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Basta de democracia para ricos

¡Abajo la reaccionaria constitución de 1853-1994!!
¡Asamblea Nacional Constituyente Libre y soberana para expropiar a la oligarquía y a los parásitos imperialistas!

En el régimen de la Constitución de 1853-1994 solo rige la democracia para una ínfima minoría de explotadores, sean “gorilas”, “liberales”, “populares” y todos los políticos patronales agentes del imperialismo. Una “democracia” a la medida de Wall Street, la propiedad privada y el saqueo de la nación por parte del imperialismo.
El obrero, que mantiene con su trabajo a todos los parásitos de la patronal y su Estado, solamente tiene derecho a ser explotado. Los sindicatos están controlados por el Estado patronal con la Ley de Asociaciones Profesionales, que mantiene desde arriba a la burocracia sindical de la CGT y la CTA para que actúe como policía interna del movimiento obrero. Y si el obrero se atreve a rebelarse, los jueces lo ponen inmediatamente fuera de la ley y tienen un brazo armado más de medio millón de hombres, entre policías, gendarmes, guardias privados, etc., para hacer respetar su ley y su Constitución. En esta “democracia” todo se resuelve a espaldas de los trabajadores, en los directorios de los grandes bancos, en los ministerios, en las embajadas, etc.
No hay democracia para los trabajadores mientras las trasnacionales controlan y saquean los recursos de la nación y los parásitos capitalistas tengan el monopolio de las armas para imponer la esclavitud de los trabajadores y garantizar las ganancias de todas las facciones de la burguesía y el imperialismo.
Con esta Constitución y sus partidos la clase trabajadora solo tiene esclavitud y represión. ¡Hay que echar abajo este régimen infame con su Constitución y sus partidos! ¡Ni PJ ni Cambiemos! ¡Que se vayan todos, como se gritaba el 20 de diciembre de 2001, los banqueros, la oligarquía, los políticos, la Corte Suprema, los milicos, la burocracia sindical, que no quede ni uno solo!

¡Asamblea Nacional Constituyente! ¡Abajo la Presidencia de la República, investida con poderes de monarca por la Constitución! ¡Disolución del Senado oligárquico! ¡Una sola cámara con poderes para legislar y ejecutar!¡Un delegado cada 50 mil habitantes, electos sobre la base de asambleas locales, con mandato y revocables en todo momento, para que se exprese el pueblo!
¡Desconocimiento de la deuda externa! ¡Expropiación de los bancos imperialistas, sus monopolios y de la oligarquía, saqueadores de la nación!
¡Disolución de la casta de jueces! ¡Juicio y castigo al 100 por ciento de los milicos genocidas! ¡Juicio y castigo a Milani y los todos los oficiales en actividad durante la dictadura, a los jueces y empresarios cómplices de la dictadura! ¡Son todos culpables hasta que se demuestre lo contrario! ¡Tribunales obreros y populares a los asesinos de ayer y de hoy!
¡Disolución de la Gendarmería, las policías, Prefectura y la SIDE! ¡Las armas al pueblo y las organizaciones obreras!
¡Fuera ingleses de Malvinas!
Estas son medidas elementales para comenzar a hablar mínimamente de democracia para los explotados. Quienes le dicen a la clase obrera y los explotados que su tarea es luchar por un “régimen superior” y por una “democracia real” como la izquierda, no son siquiera demócratas consecuentes. Se niegan luchar por una democracia hasta el final, porque no puede haber una democracia para los explotados sin expulsar al imperialismo, sin desarmar a las fuerzas represivas del estado y que las armas pasen a manos de los trabajadores, y sin juzgar y castigar a los milicos genocidas, los jueces y los políticos patronales que colaboraron con la dictadura y que en la “democracia” protagonizaron las masacres y asesinatos contra los trabajadores y el pueblo. Frente a la bonapartización extrema del régimen de la constitución de 1853 se niegan a levantar ante las masas la consigna democrática revolucionaria de Asamblea Constituyente para demostrarle a los explotados el verdadero carácter reaccionario de la democracia de los capitalistas y que la clase obrera le dispute a la burguesía la dirección de las clases medias empobrecidas. Solo utilizan la consigna de Asamblea Constituyente en las crisis revolucionarias como una consigna de poder, para someter a la clase obrera a la burguesía “democrática”, como hicieron ante la revolución en el Magreb y Medio Oriente.
Los socialistas luchamos por una argentina socialista que será mil veces más democrática que cualquiera de las democracias bajo este sistema capitalista decadente. Sólo un gobierno provisional obrero y popular revolucionario, apoyado en el poder armado de los explotados, podrá garantizar una Asamblea Constituyente libre del yugo imperialista, sobre la ruina del régimen y el Estado de los explotadores.

 


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