volver al índice del Democracia Obrera Nº 47

 

La clase obrera internacional necesita sacar la conclusión de que con las actuales direcciones a su frente no se puede triunfar. En Bolivia, la política de presión in extremis sobre el frente popular que las direcciones reformistas impusieron, no le dio nada a la clase obrera. Por el contrario, llevó a los obreros a la impotencia y nuevamente a los pies del gobierno de Evo Morales y sus comisiones de negociación, donde la burocracia traidora de Montes desde la COB limosnea miserables leyes “favorables a los obreros”, mientras la patronal ha salido a la ofensiva en cada fábrica, en cada lugar de trabajo, echando descaradamente a los dirigentes fabriles y pasando por encima de cualquier fuero sindical.

El accionar de las direcciones reformistas ha logrado contener el primer episodio de ruptura de la clase obrera con el frente popular y el gobierno de Evo Morales, como lo es la lucha de los fabriles de La Paz, de la base de los obreros mineros y la rebelión en Potosí. La política de las direcciones reformistas detuvo por el momento el enfrentamiento directo contra las direcciones traidoras de la COB.
TODOS se conjuraron tras la consigna de ¡DIVIDIR A LOS QUE LUCHAN!, para luego volver a “unir” a los distintos sectores tras las mesas y comisiones negociadoras de la COB con el gobierno, y seguir sosteniendo a la burocracia traidora de Montes para que vuelva a subordinar a la clase obrera al gobierno de Evo Morales y sus instituciones burguesas.
Con esta misma política es que, en el período de combates de la clase obrera mundial, desde el 2007, contra el gran capital que descargaba todo el peso de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, los reformistas de todo pelaje lograron impedir una contraofensiva revolucionaria de masas de la clase obrera mundial. Dividieron a los que luchan sector por sector y país por país. Así separaron y aislaron unos de otros los combates de los obreros de Bolivia de los que estaban protagonizando los explotados del Perú profundo; del despertar de la clase obrera norteamericana; de los procesos revolucionarios a los cuales cercaron como en Madagascar, Kirguistán, Palestina; de la resistencia iraquí y afgana; de los combates revolucionarios del proletariado griego a quienes dividían de las luchas de toda la clase obrera europea. Mientras, las burguesías imperialistas y sus agentes reformistas se centralizaban para atacar y derrotar uno a uno los combates del proletariado mundial.

Así vienen actuando las direcciones reformistas, las burocracias y aristocracias obreras centralizadas por el gran capital para impedir que se desarrolle el combate de la clase obrera mundial y para que la crisis la paguen los obreros y las masas explotadas, mientras las potencias imperialistas se disputan entre ellas sus negocios.
Desde el comienzo de la crisis en 2007, comenzaban los golpes de la crisis económica mundial y la burguesía amenazaba con descargarla sobre los hombros de la clase obrera, sectores del proletariado respondían al ataque de los capitalistas con una enorme predisposición a la lucha desde Grecia a Francia y Bélgica con tomas de fábrica y con patrones de rehenes; desde el combate de los inmigrantes y los portuarios de Oakland en EE.UU. a la heroica revolución malgache que iniciaban las masas explotadas del sur de África; desde Guadalupe al combate de las masas iraquíes y afganas.
 
Pero los reformistas de todo pelaje y color les decían a los obreros que había que aceptar los despidos de los contratados y los obreros en negro para mantener los puestos de trabajo de los permanentes, ceder las jubilaciones, las rebajas de salario y aceptar las suspensiones. También les decían que había que aceptar que echaran a miles de inmigrantes de EE.UU. y de Europa, con el verso de que luego que la crisis pase “al menos habremos mantenido nuestras fuentes de trabajo”. De esta manera en todo el mundo, el reformismo, expresión de las aristocracias obreras y las burocracias de todos los sindicatos, le impuso a la clase obrera la “escala móvil de despidos, suspensiones y reducción salarial” en el momento de crisis más aguda, actuando como un verdadero salvataje masivo al capitalismo,  sus gobiernos y regímenes.

Por el accionar de las direcciones reformistas, la burguesía recobró confianza y redobló su ataque

La política de las direcciones reformistas y traidoras tuvo para la clase obrera mundial resultados nefastos. La burguesía internacional recobro confianza y salió al ataque en toda la línea, tal cual lo expresó y lo adelantó el combate en la Kraf-Terrabusi de Argentina, que significó que los obreros de esa empresa multinacional fueran brutalmente reprimidos y terminaran con un sector importante del activismo echado a la calle y con la fábrica militarizada por órdenes directas del imperialismo yanqui. Así, sobre la lucha de los obreros de Kraft, planteábamos en el Democracia Obrera número 40: “(…) el conjunto del movimiento obrero debe conocer las reales dimensiones del brutal ataque de Kraft -una de las 5 empresas alimenticias más grande del planeta-, es decir, que este zarpazo contrarrevolucionario yanqui, aplaudido y apoyado por todas las fracciones burguesas que saquean a la nación Argentina, es parte de la nueva ofensiva imperialista que busca, en medio de una brutal crisis económica mundial, recuperar su patio trasero y ubicar a la Argentina de forma decisiva bajo su égida en el próximo período (…)”. En ese momento Warren Buffet –mayor accionista de Kraft- salía a decir que “en esta guerra de clases, su clase estaba ganando”, ante la traición de la burocracia sindical, toda la izquierda reformista concentraba sus fuerzas en los focos de resistencia de la clase obrera Argentina, haciendo pasar las derrotas por triunfos y manteniendo dividida y separada a la vanguardia y a sus luchas heroicas. El gobierno y la oposición centralizaban sus fuerzas ante cada una de las luchas dispersas y le propinaba duras derrotas parciales a la clase obrera.

En Estados Unidos, el resultado de la política de la AFL-CIO y las direcciones reformistas, fueron millones de obreros echados a la calle por la patronal imperialista. Millones de obreros que hoy trabajan con salarios miserables y bajo condiciones de súper explotación. Millones de obreros que comen con los miserables vales del Estado de 3 dólares por día. Millones de trabajadores vieron perder sus viviendas y sus trabajos. Pero eso no es todo: los resultados de haber derrotado y dividido la lucha de los obreros inmigrantes de EE.UU. de los combates y la comuna obrera de Oaxaca (México) son los miles de inmigrantes muriendo como perros en las fronteras de México y EE.UU, con una militarización plena -bajo la excusa del “narcotráfico”- del México arruinado por el sometimiento al imperialismo yanqui vía el TLC.
Mientras el capital financiero de Wall Street fue salvado con miles y miles de millones de dólares por parte del estado imperialista con el saqueo de las masas. Esto es así pues, la burguesía imperialista, ante la crisis, trasladó todas sus empresas a China, Medio Oriente y el mundo semicolonial para súper explotar la mano de obra esclava de esos países, mientras obtenía materia prima barata redoblando el saqueo de los recursos naturales de las semicolonias, EE.UU. se transformaba así en una potencia imperialista exportadora agresiva disputando el mundo a sus competidores imperialistas.

En Europa: la clase obrera presentaba batalla ante los golpes de la crisis mundial como en Francia, con oleadas de luchas en Italia, Portugal, Inglaterra, España, con miles de inmigrantes saliendo a la palestra con huelgas y llamando a unificar a todos los inmigrantes de Europa. La máxima expresión fue la lucha de los obreros griegos que enfrentaban el ataque concentrado de las potencias imperialistas europeas y de EE.UU. Bajo la consigna de “una Europa social”, el accionar de las direcciones reformistas fue la de llamar a una huelga para el 29 de septiembre -obviamente con ninguna intención de realizarla-, mientras dejaban aislada la dura huelga del Metro de Madrid en España contra los planes de ajuste del gobierno de Zapatero y la corona española.
En Grecia la clase obrera enfrentó a los capitalistas y sus planes con 8 huelgas generales y los reformistas la transformaron en meras luchas de presión a las instituciones burguesas como el parlamento y el gobierno de Papandreu. De esta forma salvaron al gobierno, su régimen burgués y al conjunto de la propiedad y negocios y el poder de la burguesía imperialista internacional del comienzo de la revolución griega y europea, permitiendo que la burguesía europea le haga pagar su crisis y el despilfarro de los gobiernos burgueses a la clase obrera.

Lo que vimos actuar en Europa es un verdadero pacto “Stalin-Laval”, un frente popular continental sosteniendo los pactos contrarrevolucionarios de las burguesías imperialistas, para impedir que se impusiera una verdadera huelga general europea que barriera con todos los planes de ajuste de las potencias imperialistas, con sus gobiernos y regímenes burgueses y se abriera el camino a la revolución europea demoliendo la “unidad” europea de Maastricht.

Con el sometimiento de la clase obrera a Obama, a las burguesías bolivarianas y nativas de Medio Oriente y a sus frentes “democráticos”, lo que vino fueron golpes contrarrevolucionarios contra los explotados

En los Estados Unidos, luego de haber sometido al proletariado al “demócrata” Obama, lo que vino fueron los sheriff fascistas en Arizona, Arkansas y en toda la frontera con México,  que han montado sus cárceles utilizadas también como atracción para que los turistas disfruten del infierno que padecen los obreros inmigrantes. Esta cuestión anticipa, que después del rostro bonachón de Obama, el partido de los republicratas lo que prepara para Estados Unidos y para el mundo entero -aunque los sinvergüenzas de la izquierda “democrática” de los sirvientes de la obamamania lo escondan- son putch fascistas, golpes contrarrevolucionarios y nuevas guerras por el dominio y reparto del planeta.
En Honduras en el 2009, lo que vino tras subordinar a las masas explotadas al frente democrático de Zelaya y la burguesía bolivariana, fue el triunfo del golpe dirigido por el imperialismo yanqui desde su base militar.
En México luego de haber liquidado la comuna de Oaxaca y subordinar a los explotados durante más de un año al “democrático” López Obrador que realizaba movilizaciones en el Zócalo (DF-México) contra el “derechista” Calderón, lo que vino fue la militarización de México por parte de las tropas yanquis, el muro del oprobio sobre el río Bravo, las masacres de las bandas paramilitares como los Zetas (ex coroneles del ejército de la contra nicaragüense) contra los inmigrantes que cruzan México para llegar a los Estados Unidos en busca de trabajo.
En Bolivia, subordinaron al proletariado al gobierno de frente popular de Evo Morales y lo que vino en el 2008 fue la asonada fascista de la Media Luna.
En Colombia de la mano del pacto Chávez-Uribe vino la masacre de la resistencia colombiana y 7 nuevas bases militares yanquis en ese país.
En Haiti la ocupación militar de esa nación por parte de los yanquis, la ONU y los bolivarianos colaborando se disfrazó de “ayuda humanitaria” “democrática”.
En la Palestina ocupada y ensangrentada la burguesía “democrática” envía sus misiones pacifistas como verdaderos caballos de Troya para imponerle al cercado pueblo palestino la rendición y el reconocimiento al Estado sionista fascista de Israel.
En Argentina, frente a la masacre perpetrada por el Estado contra la juventud explotada de Bariloche en el 2010, luego de que las direcciones reformistas subordinaron la sublevación de la juventud a la “multisectorial” donde estaban los partidos políticos patronales “democráticos”, lo que vino fue una marcha de miles de pequeños burgueses y de la burguesía comercial pidiendo “balas contra los negros” y vivando a los policías asesinos, la misma que ocupa a sangre y fuego las barriadas obreras fusilando a cientos de jóvenes trabajadores.

Estos son algunos ejemplos que dan cuenta de las consecuencias de la política de las direcciones reformistas que intentan imponerle al movimiento obrero y las masas la rendición, al momento que la reacción imperialista levanta cabeza con nuevos golpes y ataques contrarrevolucionarios. Es en este escenario que la restauración capitalista en Cuba da pasos hacia delante de la mano de la camarilla de los hermanos Castro.

El CONCLAT: Una puñalada por la espalda al proletariado latinoamericano
Los renegados del trotskismo en acción para volver a someter a la clase obrera boliviana al gobierno de Evo Morales

Las direcciones reformistas vienen de centralizarse a nivel internacional: Centralizan las derrotas y dividen a los que luchan. Así sucedió en la “Contra Cumbre” de Madrid para cercar Grecia y dividir al proletariado europeo; en los congresos del “socialismo 2010” en Estados Unidos para sostener por izquierda a Obama en momentos que la resistencia afgana amenaza con dar saltos hacia adelante y con el fantasma de un nuevo Vietnam para el imperialismo yanqui. Como parte de esta tarea, también se centralizaron en el CONCLAT, para volver a subordinar al proletariado boliviano y su vanguardia, los obreros fabriles de La Paz, al gobierno de Evo Morales.

Esta política definida en el CONCLAT (Congreso de la Clase Trabajadora, dirigido por los morenistas de la LIT y el PSOL mandelista, realizado en Brasil en el mes de junio) es la que se está imponiendo en Bolivia para contener este primer episodio de la lucha contra el frente popular de Evo Morales y la burocracia colaboracionista de la COB, sostenida por izquierda por los reformistas del POR, la LIT y la LOR-CI. Todos ellos se unen bajo la consigna de DIVIDIR a LOS QUE LUCHAN. Dividir a los mineros de los fabriles, a los fabriles de los maestros y a ambos de los combates de obreros, campesinos y mineros de Caranavi y luego de Potosí.

Así en mayo y junio, mientras salieron los fabriles, maestros y trabajadores de la salud, la COB impidió que los mineros salieran a las calles o se tomen las minas, llevándolos a un acuerdo desde la Federación de Mineros (FSTMB) con el gobierno en Pan Duro. Luego cuando salieron los maestros y los fabriles, de inmediato resolvieron el cuarto intermedio justo cuando los maestros salían a la huelga general. Todos ellos separados, divididos de los obreros y campesinos pobres de Caranavi que mantenían durísimos bloqueos durante varios días y se enfrentaban a los perros de presa del gobierno de Morales que se cobraron la vida de dos compañeros y varios detenidos que aún continúan procesados. Luego se levantaba la lucha de Caranavi dejada a su suerte por la COB y los fabriles salían nuevamente a las calles rompiendo y quitándole el apoyo al gobierno de Evo Morales, junto a los maestros, jubilados, trabajadores de luz y fuerza, etc.
A fines de agosto los obreros, mineros, campesinos pobres y estudiantes combativos de Potosí imponían la huelga general indefinida con bloqueos de camino, protagonizando una verdadera semi insurrección espontánea contra el frente popular, por sus demandas y porque se cumplan las promesas demagógicas del gobierno de Evo Morales. Pero una vez más la dirección de la COB, la federación de mineros y las CODs, pero también la dirección de la federación fabril influenciada por los reformistas –entre ellos los de la LIT- se negaron a unificar la lucha de los fabriles a la de los obreros, mineros, campesinos pobres y estudiantes de Potosí y a llamar a los mineros de Huanuni que comenzaban a romper con el gobierno de Evo Morales, que ofrecía “promesas” que nunca llegan.

Es decir, las direcciones reformistas se negaron a poner en pie un verdadero FRENTE DE LUCHA para enfrentar decididamente al gobierno, pues solo uniendo a los que luchan y luchando por todo podemos conseguir hasta la más mínima de nuestras demandas. Había que plantear ¡Una sola negociación de todos los que luchan! ¡Una sola cementera en todo Potosí con inversión del Estado y bajo control obrero! ¡Un solo programa obrero para salir de la crisis! ¡Nacionalización de toda la minería sin pago y bajo control obrero, desde las minas cooperativizadas, pasando por las privadas hasta el cerro Mutún -en manos de las transnacionales de la Jindal Steel-, para poner a trabajar todas las manos disponibles bajo las mismas condiciones de los asalariados!
Se negaron a centralizar a los que luchan bajo un único reclamo, una única lucha, negándose a poner en pie un cabildo nacional obrero y campesino de delegados de base con mandato en Potosí. Como decía Trotsky en ¿A dónde va Francia? sobre los comités de acción: “No se trata de una representación democrática de todas y no importa cuáles masas, sino de una representación revolucionaria de las masas en lucha”. Es decir se trata de unificar las luchas por distintas demandas en un pliego único de reclamos, para preparar la contraofensiva contra los explotadores.

Bolivia, sin el triunfo de la revolución socialista, como semicolonia saqueada por las transnacionales imperialistas, atada con dobles cadenas al imperialismo yanqui jamás podrá salir del atraso ni mucho menos industrializarse para darle trabajo digno y pleno a los obreros, ni salarios dignos, ni jubilación ni la tierra para los campesinos. Allí se encuentran los límites de este gobierno de frente popular de Morales que sostiene a la Media Luna fascista y su gran propiedad privada, que juntos garantizan el saqueo y es socio menor del imperialismo; y he ahí la reaccionaria política de los reformistas que le dicen a los obreros que presionando a Evo Morales y sus ministros se conquistan nuestras demandas.

Sin embargo, las luchas de presión in extremis de las masas entorpecen el funcionamiento normal del estado y sus instituciones, por tal no dejan estabilizar definitivamente al poder burgués, poder que solo puede afianzarse con la derrota de la revolución. Por ello planteamos en nuestra declaración del Democracia Obrera de Bolivia de septiembre: “El gobierno de frente popular es aquel que con colaboración de clases y demagogia de manos vacías, desorganiza las filas de los explotados, coopta las organizaciones de lucha del proletariado y las somete a la burguesía; es decir adormece a las masas explotadas, las saca de la lucha directa en las calles y reprime a sangre y fuego al sector más rebelde y combativo del proletariado. Si de esta manera no aborta la revolución, le abre el camino al otro agente imperialista como es el fascismo para que aplaste al proletariado. Por lo tanto, el gobierno de colaboración de clases es transitorio y no puede sostenerse en el tiempo como tal”. La revolución boliviana solo puede definirse históricamente entre comunismo y fascismo y en el terreno de la lucha de clases internacional.
El imperialismo sigue soportando al gobierno de Evo Morales pues la clase obrera aún no ha sido derrotada y sobre todo, porque este frente popular le sirve como contención de la revolución latinoamericana en particular del combate de las masas del Perú profundo que se mantiene aún latente.
Este primer episodio ha dejado en claro una vez más que el reformismo no puede darle ninguna salida favorable a la clase obrera, solo derrotas y fortalecimiento de la burguesía. Con estas direcciones no se puede triunfar, la vanguardia y la clase obrera solo puede ganar con una dirección revolucionaria e internacionalista, la IV Internacional refundada.

En Zimbabwe, Sudáfrica y todo el sur del continente, el imperialismo y la burguesía nativa necesitan sostener al frente popular, pues los padecimientos inauditos de la clase obrera hacen que las masas permanentemente se subleven contra la miseria y pongan sobre el tapete que para poder comer deben abrir la revolución en toda África. Las condiciones son objetivamente pre revolucionarias y la burguesía es consciente de ello. A las direcciones traidoras como el PC y del COSATU les va la vida en impedir que las masas rompan con el gobierno de frente popular, con el CNA y Mugabe. Mientras le estalla Mozambique en una verdadera revuelta obrera. Tienen que impedir que se extienda Mozambique, deben mantener cercada la revolución en Madagascar, para impedir que esta pólvora sea el inicio de la revolución en toda África.

En Argentina hoy esta política reformista, de presión sobre las instituciones burguesas está actuando ante la lucha de los obreros de Paraná Metal. Así intentan derrotar a la vanguardia obrera, dejándola aislada. Mientras en mayo estaban las luchas de los trabajadores del Subte por su sindicato independiente, la rebelión de los obreros de la alimentación contra la burocracia del STIA y las paritarias truchas, la lucha docente en 14 provincias por aumento de salario y los piqueteros de Mosconi luchando por trabajo digno enfrentando la represión de las petroleras imperialistas, todas las corrientes de los renegados del trotskismo se negaban a centralizar y coordinar las luchas. Luego que estas fueron derrotadas o contenidas salieron todos a llamar a “Encuentros” como los de Zona Norte del Gran Buenos Aires. Pero ahora, ante la lucha de los obreros de Paraná Metal, se niegan nuevamente a unir a los que luchan como los obreros de Sancor (Rosario), los trabajadores que mantienen ocupada la planta de Coca Cola en Neuquén, los estudiantes secundarios, universitarios y terciarios, los estatales, sanidad, docentes y desocupados del norte de Salta y los obreros de los frigoríficos, todos contra el ataque de los capitalistas, su gobierno y los burócratas traidores.
La clave de las direcciones traidoras, de la burocracia colaboracionista y de todos los reformistas es y fue dividir a los que luchan para derrotar cada uno de los combate obreros.

La situación mundial prepara nuevos cambios bruscos, guerras y revoluciones
Las direcciones reformistas: cacatúas del imperialismo

En Bolivia, Latinoamérica y el sur de África, la burguesía tuvo que acudir a la política de frente popular para que no triunfe el combate revolucionario de masas. En China la situación es muy distinta por ahora. Las fuertes inversiones de las potencias imperialistas en sus maquilas han valorizado el capital y como parte de ello la fuerza de trabajo. En un ciclo de expansión que lleva años, con picos de crisis en el 2001 y el 2007, la burguesía no logró desorganizar las filas obreras, puesto que estas crisis rebotaron y mantuvieron un ciclo rastrero de expansión (2003/2007 - 2008/2010).
Todos los charlatanes de la izquierda reformista, anuncian que China no es una maquiladora sino un gran taller. Estos charlatanes merecerían ir a trabajar sin zapatos y sin documentos como lo hacen los obreros chinos para que no puedan escapar de esos verdaderos campos de concentración donde viven como esclavos.
Sin embargo en los picos de crisis del 2001 y del 2007 y ante la huida de las transnacionales que cerraban sus fábricas, el proletariado chino respondió con revueltas, tomando y rodeando las alcaldías y las municipalidades para imponerle a esa burguesía “roja” que pague los salarios.
Pero también en el ciclo de expansión, el proletariado con huelgas y piquetes, impuso mejoras salariales. Estas luchas se combinaron con la resistencia de millones de trabajadores agrícolas de la China profunda frente a las privatizaciones de la tierra al servicio de las transnacionales y protagonizaron una fenomenal resistencia para no caer como esclavos en las fábricas de los grandes centros industriales. Estos combates también empujaron a la revalorización de la fuerza de trabajo.
Con huelgas, paros y piquetes (algunos de ellos degollando patrones como en Tonghua y Lingzhou) el proletariado chino inicio un combate histórico: ni cede ante el ataque de los capitalistas, ni cede trabajar por 30 dólares al mes. Esta grandiosa oleada de lucha del proletariado chino se dio a pesar y en contra de los sindicatos paraestatales.
Mientras tanto Hu Jintao y el PC hacen un peligroso equilibrio entre las ganancias imperialistas, las migajas que administra la burguesía china y un proletariado indomable que a cada paso amenaza con abrir la 4ta revolución china.
La política que la burguesía china se ha visto obligada a delinear –ante el combate de los obreros de Tonghua y Lingzou que anticipan la irrupción del proletariado- es la de tener que ceder algunas demandas a la clase obrera para impedir un proceso de revolución abierta y el estallido del volcán chino. Por ello la burguesía de los mandarines “rojos” organiza un ala de “izquierda” del PC llamando a poner en pie “sindicatos independientes” de la clase gobernante. Así intentan recrear una nueva burocracia pero esta vez surgida desde adentro de la clase obrera. Lo que están haciendo es un recambio burocrático ligado al aparato del estado para controlar nuevos Tonghua y Lingzou, para que sea esta nueva burocracia de “izquierda” la que derrote a los trabajadores que osaron imponer la justicia obrera  ante la patronal esclavista.

Gracias a la política de las direcciones reformistas y traidoras, el imperialismo yanqui y Alemán han salido, por el momento, favorecidos de esta crisis. No faltan los cacatuas de la burguesía que hablan del "milagro" alemán. Sirvientes de la burguesía sobran en este planeta. El proletariado alemán está sufriendo en carne propia el ataque de la burguesía que lo llevó a tener que ceder rebajas salariales a cambio de puestos de trabajo.
Las transnacionales alemanas recibieron desde el Estado un millonario subsidio por el salario social que significaba un tercio del salario obrero. Otro tercio de su salario fue resignado por los obreros gracias a sus dirigentes, cobrando tan solo el 65% de lo que antes percibían. De esta forma le arrancaron al proletariado alemán un 50% más de plusvalía, haciéndolo producir el doble con menor salario, como sucede en este ciclo de expansión y exportación. Así Alemania, sobre la ruina de Europa, con altísima productividad del trabajo, se disputa el mundo con EE.UU.
En 1989 a los obreros del Este europeo se les prometía el paraíso y demolían el muro de Berlín en busca de góndolas llenas de alimento y vestimenta. Pues bien, después de 20 años de reunificación capitalista y de decadencia del proletariado alemán, con esta crisis se le ha caído el velo a la estafa de la burguesía, los stalinistas y los renegados del trotskismo. Hoy los obreros alemanes están peor que los obreros de Alemania del Este. Esto significa que el capitalismo en su fase imperialista y putrefacta es reacción en toda la línea.

EE.UU. tiene un crecimiento del 1,25%, pero con una tasa de desocupación crónica insoportable para las masas. La situación de la clase obrera norteamericana es la de un millón de personas por año perdiendo su casa desde el inicio de la crisis, sigue la tendencia al aumento de solicitudes de subsidios de desempleo, 50 millones de personas viven de los cheques de mendicidad, el programa del estado para indigentes y discapacitados (un 17% más que en diciembre de 2007), 40 millones de personas reciben los cupones de comida (50% más que en diciembre de 2007), etc. mientras el estado está invirtiendo millones de dólares en nuevas bases militares en Afganistán y el resto del mundo destinando un presupuesto de 700 mil millones de dólares (superando el presupuesto de todos los países imperialistas juntos).
Así pagó la clase obrera la traición del castrismo y los renegados del trotskismo, que son verdaderos militantes del partido de Obama. Los logros contrarrevolucionarios, como lo fueron la oleada pacifista en EEUU y el cerco a la revolución latinoamericana, han cebado a la burocracia castrista para despedir al 10% de los obreros que hay en Cuba, es decir 500 mil trabajadores. Ni Obama, ni Papandreau en Grecia se animarían a semejante golpe.
Este ataque por la espalda al proletariado americano, de esta burocracia castrista que anuncia que el modelo económico "no va más", prepara la restauración definitiva capitalista con la que el imperialismo intenta dar un golpe de gracia al proletariado del continente queriendo liquidar la conciencia en el proletariado de que se puede tomar el poder y derrotar al imperialismo.

La crisis de la humanidad se reduce a la crisis de su dirección revolucionaria

Imponiendo cercos a los procesos revolucionarios y traiciones desde adentro; con el chantaje de la crisis, se obligó al proletariado a aceptar despidos y aumentos en los ritmos de producción. Así, con expulsión masiva de obreros inmigrantes de las potencias imperialistas y golpes contrarrevolucionarios, el capitalismo sostenido por las direcciones traidoras ha logrado impedir una contraofensiva revolucionaria de masas que golpee al corazón de este sistema putrefacto con la revolución socialista. Es indudable que este sistema se sostiene por las direcciones traidoras enquistadas en el movimiento obrero.
En este interregno de la situación mundial, donde el capitalismo destruyendo zonas enteras del planeta, dislocando ramas de producción del mercado mundial y concentrándose en China, el Pacifico y los países exportadores, logra recomponer un equilibrio precario entre Europa, Japón y EEUU.
Estas condiciones se han impuesto en última instancia por la traición de las direcciones reformistas de todo pelaje que la burguesía internacional ha reclutado y centralizado para sostenerse. Por ello el imperialismo ha logrado imponer un nuevo, aunque muy precario, punto de equilibrio económico mundial. Esto hubiera sido imposible sin el rol de la izquierda reformista agrupada en la Contra cumbre de Madrid, en el CONCLAT y en el “Socialismo 2010” de los sirvientes de Obama del SWP y ISOZ, que juntos preparan su próxima reunión en Tokio-Japón, junto a los stalinistas de Chukaku-Ha a fin de año para lidiar con el combate revolucionario del proletariado chino y de todo Asia.

La clase obrera mundial observa atónita el rol cada vez más traidor de la dirección que tiene a su frente. Aquí y allá intenta superarlas. Capas de obreros perspicaces ven que con estas direcciones no se puede pelear. Solo los soportan. Resolver la crisis de dirección revolucionaria, derrotar a los reformistas centralizados en la V Internacional contrarrevolucionaria de Chávez, Hu Jintao y los mandarines chinos junto a la burocracia restauracionista cubana, es la garantía para impedir que la salida a la crisis mundial la dé la burguesía definitivamente con el fascismo y la guerra, con nuevos golpes contrarrevolucionarios, es decir superiores ataques contra los explotados del planeta.
La clase obrera mundial no ha dicho su última palabra. La situación mundial ya está preparando nuevos saltos en la revolución y la contrarrevolución. Por ello más que nunca el proletariado para triunfar necesita a la IV Internacional refundada y esta es nuestra fundamental tarea.
Laura Sanchéz
dirigente de la LTI de Bolivia

 

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