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¡Por la unidad internacional de la clase obrera latinoamericana!

La burguesía imperialista instalada en Latinoamérica, hace muchos años que planificó la producción de sus empresas para la exportación, tomando al Cono Sur como una región (Mercosur), desde donde se exporta al mercado mundial: China, la India, y Europa. Han aprovechado que el salario obrero les era más barato en esta región que en Europa o Estados Unidos y así, Córdoba, Rosario, y el gran Buenos Aires se unieron en un corredor con San Pablo donde las automotrices, sin distinción de fronteras, organizaron la producción en condiciones de maquilas, en el sur de América, con los gobiernos de estos países y las burocracias sindicales de la CUT, la CGT y la CTA.
Ante semejante imbricación económica, donde también están las ramas de la siderurgia, la línea blanca, la industria farmacéutica, agroindustria, alimentación, la carne, etc., cada vez que en las fábricas automotrices o de autopartes los trabajadores hacen una huelga, o un reclamo, la patronal los chantajea diciendo que van cerrar la planta para irse a Brasil, o bien, cuando hay paros sacan la producción directamente desde el país vecino.
Parece un chiste que los convocantes al encuentro de Zona Norte dijeran que se puede luchar por aumento de salarios, reabriendo las paritarias, sin unir a la clase obrera brasilera con la argentina, y sin organizar una lucha común contra la patronal a ambos lados de la frontera. Más aún, cuando el MAS y el PTS vienen de participar en el CONCLAT de Brasil, donde había delegados de las mismas fábricas que estaban presentes en el segundo encuentro de trabajadores de Zona Norte. Nos quieren hacer creer que se puede conseguir salario y alguna conquista aislados, divididos país por país, cuando la patronal arma su producción a escala mundial, y tiene burócratas pagos en los sindicatos que garantizan la división de las filas obreras.
Ningún llamado salió del CONCLAT o del “Encuentro de trabajadores de Zona Norte” para organizar una lucha común de todos los trabajadores metalmecánicos del Mercosur ni a organizar un sindicato común metalmecánico y metalúrgico, junto con los trabajadores del neumático, para luchar por igual trabajo igual salario con los trabajadores de las casas matrices de EEUU o Europa. Pero, cuando la exportación automotriz, una de las mayores fuentes de ganancias del imperialismo en la región, se ve amenazada por una huelga, como sucedió con Paraná Metal, vienen sus delegados de Brasil (Do Santos de General Motor) para impedir que el combate de los metalúrgicos contagie a las fábricas del resto del Mercosur, que trabajan en terribles condiciones con ritmos extenuantes. Son enemigos de la moción de los obreros de la Renault de Rumania que salieron a la huelga reclamando tener el mismo salario de los obreros de la misma fábrica en Francia.
La dirección de estas corrientes, que dirigen listas de oposición y comisiones internas en la carne, nada dijeron de que muchos de los despidos en Argentina, por los cierres de las cocinas que en los frigoríficos hacían la famosa carne cocida -corned beef-, se deben a que a la patronal le conviene sacar la producción por sus plantas en Brasil. ¿Comité de lucha común de los trabajadores de la carne a ambos lados de la frontera para parar los despidos y luchar por un turno más? ¡Jamás! Ocultan que el mejor aliado de los mineros chilenos, atrapados bajo tierra por el ansia de ganancias de los monopolios, son los mineros bolivianos y peruanos que han sido la vanguardia en el combate contra los monopolios chupasangre.
¿Será que a esta izquierda reformista quiere ganar sólo sindicatos por país porque si no la patronal y el Estado no le podrían depositar los descuentos de obra social o de las cuotas sindicales, que le descuentan de manera compulsiva al salario de los trabajadores?
Por desgracia, demuestran no llegarle al barro de los zapatos a la clase obrera que a principios de siglo organizaba las huelgas generales mundiales para luchar por la jornada de 8 horas, para toda la clase obrera del mundo; o a los trabajadores inmigrantes que en Europa organizan luchas unificadas en todo el continente para enfrentar el ataque de la burguesía imperialista. Es decir, se juntan en congresos internacionales, con delegados de todo el continente y de Europa, pero son incapaces de unificar en una sola lucha a los trabajadores latinoamericanos para enfrentar el ataque que el imperialismo descarga sobre sus hombros.
¡Hay que retomar el camino del internacionalismo proletario! ¡Comité de lucha común de los trabajadores argentinos y brasileros para impedir los despidos, las suspensiones y pelear por trabajo para todos! , ¡Congreso latinoamericano de las organizaciones obreras combativas para derrotar a la burocracia de los sindicatos y luchar por igual trabajo igual salario, en el camino de organizar la huelga general continental!
Este combate por el internacionalismo proletario, la lucha por derrotar a la burocracia del continente y limpiar las banderas de la IV Internacional queda en manos del trotskismo latinoamericano. En esa barricada estamos los trotskistas de la FLTI.

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