volver al índice del Democracia Obrera Nº 49

El imperialismo yanqui busca transformar a todo el continente
americano en una gran maquila

Detrás de la masacre de Soldati se esconde un plan perpetrado por los monopolios imperialistas y sus socios nativos para imponerle a la clase obrera argentina las peores condiciones de esclavitud, superexplotación y salarios de hambre. Quieren transformar a Argentina en una gran maquila para que los capitales yanquis vengan a invertir en maquinaria y así poder mantener el ciclo rastrero de crecimiento.
Este plan del imperialismo yanqui no es sólo para Argentina, sino para todo el continente americano incluyendo al propio EE.UU. Es que en medio de la crisis económica mundial, convirtiendo a todo el continente en una enorme maquiladora, las trasnacionales chupasangres podrán arrancarle una nueva y enorme masa de plusvalía al proletariado americano que le permita realizar una nueva ronda de inversiones. Si EE.UU. se convierte en una gran maquiladora podrá transformarse en un gran exportador que con su altísima productividad del trabajo y con obreros norteamericanos trabajando en condiciones chinas, EE UU podrá competir y derrotar en el mercado mundial a las potencias imperialistas competidoras.
Es así cómo el imperialismo yanqui está volviendo para recuperar a América Latina como su patio trasero. Y esto lo hace comandando golpes militares contrarrevolucionarios como en Honduras; con invasiones y masacres como en Haití; con el muro del oprobio al sur del Río Bravo, con los Sheriff fascistas que masacran a los trabajadores inmigrantes, mientras los coroneles de los ejércitos contrarrevolucionarios de México y toda Centroamérica formaron las bandas paramilitares llamadas “Zetas”, que masacran a todos los inmigrantes que intentan entrar a EE.UU. desde México y Centroamérica. De esta manera es cómo garantizan que millones de obreros desocupados queden en la frontera sur de EE.UU. para hundir el salario de la clase obrera de México y Centroamérica, que se han poblado de más maquiladoras.
Como parte de este plan es que EE.UU. ha organizado junto al gobierno cipayo de Kirchner y el del Macri, la masacre de los trabajadores de Soldati para así intentar disciplinar al conjunto de la clase obrera y conquistar las condiciones para propinarle una derrota decisiva que permita imponerle la más feroz esclavitud. Es así como repiten la misma política que aplicaron ayer en México cuando el gobierno de Calderón y el régimen del TLC con EE.UU. militarizaron todo el país con la excusa del narcotráfico y recientemente en Brasil con el gobierno de Lula enviando a las Fuerzas Armada a masacrar a los trabajadores de las favelas en pos de “combatir la delincuencia y la droga”. ¡Son todos asesinos de la clase obrera!
Hoy el imperialismo yanqui tiene las manos libres para lanzar esta ofensiva gracias a los “bolivarianos” que estrangularon los levantamientos revolucionarios de las masas de principios de siglo como en Bolivia, Ecuador y Argentina, entregaron a la resistencia colombiana para que sean masacradas por el ejército de Uribe y hoy aprestándose a restaurar el capitalismo en Cuba de la mano de los hermanos Castro. EE.UU. puede volver a por todo gracias al accionar de los pro-hombres del Foro Social Mundial como Castro, Chávez, Morales, Lula, Kirchner, etc. y su ala izquierda de estalinistas, castristas y renegados del trotskismo que sometieron a la clase obrera del continente a la “Revolución Bolivariana” país por país y sostuvieron por izquierda los pactos contrarrevolucionarios del imperialismo con las burguesías nativas.
Fueron estas mismas direcciones del FSM las que sometieron a la clase obrera norteamericana al Partido Demócrata y luego a Obama. Hoy también el proletariado de EE.UU. está pagando muy caro la política de sus direcciones. Es que hoy cuando el imperialismo yanqui necesita generalizar estas condiciones de maquila al interior de EE.UU. -mientras Obama se desgasta ante las masas por la ofensiva contrarrevolucionaria que encabeza en todo el mundo y contra su propia clase obrera para hacerle pagar los costos de la crisis-, el partido único de los “Republicratas” se apresta a imponer una mayor bonapartización del régimen preparando el Tea Party y nuevos bloques fascistas. Es que contra lo que afirman los enfermeros del capitalismo, lo que viene no es más “democracia”. Si la clase obrera no lo impide con la revolución socialista, lo que vendrá será un EE.UU. fascista que aplastará a su propia clase obrera y buscará mantener el dominio del imperialismo yanqui en el mundo avanzando en nuevas y superiores aventuras militares.

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