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Ante los festejos del Bicentenario de los explotadores del gobierno y la oposición, los entregadores de la nación al imperialismo, continuadores de los masacradores de la clase obrera como los Varela, Falcón, Videla…

¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!
Solo el triunfo de la revolución socialista puede liberar a la nación del imperialismo

Durante más de cuatro días la patronal realizó su fiesta por el “Bicentenario de la patria”, que no fue más que una enorme estafa contra los trabajadores y el pueblo pobre. La burguesía negrera y sus partidos corruptos y asesinos, junto a la Iglesia gorila, despilfarraron millones de dólares arrancados de la superexplotación de la clase obrera para encubrir con esta “fiesta democrática” la más feroz dictadura del capital contra el proletariado. De eso se trata la democracia burguesa y sus frases dulzonas: democracia para explotar obreros, entregar la nación y sus recursos naturales al imperialismo, hundir en la miseria a los trabajadores y las masas explotadas. Es la democracia que impone un verdadero genocidio contra la juventud obrera y masacres, represión y cárcel para los obreros que salen a luchar. Es la democracia de los ricos que esconde a un estado asesino, una banda de hombres armados para defender la propiedad privada de las clases dominantes.

 

Una fiesta del régimen infame del Pacto Social del imperialismo, el gobierno de Kirchner, la oposición gorila y la burocracia sindical

El plan de la burguesía, su gobierno y la “oposición” patronal, aunque realizaron actos por separado, fue el de utilizar los festejos del 25 de mayo para consolidar la expropiación de la lucha antiimperialista de las masas que tuvo su máxima expresión en los combates revolucionarios de 2001 y su grito “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, que por supuesto no figuró en sus “homenajes y carrozas”. El festejo de los explotadores no fue más que una fiesta para fortalecer el régimen infame del Pacto Social del imperialismo, la patronal esclavista, el gobierno de los Kirchner, la “oposición” y la burocracia sindical traidora de la CGT y la CTA, y todas sus instituciones. Fue la fiesta del régimen antiobrero que asentó la burguesía con la expropiación de la heroica revolución del 2001 que había descalabrado a todas las instituciones de dominio de la patronal. Festejan, junto a los esclavistas de la Unión Industrial Argentina que sostuvo cuanto golpe militar hubo en este país, la expropiación de la lucha de los explotados contra la dictadura militar que hizo desaparecer a 30.000 compañeros y celebran la consecuente imposición del plan de reconciliación con las Fuerzas Armadas genocidas. Son los mismos explotadores que fueron parte del régimen “desmalvinizador” que se impuso a la salida de la dictadura militar, que utilizó la terrible derrota nacional en Malvinas para liquidar la conciencia antiimperialista de las masas y ató con triples cadenas la nación al imperialismo.

El Pacto Social es el que hoy le garantiza a esta burguesía cipaya salarios esclavos con sus paritarias de hambre y su Consejo del Salario, superexplotación en las fábricas, despidos a mansalva, cientos de miles de desocupados hundidos en la miseria y una feroz represión contra los trabajadores en lucha. Esto para garantizar un redoblado saqueo de la nación por parte de los monopolios imperialistas chupasangres, mientras la burguesía argentina, como socia menor de las transnacionales, se queda con su tajada de los millonarios negocios que hacen desde el Mercosur exportando principalmente a China, esa maquiladora del imperialismo.
La fiesta del Bicentenario fue para maquillar el verdadero rostro del régimen de la archirreaccionaria Constitución de 1853/1994 y del gobierno de los Kirchner, que con total cinismo planteó que “a diferencia del Centenario, este Bicentenario lo podemos celebrar en democracia y libertad”. ¡Canallas! Ya en las vísperas de la hipocresía festiva del Bicentenario, la patronal, su régimen y su gobierno reprimían salvajamente a los tiros, como lo hicieron dos días después, el 28 de mayo, a los trabajadores desocupados que reclamaban trabajo digno y cortaban la ruta 34 en Mosconi, en el Norte de Salta, la tierra del saqueo de las petroleras. Es el régimen y el gobierno antiobrero que por orden de las petroleras imperialistas tuvo en sus cárceles durante 3 años a los obreros de Las Heras, torturándolos cotidianamente; que hoy tiene a otros tres compañeros de Las Heras en las mismas cárceles de las transnacionales; que tuvo detenidos a más de 5 compañeros y dirigentes de los piqueteros del Norte de Salta y mantiene encarcelado a “Tyson” Fernández; que tiene de rehén tras las rejas a Roberto Martino, dirigente del FAR-MTR, por movilizarse en solidaridad con el pueblo palestino; y mantiene procesados por la justicia patronal a más de 5.600 luchadores obreros y populares. Fue bajo este régimen del “Pacto Social” y el gobierno de los Kirchner que se masacró al docente Fuentealba, que el funcionario kirchnerista Varizat con su camioneta 4x4 atropelló a los docentes en huelga de Santa Cruz en 2007, y que hicieron desaparecer a Julio López y Luciano Arruga.
Es un gobierno tan antiobrero y represor como el de Menem que asesinó a Víctor Choque y Teresa Rodríguez, como el de Duhalde que masacró en Puente Pueyrredón a Kostequi y Santillán, o como el de De la Rúa que asesinó a los mártires del 20 de diciembre de 2001, al que la justicia patronal, una vez finalizados los festejos del 25 de Mayo, absolvió de todo cargo y culpa por los asesinatos de aquel 20 de diciembre. ¡Esto es lo que se silenció en el Bicentenario! ¿Bicentenario democrático?… ¡las pelotas!

Este es el Bicentenario gorila que ocultaron detrás del discurso patronal de “unidad nacional” en sus festejos, con sus palcos, fuegos de artificios, fiesta, carrozas y un despilfarro millonario. “Unidad nacional” para conciliar a la clase obrera y los explotados con la patronal, su gobierno, sus partidos y principalmente con las Fuerzas Armadas, todos agentes del imperialismo y entregadores de la nación. Con ese discurso patriotero la burguesía manipuló el sentimiento nacional de sectores de las masas -en un país saqueado por el imperialismo y con una derrota nacional sobre sus hombros como la de Malvinas-, para controlarlo, expropiarlo y terminar de liquidarlo.
Así silenciaron y escondieron bajo siete llaves que la verdadera unidad nacional se dio en las calles en diciembre de 2001 forjando la alianza obrera y popular, que es la única unidad de los explotados de la nación, la única unidad que bajo la dirección de la clase obrera puede romper las cadenas que atan a la nación con el imperialismo y saldar cuentas con los explotadores.

Los que silenciaron y liquidaron el grito de “¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!” celebraron en el Bicentenario que volvieron todos los partidos explotadores, asesinos y entregadores de la nación al imperialismo. Celebran que siguen siendo los continuadores de los más grandes asesinos de la clase obrera argentina: del Coronel Falcón que en 1909 asesinó a decenas de obreros en la llamada “Semana Roja” que manchó para siempre Plaza Lorea de sangre obrera; del gobierno del radical Yrigoyen que con el ejército masacró a los obreros de Talleres Vasena en 1919; del Teniente Coronel Varela y demás asesinos de la Patagonia Rebelde; del gobierno de Perón, Isabel y López Rega que organizó la Triple A para masacrar a la vanguardia obrera en los ´70, allanando el camino y abriendo el paso a la dictadura sangrienta de Videla, que fue apoyada por todos los partidos patronales como el PJ y la UCR. ¡Fue el Bicentenario de los continuadores de la vieja oligarquía con el mismo olor a bosta!

Los gobiernos latinoamericanos cipayos del imperialismo sostienen al régimen del Pacto Social para expropiar la lucha revolucionaria de las masas

El plan que aplicó la burguesía con sus festejos del Bicentenario y su política gorila y antiobrera, es al que vinieron a sostener y fortalecer los gobiernos latinoamericanos cipayos del imperialismo, los Chávez, Morales, Lula, Correa, etc., los mismos que ayer con su Foro Social Mundial y con Fidel Castro a la cabeza expropiaron los combates revolucionaros y antiimperialistas de las masas en todo el continente a comienzos del siglo XXI. Vinieron los prohombres de la estafa de la “Revolución Bolivariana” que estrangularon la revolución de Ecuador de 2000 y de Bolivia de 2003-2005, el ascenso antiimperialista de las masas venezolanas que derrotaron el golpe pro-yanqui -mientras Chávez se escondía como un cobarde-, las enormes luchas de la clase obrera y la juventud chilena que enfrentaban al régimen pinochetista del TLC en 2006, el levantamiento revolucionario de los comuneros de Oaxaca en México en 2007 y el despertar de la clase obrera norteamericana que se ponía de pie contra la Guerra imperialista en Irak y por los derechos de los obreros inmigrantes.
Vino Chávez, el mismo que se abrazó con el fascista Uribe sobre la sangre de la resistencia colombiana masacrada. Vino Morales, que pactó con la burguesía fascista de la Media Luna que asesinó a decenas de explotados. Vino Zelaya, que huyó como rata después del golpe militar de los yanquis en Honduras y terminó pactando con los golpistas y entregando así la heroica resistencia de las masas que dejaron sus mártires en las calles. Esta es la cara de esos farsantes cipayos del imperialismo que mantienen con sus tropas gurkas la ocupación de Haití, junto a los marines asesinos de EE.UU., mientras se preparan a consumar la restauración capitalista en Cuba de la mano de los hermanos Castro.
Para imponer este objetivo, la farsa de la “Revolución Bolivariana” contó con el rol de los renegados del trotskismo que como la LIT-CI desde la dirección del ELAC (Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Trabajadores) subordinaron a lo más combativo de la vanguardia de la clase obrera a la burguesía “bolivariana”. Sostuvieron al burócrata Montes de la COB, el sostenedor de Evo Morales entregador de la revolución boliviana; subordinaron a los combativos portuarios de Oakland, que supieron paralizar los puertos imperialistas contra la guerra en Irak, a los pies de Obama; sostuvieron a la burocracia sindical chavista en Venezuela y así jugaron su papel de ser la “izquierda” de las burguesías nativas cipayas.
De esta manera, controlando y derrotando al sector más combativo del proletariado con su política de colaboración de clases, estos gobiernos “bolivarianos” estabilizaron los pactos contrarrevolucionarios con el imperialismo para liquidar el combate antiimperialista de las masas del continente. Son quienes garantizan descargar los costos de la crisis económica mundial sobre sus clases obreras con millones de despidos, explotación, saqueo y represión. Vinieron a aplaudir y sostener el régimen del Pacto Social y al gobierno de los Kirchner, porque fueron ellos los que ayer expropiaron la revolución argentina y latinoamericana del primer lustro del Siglo XXI. ¡Esto es lo que festejaron en los palcos todos los gobiernos “bolivarianos” cipayos del imperialismo!

Un enorme dispositivo para encubrir el “plan de reconciliación” de las masas con las FF.AA genocidas

Lo que realmente escondió la estafa del Bicentenario es la imposición del “plan de reconciliación” de las masas con la casta de oficiales asesina del ejército masacrador de la clase obrera. Por ello, los Kirchner, sostenidos por los gobiernos latinoamericanos, los partidos patronales, la Iglesia, la burocracia sindical, y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, hicieron desfilar ante las masas, por primera vez luego del ´83, a la casta de oficiales del ejército argentino durante los festejos del Bicentenario. Esta casta de oficiales no podía ni salir a la calle luego de la dictadura militar del ´76 ni después de mandar a morir a la juventud en la guerra de Malvinas, mientras ellos se rendían cobardemente ante los piratas ingleses. Hoy el gobierno de los Kirchner y sus agentes han recompuesto a ese ejército maltrecho, deslegitimado y casi disuelto, que no pudo salir a reprimir nunca más a las masas después del ´83. Lo están preparando para aplastar a sangre y fuego un próximo embate revolucionario de masas que retome el camino de 2001.

Así le pusieron el broche final al “plan de reconciliación” que tuvo sus hitos en la estafa de los “Juicios a las Juntas” y después con la ley de Obediencia Debida, el Punto Final y los Indultos. Luego vino la corrupción de todo el movimiento de DD.HH con los fondos de reparaciones a los familiares de desaparecidos. Más tarde continuó este “plan de reconciliación” con la casta de jueces videlista-peronista-radical y su estafa de meter presos algunos militares ya gerontes en cárceles de lujo –desde donde seguían conspirando contra las masas-, mientras encarcelaban y torturaban a los mejores luchadores de la clase obrera como a los compañeros de Las Heras. Esta política fue festejada por toda la izquierda reformista que la adornó denominando las resoluciones de la justicia patronal como “fallos históricos”. Hoy, de la mano de los Kirchner, mientras hacen aparecer los restos de los cuerpos de los desaparecidos para que “haya luto”, luego de décadas de intentos de recomponer al ejército como pilar del estado burgués, éste nuevamente sale a desfilar por las calles para terminar de imponer la “reconciliación”.
Quieren terminar de recomponer y legitimar a las Fuerzas Armadas, que frente a cada amenaza de la revolución, salió a las calles con sus tanques a masacrar a la clase obrera para salvar la propiedad privada del conjunto de la burguesía.
Esta es la casta de oficiales con la que nos quieren reconciliar, de donde surgieron todos los grupos paramilitares, como la llamada Liga Patriótica Argentina durante el gobierno del radical de Yrigoyen que se dedicó a perseguir y matar a dirigentes obreros. Cincuenta años después, bajo el ala del “democrático” gobierno de Perón, nació la Triple A de la mano de López Rega, del comisario Villar y la burocracia sindical, con el único fin de asesinar al activismo obrero que se enfrentaba a los planes de ajuste y saqueo de la nación, abriéndole las puertas a la dictadura militar de Videla.
Este plan para olvidar, perdonar y reconciliarse con el ejército asesino, es el que se consagró en este festejo Bicentenario.
Por eso el pinochetista Piñera, nuevo presidente de Chile, aplaudía emocionado la carroza de las Madres de Plaza de Mayo que desfilaban junto al ejército genocida. Lamentablemente todo el discurso “apartidario” que sostuvieron durante décadas las Madres de Plaza de Mayo, hoy demuestra ser el más partidario de todos, ubicadas como verdaderas ministras sin cartera del gobierno antiobrero de los Kirchner. Las Madres de Plaza de Mayo renegaron de toda su lucha y se sumaron al discurso de “unidad nacional” de la patronal, de todas las cámaras empresariales como la UIA que estuvieron detrás de todos los golpes militares antiobreros de la historia. ¡Abajo el “plan de reconciliación” de los explotados con la casta de oficiales genocidas del ejército argentino! ¡No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos!

Festejan los entregadores de la nación al imperialismo

En los festejos del Bicentenario el gobierno se cansó de hablar de “soberanía” e “independencia”, cuando la burguesía nativa semicolonial ya demostró durante décadas y décadas su absoluta cobardía y sumisión al imperialismo. Los distintos gobiernos que pasaron le han entregado al imperialismo por la fraudulenta deuda externa 270 mil millones de dólares. El gobierno de los Kirchner en sólo 6 años le ofrendó a su majestad el FMI 45 mil millones de dólares y se apresta a pagar en concepto de intereses de la deuda otros 6 mil millones. Sin contar los millones de dólares saqueados a la nación en conceptos de Royalties, Patentes y ni hablemos de las fugas de divisas. Les han entregaron a los pulpos transnacionales la mayoría de las tierras ricas, garantizaron el saqueo del petróleo, minerales y materias primas. Demostraron toda su cobardía ante la extracción del petróleo en las ocupadas Islas Malvinas. Es que la burguesía nativa no solo no puede garantizar íntegra y efectivamente la liberación nacional del imperialismo, sino que es su agente para garantizar la superexplotación y el saqueo de la nación.
¡Los oligarcas de ayer fueron cipayos del imperialismo inglés y los de hoy son sirvientes del imperialismo yanqui y de la corona española de los Borbones!

Los “bolivarianos” vinieron a sostener la llamada “unidad nacional” en nombre de la “unidad latinoamericana”, cuando es el mismo Chávez uno de los principales proveedores de petróleo del imperialismo yanqui con el cual garantiza el funcionamiento de la maquinaria bélica que masacra en Medio Oriente y todo el planeta. Asistió Lula que es tan agente del imperialismo francés como del yanqui en el saqueo y la explotación de Brasil. Vino Evo Morales agente de la Total francesa y la Repsol, quien pactó con la Media Luna fascista -agente yanqui- contra las masas obreras y campesinas en Bolivia para mantener el saqueo de los hidrocarburos.
¡La “unidad latinoamericana” que pregonan los “bolivarianos” es la del regateo con el imperialismo para quedarse con algunas migajas del saqueo imperialista sobre la Latinoamérica ensangrentada!

Sólo la clase obrera, rompiendo toda subordinación a la burguesía y acaudillando con su lucha al conjunto de las clases explotadas, puede liberar a la nación del imperialismo y resolver el problema de la tierra, en manos de los monopolios imperialistas, con el triunfo de la revolución socialista como eslabón de una única revolución americana.

¡No al pago de la deuda externa! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las transnacionales imperialistas! ¡Expropiación de la banca imperialista y privada nacional bajo control obrero y banca estatal única! ¡Nacionalización del comercio exterior! ¡Abajo todos los tratados políticos, económicos y militares con el imperialismo!
¡Fuera ingleses de Malvinas! ¡Fuera yanquis de América Latina! ¡Fuera las bases de la OTAN de Malvinas! ¡Por la derrota militar de las tropas yanquis y de la ONU en Haití, en primer lugar las tropas “gurkas” argentinas!

Una historia de heroicas gestas obreras y masacres patronales.
Sólo con el triunfo de la revolución socialista el proletariado ajustará cuentas con sus verdugos.

En este Bicentenario la clase obrera tiene su verdad, que nada tiene que ver con el engaño de la burguesía y sus frases dulzonas. Los que estuvieron en esos lujosos palcos, en los Tedeum, en la reapertura del Teatro Colón, etc., son la misma clase y los mismos partidos patronales que junto a las Fuerzas Armadas asesinas masacraron a la clase obrera durante 150 años.
El gobierno de los Kirchner, la oposición gorila de los Carrió, Cobos, Macri, la casta de oficiales, etc. son los continuadores de las masacres comandadas por la oligarquía conservadora para liquidar a lo mejor de la vanguardia obrera que, preparándose para los festejos del Centenario, el 1 de mayo de 1909, durante el gobierno oligárquico de Figueroa Alcorta, llamó al asesino de obreros Ramón L. Falcón para reprimir una manifestación convocada por los anarquistas de la FORA en Plaza Lorea, que dejó 12 muertos, más de 100 heridos y cientos de detenidos.
Son los continuadores de los que, en enero de 1919, reprimieron salvajemente la huelga de los trabajadores de los Talleres Metalúrgicos Vasena, que reclamaban la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas, mejores condiciones de salubridad, vigencia del descanso dominical, aumento de salarios y la reposición de los delegados despedidos. La represión, comandada por el entonces joven teniente Juan Domingo Perón, dejó decenas muertos y cientos de heridos y detenidos.
Son los continuadores de los asesinos de la Patagonia Rebelde que en 1921, al mando de Yrigoyen y la Unión Cívica Radical, mandaron a reprimir la huelga desatada en Santa Cruz por los trabajadores rurales que reclamaban el fin de las jornadas laborales de hasta 16 horas, con salarios pagados en bonos y con el domingo como único día de descanso. El “democrático” gobierno de Yrigoyen terminó la huelga asesinando a más de 1.500 trabajadores y con la vuelta al trabajo en peores condiciones, aplicándoles todo el peso de la patronal vencedora, echando como ratas con esa nefasta Ley de Residencia a los dirigentes y activistas obreros que habían venido al país huyendo de la miseria y de la guerra en Europa. Es la misma burguesía fiel sirviente de los intereses ingleses, yanquis o europeos, que hoy desde el gobierno condena a la súperexplotación a trabajadores inmigrantes bolivianos, paraguayos, peruanos, etc. Esa misma clase dirigente burguesa que 80 años después, el 20 de diciembre de 2001, asesinó en las calles a más de 30 luchadores que enfrentaban al gobierno gorila de De la Rúa al grito de “¡Que se vayan todos, que no quede ni uno sólo!”
Son los continuadores de los entregadores de la nación al imperialismo, que ayer en 1933 firmaran el pacto Roca-Runciman, entrando “como colonia directa en la Commonwealth inglesa”, reflejado en el discurso de Roca (hijo) que sostenía que “la Argentina es la perla más preciada de la Corona inglesa” y que hoy siguen entregando los recursos de la nación, como el petróleo y los minerales, y son sirvientes del imperialismo angloyanqui que ocupa y saquea las Malvinas.
Al igual que la Revolución Libertadora de 1955 y el gobierno de Frondizi que con el plan Conintes militarizó las fábricas para escarmentar a la clase obrera como en el frigorífico Lisandro de la Torre en 1959, los Kirchner recurren a los mismos métodos como lo demostró la militarización de Kraft-Terrabussi del año pasado.
Hoy el gobierno de los Kirchner quiere hacer reconciliar a la casta de oficiales asesinas con los explotados. Esa oficialidad que en los `60 se entrenaba en la escuela de las Américas en Panamá para aplastar la amenaza “roja” y que actuara en la Noche de los Bastones Largos y en el Cordobazo, y que luego desplegaría su máximo arsenal de terror durante la dictadura de 1976-1983.
¡En este Bicentenario la clase obrera no tiene nada que festejar! Por el contrario debe preparar la venganza contra los que brindaron en el Bicentenario desde sus palcos antiobreros, contra la misma clase burguesa que sometió a los trabajadores a 150 años de masacres y explotación.

La clase obrera argentina debe retomar sus mejores tradiciones de combate revolucionario e internacionalista para derrotar al régimen infame antiobrero del Pacto Social

La historia de la clase obrera argentina atestigua que sus páginas de gloria, de combates y conquistas, estuvieron signadas por su lucha internacionalista y antiimperialista. Pues el mismo proceso de conformación de la clase obrera tuvo que ver con miles y miles de obreros inmigrantes europeos que eran expulsados de sus tierras y traídos como mano de obra para producir a la Argentina que comenzaba a industrializarse para el capitalismo mundial. Pero esos obreros llegaban con la experiencia del proletariado europeo que ya protagonizaba enormes combates revolucionarios en el viejo continente.
Así, los primeros aumentos salariales y la reducción de jornada laboral, se conquistaron con las huelgas de los trabajadores tipógrafos en 1878. Huelgas organizadas por los obreros exiliados de la gloriosa Comuna de Paris que aterrorizó a la burguesía mundial. Se trató de una huelga coordinada con los tipógrafos de Montevideo, Uruguay, lo que garantizó sostener por más de un mes la huelga e imponer todas las demandas.
La heroica Patagonia Rebelde también fue preparada por obreros inmigrantes que en los rincones más lejanos del sur argentino garantizaban la organización huelguística de los trabajadores rurales por el fin de las jornadas laborales de 12 a 16 horas y por el pago de salarios en monedas, ya que la oligarquía terrateniente pagaba con bonos de comida. Los heroicos combatientes de la Patagonia Rebelde se consideraban militantes de la III Internacional y de la revolución rusa de octubre de 1917.
En los años treinta, donde el proletariado de la construcción protagonizó huelgas de carácter histórico, la clase obrera argentina ganó las calles de Buenos Aires con enormes movilizaciones de solidaridad con la clase obrera española contra el fascismo y organizaban brigadas internacionales para ir a combatir a la guerra civil contra Franco.
¡Las primeras conquistas salariales, la jornada laboral de 8 horas, mejores condiciones de trabajo y la organización de los primeros sindicatos fueron enormes combates internacionalistas de la clase obrera argentina!

La tradición histórica internacionalista de la clase obrera fue liquidada por la traición del estalinismo. El Partido Comunista, con su dirigente Peter, entregó la gloriosa huelga de los frigoríficos en 1945 con la política de colaboración de clases comandada por Moscú. El PC entregó la huelga para que Argentina le venda carne al “frente democrático” imperialista en la guerra. Esta traición le garantizó luego al peronismo el control del movimiento obrero y la liquidación de la independencia de clase, que tan caro pago la clase obrera argentina.

El proletariado debe retomar su tradición internacionalista y de independencia de clase, que es lo que liquidaron las direcciones traidoras para someterlo a la burguesía. Esta es una necesidad inmediata en momentos en que se agudiza a cada paso el carácter de la época de crisis, guerras y revoluciones al calor de la crisis mundial imperialista. Las clases dominantes solo encuentran salida atacando despiadadamente a la clase obrera y los explotados para que paguen la crisis. La burguesía argentina está de fiesta, pero cuando estalle el crack chino sus negocios caerán en picada y los choques violentos entre las clases serán inevitables.
Los aliados de la clase obrera argentina que hoy se rebelan contra el Pacto Social luchando por salario, trabajo y atacando a las transnacionales como en Córdoba, Neuquén, Andalgalá y Mosconi, son los obreros fabriles de Bolivia que enfrentan el Pacto de Evo Morales con el Fascismo de la Media Luna; los aliados de la clase obrera argentina son los explotados griegos y sus combates para que la crisis la paguen los capitalistas. Los aliados de los explotados argentinos son los obreros que en Kirguistán derrocaron a su gobierno antiobrero y se armaron para conquistar el pan, como ayer lo hicieron los obreros y soldados de Madagascar en África del sur.
Para conquistar esta unidad hay que romper toda subordinación a la burguesía que imponen las direcciones reformistas a las organizaciones obreras en lucha, dividiendo al proletariado país por país. Esto solo lo puede lograr una fracción internacionalista de la clase obrera. Una fracción que sea la fusión de los obreros avanzados con los internacionalistas de la FLTI que combatimos por refundar la IV Internacional de 1938 para derrotar a las direcciones traidoras del proletariado mundial y llevar al triunfo a la revolución socialista. Esos obreros avanzados ya han hecho una experiencia con la izquierda reformista de los renegados del trotskismo que configuran la izquierda del Bicentenario. Es la izquierda de sometimiento a los ministerios de trabajo y a los “fallos históricos” de la justicia patronal. Es la izquierda para la que “nunca hay condiciones” para coordinar a los trabajadores en lucha, la izquierda sostén de la burocracia sindical y sus “cuerpos orgánicos”, son la izquierda de la farsa de la “revolución bolivariana”. Por ello, y no es de extrañar, la izquierda reformista y los renegados del trotskysmo fueron parte del festejo del Bicentenario. PCR, PO, PTS, MST, etc., realizaron un acto el 25 de Mayo en Plaza Lorea bajo la consigna de “por una definitiva independencia” y por el “no pago de la deuda externa”. ¡Que canallas! Son continuadores de la nefasta política del PC de colaboración de clases, con la que subordinaron todas las luchas revolucionarias de las masas del continente a las “burguesias nativas progresistas”. Bajo el mando del castrismo, de Chávez y de Ju Hintao, la izquierda reformista y los renegados del tratskismo han llevado una y mil veces a la clase obrera a los pies de la burguesía y sus instituciones La vanguardia obrera combativa debe romper con esta izquierda del régimen infame del “Pacto Social”.
Bajo una dirección revolucionaria, la clase obrera podrá retomar el camino del internacionalismo proletario y así asegurarse el triunfo en los próximos combates que ya comienzan a desarrollarse en la vieja Europa, en Medio Oriente o en la China esclavizada, y que en esta época de cambios bruscos, guerras y revoluciones, nuevamente los trabajadores se verán empujados al camino de la revolución.

Comité Redacor
07 de Julio de 2010

 

 

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