronismo y la burocracia sindical en los marcos de las instituciones del régimen de la archirreaccionaria Constitución de 1853-1994.
¡Basta de someter a la clase obrera a sus verdugos del PJ en el Parlamento! ¡Que el FIT-U rompa todos sus pactos con los políticos patronales del peronismo en el Congreso!

La clase obrera necesita una dirección revolucionaria internacionalista y antiimperialista

El mayor veneno que la dirección del FIT-U le está tirando a los trabajadores con su política de “frente anti Milei” con el peronismo, es impedir que saquen la conclusión de que la única forma de conquistar hasta la más mínima de sus demandas, hay que derrotar al gobierno de Milei con la lucha revolucionaria.
La burguesía está en guerra contra los trabajadores y se prepara para terminar de imponer la flexibilización laboral y la colonización de la nación. ¡Hay que declararle la guerra a la guerra de los capitalistas!
La clase obrera presentó y presenta batalla en centenares de luchas que la burocracia dejó aisladas. Para librar cada uno de estos combates, los trabajadores tuvieron que sobrepasar a los burócratas entregadores, con asambleas y autoorganización. Es de vida o muerte que estas luchas se coordinen y se centralicen, antes de que sea demasiado tarde.
Hace falta una dirección revolucionaria que le plantee a la clase obrera que la tarea central es avanzar en imponer organismos aptos para librar una lucha a la altura del ataque del gobierno y los capitalistas, derrotando a la burocracia sindical. Hay que poner en pie organismos de coordinación y autoorganización para preparar y organizar un combate revolucionario decisivo, superior inclusive al del 2001, para barrer con este gobierno antiobrero y el podrido régimen de la Constitución del ’53-’94 y todas sus instituciones archirreacionarias.

Una dirección revolucionaria que le diga la verdad a las masas, contra todo veneno pacifista de la izquierda parlamentaria que silencia que existe una base militar de la OTAN en Malvinas y a la casta de oficiales videlista de las FFAA, que espera el llamado del imperialismo para volver a masacrar al pueblo cuando lo necesiten.

Los de arriba vienen por todo. Incluso los piratas yanquis hoy despliegan submarinos nucleares y la marina de guerra, cercando militarmente Venezuela, lo que es un ataque a toda América Latina.
El lacayo Milei declaró que apoya esta acción militar, como apoya el genocidio de su socio Netanyahu y su jefe Trump en Gaza, y el encarcelamiento y deportación de millares de hispanos en EEUU.

¡Hay que parar la catástrofe ya! El camino es preparar la revolución, pelear como en el Cordobazo y en el 2001, echarlos como en Nepal e Indonesia, para abrir los frentes contra los piratas imperialistas yanquis y sus gobiernos y regímenes lacayos de Alaska a Tierra del Fuego.

Para librar esta batalla, los trotskistas que combatimos bajo la bandera de la IV Internacional, peleamos por un nuevo partido revolucionario, insurreccionalista, internacionalista y de combate de la clase obrera argentina.

Para que las masas explotadas vivan, ¡el imperialismo debe morir!
¡Argentina será socialista o colonia de Wall Street!

Florencia Cerrillos y Ana Negri