La burocracia castrista comanda la restauración del capitalismo en Cuba
El brutal ataque de la burocracia castrista restauracionista contra la clase obrera cubana ya es un hecho. El Consejo de Estado de Cuba resolvió el despido de medio millón de obreros en los próximos cinco meses, y otro medio millón en los siguientes cinco años. En total serán despedidos un millón de trabajadores, es decir, el 20% de la fuerza laboral de Cuba.
Así la burocracia castrista, que vive de administrar el estado obrero cubano y de estar asociada con el capital financiero en los joint ventures para la explotación del níquel, el cobalto y el turismo, hoy ataca a los heroicos obreros cubanos, acusándolos de “vagos” que “cobran sin producir” y “reciben salud y educación gratuita”. Así lo decía el mismísimo Raúl Castro: “Hay que borrar para siempre la noción de que Cuba es el único país del mundo en el que se puede vivir sin trabajar”. (Granma, 2/8/2010)
Como parte de esta ofensiva restauracionista, el gobierno de los Castro y su régimen restaurador del capitalismo, en acuerdo con Obama y los grandes laboratorios y empresas de medicina de alta tecnología, necesita despedir a la mayoría de los trabajadores de la salud cubana y liquidar la salud gratuita y de alta calidad para el pueblo como una conquista de la revolución, para ponerla al servicio de las transnacionales. De esta forma la burocracia castrista se prepara para entregar la medicina cubana, con médicos y personal de los más calificados y más baratos del mundo (los trabajadores del estado cubano cobran 20 dólares por mes), para que las empresas de medicina prepaga, de material e instrumental de investigación de los laboratorios hagan un multimillonario negocio transformando la isla en un campo de turismo médico para la burguesía del mundo.
El acuerdo entre los hermanos Castro, el ejército cubano, Obama y las empresas imperialistas, implica atacar ya a la clase obrera y dejar centenares de miles de despedidos. Es que para la rentabilidad de los joint venture de las transnacionales y la burocracia restauracionista, se necesitan miles de desocupados para constituir un ejército industrial de reserva que sirva de chantaje contra quienes sigan en la producción, y de esta manera aumentar aún más la tasa de explotación de sus obreros en Cuba. ¡Así es cómo la burocracia castrista quiere hacerle pagar los costos de la crisis económica a los trabajadores cubanos, actuando igual que todos los gobiernos burgueses!
Esto a su vez significa dar un salto en la liquidación de la conciencia igualitaria de las masas. Cada vez más los obreros y campesinos cubanos identifican al “socialismo” como el causante de su miseria y sus penurias. Esta falsa conciencia fue preparada durante años por el castrismo, con las durísimas derrotas que le propinó a las masas del continente, y hoy pega un salto cuando intentan justificar el despido de un millón de obreros planteando que son “vagos” y “parásitos” y que es por culpa de ellos que “la economía cubana está en crisis”, cuando la responsabilidad es de la burocracia castrista. ¡Cínicos! ¡Esos miles de burócratas que no producen nada son los únicos parásitos que hay en la isla!
La pandilla de los Castro es la responsable de la crisis en la que se hunde Cuba porque fueron ellos los que aplicaron durante más de 50 años la utopía reaccionaria estalinista de “socialismo en una sola isla”, negándose a extender la revolución cubana, lo que produjo la decadencia de las fuerzas productivas de Cuba y le impuso terribles padecimientos a las masas de la isla.
La clase obrera mundial defendió por décadas con su combate las conquistas de la revolución cubana
Semejante ofensiva con despidos y privatizaciones por parte del régimen castrista contra las masas cubanas se trata de un ataque abiertamente restaurador del capitalismo. Así lo confirma el propio Fidel que hace apenas un mes declaró ante la prensa imperialista que el “modelo” cubano “ya no sirve ni para Cuba”.
La burocracia cubana defendía el estado obrero a su manera, es decir hundiéndolo. Pero hace rato que para ella el estado cubano dejó de ser fuente de sus privilegios.
Es que a partir de los acontecimientos del ´89 el imperialismo mundial logra imponer la restauración capitalista en la URSS, el Este de Europa y China, pero no pudo imponerla en Cuba debido al enorme combate de las masas del continente como en Nicaragua y El Salvador, en Sudamérica contra las dictaduras militares, etc. El estado obrero quedó aislado y esto le permitió a la burocracia imponer un régimen restaurador encabezado por Fidel Castro para iniciar el proceso de restauración del capitalismo. Al servicio de esto en los últimos 15 años la burocracia introdujo al interior de Cuba distintas medidas como la imposición de las dos economías y los joint ventures, para desarrollar la economía capitalista en detrimento de los elementos socialistas de la economía de transición, llevando al estado obrero a una aguda descomposición. Fue la lucha revolucionaria de las masas latinoamericanas en los ’90 y principios de este siglo, lo que impidió que Castro diera el zarpazo final. Pero no se pudo impedir que se instaurara un gobierno menchevique restauracionista, es decir, un gobierno que prepara conscientemente la restauración del capitalismo como agente directo del imperialismo y su reciclaje en burguesía.
Hoy con la revolución latinoamericana fuera de escena, gracias al accionar contrarrevolucionario en primer lugar de la burocracia castrista, estamos en presencia de un ataque directo a las masas por parte de un gobierno menchevique restauracionista, enemigo de la clase obrera, que ha pasado de su fase “gorbachoviana” a su fase “yeltsinista”, es decir, a la fase en que ya se dispone a dar un salto decisivo hacia la restauración capitalista.
¡El ataque a la clase obrera cubana es un ataque al proletariado mundial! Con la restauración definitiva del capitalismo en la isla, el imperialismo busca propinarle una durísima derrota a las masas del continente
El capitalismo mundial necesita de la restauración capitalista en Cuba. Es que para hacerle pagar todos los costos de la crisis económica mundial a la clase obrera y las masas explotadas del mundo, necesita que en nombre del socialismo se despida a un millón de obreros, que serán mandados al infierno de la desocupación, la barbarie y la miseria. Esto significará un enorme ejemplo de escarmiento contra el proletariado a nivel mundial.
Pero además, el conjunto del capital financiero internacional necesita terminar con la conquista del estado obrero cubano –ya en extrema descomposición- porque esto significaría un golpe certero decisivo contra las masas del continente americano y a nivel mundial y su lucha antiimperialista.
De consumarse definitivamente la restauración capitalista en Cuba sería un gran triunfo político del imperialismo para destruir en la conciencia de las masas del mundo que es posible que la clase obrera se haga del poder, expropie a la burguesía y conquiste su propio estado. ¡Los parásitos imperialistas son bien concientes de que esa es la única manera de que l proletariado mundial le haga pagar los costos de la crisis a ellos!
Esta ofensiva contrarrevolucionaria comandada por Obama, es parte de la política del imperialismo yanqui de volver sobre América Latina como su patrio trasero, asentando el golpe organizado desde su base militar en Honduras, instalando siete nuevas bases militares en Colombia, invadiendo militarmente Haití y con la intentona golpista en Ecuador. Y esto mientras descarga un brutal ataque contra su propia clase obrera, con millones de desocupados y sin techo, y atacando con los sheriffs fascistas a los trabajadores inmigrantes.
De esta manera, el imperialismo prepara las condiciones para cuando se consume la restauración capitalista conquistar en Cuba una mano de obra altamente calificada para usarla como obreros esclavos en sus futuras maquiladoras.
La política contrarrevolucionaria internacional del castrismo, la imposición de la “Revolución Bolivariana” en el continente americano y el accionar de las direcciones de la V Internacional prepararon las condiciones para avanzar en la restauración del capitalismo en Cuba
Hoy es posible que la burocracia castrista restauracionista largue su ataque contra la clase obrera cubana y
Las conquistas de la revolución gracias al pérfido accionar de las direcciones que la clase obrera mundial tiene a su frente, comenzando por el propio castrismo.
Es que como correlato de la política de “socialismo en una sola isla”, la burocracia castrista jamás ató su suerte al triunfo de la revolución mundial, sino todo lo contrario: le iba la vida en estrangular todo proceso revolucionario. En un primer momento porque sus privilegios como casta devenían del aislamiento del estado obrero, y luego en los ´90 para así ganarse el derecho a devenir en una nueva burguesía, como ayer lo hizo el estalinismo en la ex URSS. Ayer vimos al castrismo imponer su política contrarrevolucionaria internacional, usurpando la autoridad de la revolución cubana, en África por ejemplo entre los ´60 y finales de los ´80 donde sostuvo por izquierda los movimientos de liberación nacional burgueses que expropiaron la lucha anticolonial del proletariado y las masas africanas. En los años ´70 y ´80 el castrismo pregonando la “vía pacífica al socialismo” impidió que haya “nuevas Cuba”, permitiendo así que aplasten la revolución chilena y se aborte la revolución centroamericana.
Más adelante cuando a principios del siglo XXI los combates revolucionarios de las masas sacudían América Latina, la burocracia castrista desde el Foro Social Mundial también impidió que en el continente americano haya “nuevas Cuba”. Con la farsa de la “Revolución Bolivariana” se expropió y contuvo la revolución de Ecuador, Argentina y Bolivia, los levantamientos en Chile y Perú, el combate revolucionario de los comuneros de Oaxaca en México, y sobre todo, el ascenso de la clase obrera norteamericana contra la guerra y por los derechos de los inmigrantes. El castrismo garantizó que se imponga un frente popular continental, sostenido a su vez por la burocracia y aristocracia obrera de Brasil y todo el continente, que cercó y estranguló las acciones revolucionarias de las masas y sometió a la clase obrera a la burguesía país por país. Y una vez logrado esto, fue la burocracia castrista la garante de los pactos contrarrevolucionarios del imperialismo con las burguesías nativas para imponerle la rendición a las masas (como en Bolivia, Colombia, Honduras) y del sometimiento de la clase obrera de EE.UU. al Partido Demócrata y luego al carnicero Obama.
Ahora, habiendo sacado de escena a las masas latinoamericanas y norteamericanas, la burocracia se juega, en un pacto con el imperialismo y las burguesías nativas, a dar el salto definitivo hacia la restauración capitalista. Ahora es el momento para la canalla castrista ya que desde la V Internacional y su ala izquierda de renegados del trotskismo -centralizada en conferencias como el CONCLAT de Brasil, la Contracumbre de Madrid, Socialismo 2010 en EE.UU.-, también garantizaron apagar el fuego de las respuestas revolucionarias de las masas frente al crac mundial, como en Grecia, Madagascar y Kirguistán, y por el momento contuvieron el proceso de ruptura con el gobierno de frente popular de Evo Morales y su pacto con la Media Luna fascista, por parte de los fabriles de La Paz que se enfrentaban con la burocracia de la COB, poniendo a la orden del día la posibilidad de que la clase obrera boliviana retome el camino de la revolución de 2003-2005.
¡La clase obrera debe derrotar la restauración capitalista!
El destino del estado obrero cubano se define en la lucha de clases a nivel mundial
La alternativa hoy es: o la restauración capitalista que hundirá a las masas cubanas en la miseria, la superexplotación y someterá a Cuba aún más que en su pasado colonial; o una revolución política que derrote a la burocracia restauracionista castrista, reestablezca las bases del estado obrero e imponga la democracia obrera para que Cuba sea un bastión de la revolución latinoamericana y mundial.
El ataque restaurador del capitalismo de la burocracia castrista contra las masas cubanas es el mismo ataque que padece el proletariado a nivel mundial; el mismo que está imponiendo el gobierno francés de Sarkozy que expulsó a miles de inmigrantes y acaba de imponer el aumento de la edad jubilatoria; el mismo de la Corona inglesa para hacerle pagar los costos de la crisis al proletariado con “sangre, sudor y lágrimas” –como afirmó el ex-premier Gordon Brown hace unos meses atrás-; el mismo que lanzaron los gobiernos y regímenes europeos para hacerle pagar al proletariado las sumas millonarias que pusieron los estados imperialistas para salvar a sus bancos en quiebra, como viene de hacerlo Papandreu en Grecia.
Hay que inscribir la defensa de la revolución cubana en cada bandera de lucha de todos los sectores del proletariado mundial que entran al combate, en primer lugar de los obreros europeos que enfrentan el ataque de su propio imperialismo, porque a no dudarlo que si el imperialismo logra avanzar definitivamente en la restauración capitalista en Cuba, saldrá enormemente fortalecido para profundizar su ataque y hacerle pagar definitivamente su crisis a las masas del mundo con más miseria, hambre, genocidios y nuevas guerras.
Por eso hoy la suerte del proletariado cubano está atada a la suerte del proletariado europeo. Hoy las conquistas de la clase obrera cubana viven en la sublevación de las masas de África del sur contra los gobiernos estalinistas burgueses, y en la lucha anticolonial de los esclavos de la V República francesa en Guadalupe, Martinica y Guyana que vienen de protagonizar una enorme huelga general el pasado 26/10.
¡Abajo la burocracia castrista restauracionista, su plan de despidos y entrega de la salud a los monopolios yanquis! ¡Abajo todas las medidas capitalistas que socavan las bases del estado obrero! ¡Ni un solo despido, ningún recorte a la salud y a la educación! ¡Expropiación sin pago y renacionalización bajo control obrero de todas las empresas y ramas de producción y de las tierras entregadas a los monopolios imperialistas! ¡Por el reestablecimiento del monopolio del comercio exterior y la planificación de la economía en manos de los organismos armados de democracia directa de la clase obrera, los campesinos y los soldados!
¡Abajo los privilegios, rangos y condecoraciones de la burocracia restauracionista! Contra la desigualdad social: ¡Basta de parásitos de la burocracia: todos a trabajar cobrando igual salario que el obrero y en pesos cubanos! ¡Abajo la doble moneda! ¡Abajo los salarios diferenciales en las empresas mixtas y los monopolios imperialistas! ¡Abajo el secreto comercial que esconde las fabulosas ganancias de los monopolios imperialistas y sus socios de la burocracia castrista restauracionista en los joint ventures! Contra la explotación de los patrones de las empresas mixtas y contra los ataques de la burocracia en las empresas estatales: ¡por la libertad de organizar sindicatos para defender las conquistas revolucionarias del proletariado cubano!
Para defender las conquistas de la revolución hay que derrocar a la burocracia con una revolución suplementaria, una revolución política: ¡Abajo la burocracia castrista restauracionista! ¡Por consejos armados de obreros, campesinos y soldados donde sólo tengan lugar la amplia mayoría que vive con 18 dólares mensuales y no tiene privilegios ni prebendas, para derrotar a la burocracia y a su casta de oficiales asociada al imperialismo! ¡Por un gobierno de los consejos armados de obreros, campesinos y soldados que decida democráticamente el destino de la revolución!
¡Que sean esos consejos los que tomen en sus manos la defensa militar de la isla ante cualquier agresión imperialista! ¡Por la destrucción de la base militar yanqui de Guantánamo! ¡Por la liberación de los combatientes antiimperialistas de Medio Oriente presos bajo las narices de la burocracia castrista!
¡Abajo el régimen de partido único del PC de la burocracia restauracionista! ¡Que los consejos de obreros, campesinos y soldados decidan qué partidos reconocen con el único requisito de demostrar que defienden las conquistas de la revolución!
¡Abajo los pactos de la burocracia castrista restauracionista y las burguesías bolivarianas con el imperialismo! ¡Abajo el pacto Chávez–Uribe contra la resistencia colombiana! ¡Abajo el pacto de Evo Morales con la Media Luna fascista en Bolivia! ¡Abajo los pactos de sometimiento de la clase obrera a las burguesías bolivarianas, sostenidos por la burocracia castrista!
Por la unidad de la clase obrera del Caribe en una sola lucha contra el imperialismo: ¡Por un congreso de delegados de las organizaciones obreras en lucha de Cuba, Martinica y Guadalupe, junto a sus hermanos de clase del Haití martirizado por la hambruna y la epidemia del cólera y ocupado militarmente por las tropas imperialistas de EE.UU. y Francia, y por las tropas gurkas de América Latina!
La lucha contra la restauración del capitalismo en Cuba debe ser el grito de guerra que una al proletariado americano desde Alaska a Tierra del Fuego. Rompamos con la subordinación de la clase obrera a Obama, a las burguesías bolivarianas y a sus pactos contrarrevolucionarios sostenidos por los hermanos Castro y por los renegados del trotskismo. ¡De pie junto a nuestros hermanos cubanos! ¡Por un congreso obrero continental para enfrentar la restauración en Cuba!
La lucha por derrotar la restauración capitalista en Cuba, es la lucha por derrocar a la burocracia castrista. Este combate es parte del combate contra todas las direcciones traidoras del proletariado internacional centralizadas en la V Internacional de Chávez, los mandarines “rojos” del PC Chino, el castrismo y las aristocracias y burocracias obreras, y su ala izquierda de renegados del trotskismo.
Contra ellos, el proletariado cubano y mundial necesita para triunfar de una dirección revolucionaria: la IV Internacional refundada bajo el programa y los principios de 1938. Para esta tarea los trotskistas internacionalistas de la FLTI nos ponemos en primera fila.
